viernes 29, marzo 2024
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Una tregua por favor

Los habitantes en su mayoría queremos terminar este año en paz – libre de toda la guerra que distintos grupos de una variedad de persuasiones políticas están librando en las redes y en los medios tradicionales; sin campañas de ningún tipo.  Ya basta con todo lo virulento, los ataques odiosos, las palabras de disgusto y de ataque.  No queremos más noticias desagradables y en algunos casos basadas en rumores no fundados.

Queremos celebrar la Navidad y el Año Nuevo porque fundamentalmente se da por terminada la pandemia y podemos reunirnos con nuestros familiares sin límite de números y horarios.  La economía exhibe síntomas de estar recuperando de los golpes servidos por la pandemia y las playas están abiertas.

Queremos oír música desde Adeste Fideles hasta “no olvido el año viejo.” Aunque algunos no tendrán mucho talento en ese sentido, queremos bailar.  Los jóvenes prefieren electrónica y a los que no son tan mozos es música en vivo lo que les pone a levantarse y mover el cuerpo. Queremos reírnos y gozar; los que pasan sin sonrisa queremos ver cómo se les provoca una pequeña muestra de felicidad.

Queremos comer, especialmente tamales, y no pensar en la cantidad de libras que vamos a sumar—eso lo veremos en el año nuevo.  También queremos dulces – helados, pasteles, queques, galletas, flan, chocolates y confitillos.

Queremos pasear dentro o fuera del país, y reírnos si caemos en una presa o si el vuelo no opera a itinerario.  Y si en nuestras excursiones nos encontramos con alguien que consideramos como adversario lo vamos a saludar y desear “felicidades” en su vida.  También vamos a pensar en los que “no tienen” y compartir de lo que tenemos con esas personas.  Vamos a pensar en los encarcelados políticos en el país vecino y levantar un ruego al Todopoderoso por ellos.

Queremos todos descansar, dormir más, romper la rutina, estirarnos y respirar profundamente, dando gracias por estar vivos.

Dicen que es más fácil dar regalos que recibirlos.  Es indispensable aprender a mostrar enorme satisfacción con cualquier regalo que recibe, aunque sea una blusa de color desagradable, suéter que no calza, libro que ya tiene y ha leído, perfume que odia por su desagradable olor, o algún aparato para la cocina de cuál tiene tres más y no usa ninguno.

Habrá conversaciones durante estos días y sin duda ninguna los temas incluirán los políticos, el alto costo de la vida, los errores de las figuras públicas, y el fútbol.  Incluso entre los familiares y las amistades más cercanas habrá diferencias de opinión y posición.  Estamos en tregua entonces nadie debería alzar la voz o hablar negativamente de la persona que lo contradice y mucho menos debería de haber trompadas tiradas.

Cuando termina la tregua, que es inevitable, sin duda regresaremos a las riñas, disputas, desacuerdos y posiciones encontradas de siempre.  Pero si recordamos la tregua debería ser algo agradable.  ¡Quizás se pudiera extender a todo el mes de diciembre en 2023! ¡Sería una maravilla si fuera posible!  ¡Felicidades a todos!

(*) Carlos Denton

cdenton@cidgallup.com

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