sábado 20, abril 2024
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Redescubriendo la Navidad: la verdadera esencia

Charles Dickens escribió Canción de Navidad, un cuento de Navidad, en donde el fantasma de Jacob Marley le advertía a Ebenezer Scrooge acerca de su mala forma de vivir y las consecuencias de su avaricia, así también le visitaban los Espíritus de las Navidades pasadas, presente y futura con el fin de ayudarlo a cambiar su forma de ser, a pesar de ser una persona económicamente rica la vida de Ebenezer tenía vacíos enormes. 

En pleno 2022, cerca de celebrar la Navidad, a muchos les visitan cada Navidad otros “espíritus”  de desesperanza, de desilusión, de pobreza, de la ausencia de personas que se han adelantado en su viaje y noche tras noche, día tras día esos pensamientos, sentimientos y emociones les conducen a la depresión, ansiedad y cada vez mayores casos de ideación suicida o consumar la autoeliminación, estamos en épocas en donde para muchos los ansiolíticos, pastillas de dormir, drogas y licor son los escapes al encuentro de esos fantasmas.

Ciertamente salimos de épocas de pandemia y crisis, son épocas incluso en donde ya las noticias son un poco mejores pero muchas de las personas se sienten peor, sin empleo o poco dinero, sin la capacidad de compra que la “cultura” impone para demostrar nuestro “afecto y amor” para los demás en Navidad.

En estos tiempos en donde deseamos tener muchos “presentes” alrededor del árbol en la mañana de Navidad lo que realmente cuenta es la gente que está presente alrededor nuestro, y cualquiera diría que es fácil decirlo o escribirlo cuando puedes ir y comprar un regalo para expresar amor a los tuyos. Si bien es cierto el dinero reviste importancia para una vida digna y el bienestar, pero en esto tiempos sin lugar a duda es más importante que nazca en cada uno nuevos significados de riqueza, de familia, de propósito y sentido de vida, pocos recordarán los regalos recibidos en la vida, pero todos recordaremos como nos han hecho sentir las personas, mucha gente cambiaría el mejor regalo material por un te quiero, un abrazo, un beso o un te amo de un ser querido; ser querido que en ocasiones está presente en vida pero lejos en cercanía, empatía, compañía y aprecio, ser querido que puede pagar algo material pero es incapaz de demostrar amor sincero.

¿Cuántos contamos con buena salud y tenemos muchos sueños, cuántos sueños y deseos tiene usted? Un viaje, algo material, una empresa, una casa, una relación, una meta académica, o al menos tener para cubrir las necesidades mínimas que son varias, lo cierto es que cualquier persona con un padecimiento serio de salud puede confirmar que ellos tienen un solo deseo, recuperar su salud. Considero que si usted está en una situación de aflicción económica la primera revisión es observar su salud y agradecerla, observar a los suyos y agradecer también que dentro de toda esa situación complicada agradecer que los suyos tienen salud, y para quienes estén sin salud resignificar lo que pasan y sentir que en lugar de estar enfermos están en un proceso de sanación, sanación que llegará para seguir agradeciendo y bienaventuranza en un plazo no muy lejano.   

La celebración del nacimiento de Jesús en un pesebre en Belén sirva para resignificar una nueva forma de ver la vida, que lejos de juguetes, regalos, joyas y más los nuestros prefieren abrazos, buenos tratos, cercanía, sonrisas en lugar de malos genios, necesitan empatía, comunicación y comprensión, la Navidad suele ser un momento en donde todos miramos al pasado y los fantasmas llegan, el desafío e invitación es para cambiar ese “chip” y agradecer lo que ya tiene, que lo que ha pasado en la vida sea como sea le ha permitido llegar hasta acá y que las ausencias de otras personas no le deben anclar a la tristeza, que esas ausencias sirvan para valorar a los que siguen a tu lado y no parar de decirles cuanto les amas, a salir a la calle y disfrutar los momentos gratuitos de un atardecer que son los que valen la pena junto a los nuestros, una visión algo romántica?…talvez, pero lo cierto es que todos los estudios científicos de felicidad y longevidad en Universidades renombradas como Harvard (Prof. Gilbert y colegas), Berkeley (Prof. Peterson), Edimburgo (Prof. Boniwell), Purdue (Prof. Lucas) y muchos otros explican que la felicidad es un estado que se elige más que un estado al cual llegar, explican que nuestra salud y longevidad se basan más en nuestro propósito de vida y en mayor cantidad y calidad de las relaciones con nuestra familia, amigos y grupos de apoyo, la felicidad real está muy lejos de lo material o lo económico, la mayoría de personas persigue toda su vida el éxito, la felicidad y la riqueza, todos deseamos eso en Navidad, esos fantasmas al final le impiden disfrutar el verdadero éxito, felicidad y riqueza que son agradecer los pequeños milagros diarios que pasan frente a nuestros ojos, disfrutar las bondades físicas de nuestra salud y la maravillosa oportunidad de abrazar a los nuestros.

No pretendo decirle a nadie como vivir su vida o en qué debe creer, el propósito de la vida es personal y diferente para cada quién y cada uno vive con sus creencias y valores personales, pero lo cierto es que la mayoría vivimos en una creencia bastante lejana de lo que debe ser y nadie puede cambiar una creencia que no sabe que tiene, por ello es importante cada cierto tiempo detenerse y auto examinar lo que cree, y de ser necesario cambiarlo, a pesar de sentirse en un hoyo o sentir que no tiene nada…empezar a creer en sí mismo, en su grandeza, empezar a agradecer lo que tiene, empezar a creer en la grandeza y creatividad que tiene dentro, empezar a creer que es posible alcanzar metas, empezar a resignificar lo malo del pasado en los cimientos y experiencias para construir su futuro, que los fantasmas de éstas y navidades pasadas desaparezcan para siempre de vida, y si mientras tanto no tienen una moneda para regalar, llame a los suyos, abrace a los suyos, dígales que cree en ellos, dígales que les desea lo mejor, llame a alguien que tiene tiempo de no ver y agradezca esa amistad, salga a caminar con alguien que valore, comparta el almuerzo por simple que parezca con alguien para rememorar historias y sobretodo los sueños del mañana, que si se lo propone serán mejores que su presente y esas realidades las construirá muy pronto. Le propongo que piense por un momento que tiene 80 años de vida y se cuestione: 1. Pasé demasiado tiempo preocupándome por… 2. Dediqué demasiado tiempo a hacer cosas como… 3. Si pudiera retroceder en el tiempo…. 

Este ejercicio le ayudará a ver la diferencia entre lo que valora y lo que está haciendo hoy, le mostrará lo que debería ser verdaderamente importante, no espere que llegue el ocaso de su vida o el lecho de muerte para valorar lo prioritario e importante de su vida y a los suyos, no espere que la lucidez real de la vida sea en su último minuto,  que en esta Navidad inicie la mejor parte de su vida, y que la Navidad, la verdadera Navidad sea durante todo el año, incluso en los meses de “invierno”, que la salud y las alegrías lleguen a su vida para compartir con sus seres queridos, renueve su fe, esperanza y una mejor forma de vivir.

(*) Ing. Allan Rivera Benavides

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