martes 23, abril 2024
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Benedicto XVI el teólogo moderno

Joseph Ratzinger, Benedicto XVI, es sin duda el teólogo católico más brillante de los últimos dos siglos. Fue el más fiero rival intelectual de Hans Küng, ese sacerdote y teólogo católico de Tubinga, con quien mantuvo una relación de permanente confrontación teológica, ni él pudo hacer que Küng se retirara del sacerdocio católico, censurándolo, que ni siquiera lo intentó, ni Hans Küng consiguió derrotarlo con ninguna tesis. Ambos grandes, solo que Ratzinger lo fue más por ser nombrado Papa y además tener el coraje de renunciar a seguir como cabeza de la iglesia Católica, por considerarse muy débil y anciano. Tomar esa determinación por vez primera en muchos siglos, requería una firmeza a prueba de todo: dejar el poder y además la crítica al pasar a ser emérito; a la vez un profundo conocimiento de la teología católica de los veinte últimos siglos.

Su producción literaria es enorme y paralelamente muy amena, de ejemplo pondré “Jesús de Nazareth”, especialmente la última edición (625 páginas) que comienza por los relatos de la infancia, sin duda Ratzinger logra que uno se enamore de la figura incuestionable de Jesús. Leerlo es quererlo, no tengo dudas.

Ratzinger escribió siempre a mano, con lápiz, así pasaba sacando punta con el tajador, otra persona después digitaba. De la obra que nos deja, apenas he leído una cuarta parte, es apasionante, porque siempre fui un admirador del cardenal intelectual, odiado por unos y amado por otros, él no podía pasar indiferente ante quien lo conocía, los “troles” se extasiaban escribiendo idioteces, al fin y al cabo ese es el trabajo de un trol.

Hace muchos años, un amigo librero me preguntó que por qué razón yo admiraba tanto a Joseph Ratzinger, mi respuesta fue lacónica: porque es el más intelectual de todos los papas; yo sé admirar la inteligencia, me gusta mucho la inteligencia porque enseña y demuestra, no hablo de ser “vivo”, no, hablo de conocimientos y saber expresarlos.

Su trabajo como encargado de la “Congregación para la doctrina de la fe”, le granjeó muchos enemigos, dentro y fuera de la Iglesia Católica, su firmeza estaba construida sobre la roca firme, no sobre arena (Jesus dixit), por eso sus afirmaciones tenían dos  milenios de respaldo, de ahí el odio que atraía, lo bueno es bueno y lo malo es malo: “el relativísmo nos está destruyendo como sociedad”, dijo y aunque era verdad atrajo a sus detractores, que eran y son legión,desde luego eso no nos gusta a quienes nos sentimos muy bien en la puerta ancha, por eso queremos ese tipo de dualidades. “La verdad cuando es dulce perdona, cuando es amarga: cura.”(San Agustin), todos deseamos ese tipo de verdad, que sea permisiva y dulce.

La elección fue para él una carga muy dura, veníamos de tener un Papa muy grande, Juan Pablo II era un ser de luz pero que caminaba entre los hombres, se había creado en las duras realidades de la Polonia doblemente ocupada, por los Nazis primero y por los comunistas rusos después, sabía lo que era el mundo y el poder de las tinieblas; por otro lado Ratzinger había sido joven soldado de las odiadas fuerzas armabas alemanas: el bando perdedor. Todo un caleidoscópico mundo adverso, que supo enfrentar con el coraje que solo da el conocimiento, condujo la barca de Pedro un largo trecho en una época de tormentas crueles, de todo tipo, supo reaccionar a tiempo y que no estaba ya para soportar esa carga, se retiró y dedicó a lo que mejor sabe hacer: escribir sobre teología católica.

Me atrevo a vaticinar que en poco tiempo será nombrado “doctor de la Iglesia”, titulo que no muchos han merecido.

“Los espíritus van hacia las estrellas”, dice Dante en un círculo del Cielo.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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1 COMENTARIO

  1. El rottweiler de Dios escogido por el visceral anticomunista Wojtyla el Papa polaco para detener y desaparecer cualquier progresismo de algunos curas con la llama “teoría de la liberación” principalmente en América Latina, Ratzinger haría lo necesario para regresar a la iglesia católica a su acostumbrado fanatismo reaccionario, tuvo grandes aliados en ese momento Ronald Reagan, Margaret Thatcher y por supuesto la CIA, llegó al colmo de prohibirle hablar a Leonardo Boff, una de las personas más visibles y escuchadas dentro de este movimiento. Luego gracias a su gran trabajo destructor de cualquier progresismo en el catolicismo latinoamericano, es nombrado Papa. Como no podía ser de otra manera, ejerció su papado en medio de la corrupción y el escándalo, al final probablemente lo que lo hizo renunciar fue su descarado encubrimiento de montones de casos de curas pederastas.
    No lo olvidaremos siendo joven adolescente en su uniforme nazi.
    Que entierren a este inquisidor profundo y boca abajo.

    Julio César Madrigal Mora
    4-0115-0225

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