jueves 28, marzo 2024
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Acuerdos de Paz de 1992: el antes y después de la historia salvadoreña

San Salvador, 11 ene (Sputnik).- La firma de los Acuerdos de Paz entre el gobierno y la guerrilla en El Salvador, que cumple la semana próxima 30 años, puso fin a seis décadas de dictaduras militares y significó un antes y un después en la historia del país, explicó el historiador y dirigente político Miguel Mármol.

«Ese es un patrimonio de los salvadoreños y de la humanidad, porque fue la primera vez que la ONU interviene en un conflicto interno y felizmente llega a la firma de la paz», dijo Mármol en entrevista con la Agencia Sputnik.

Mármol apunta dos datos que evidencian la importancia del acontecimiento: el final de 12 años de guerra en el país más pequeño de la América continental, con 75.000 víctimas estimadas por las Naciones Unidas en la población civil.

«Recordemos que el militarismo y esa era que vivimos de 60 años de dictaduras militares comienza el 2 de diciembre de 1931 con el golpe de Estado de Maximiliano Hernández Martínez y concluye el 16 de enero de 1992 con la firma de los Acuerdos», dijo.

Hernández Martínez era general y todos sus sucesores fueron militares hasta el 13 de diciembre de 1980, un período de 49 años sin precedentes en la historia americana y una larga lista que cerró ese día el coronel Jaime Abdul Gutiérrez Avendaño, de acuerdo con Mármol.

«El militarismo era muy fuerte en los años 60, 70 y eso llevaba a que el pueblo y las organizaciones populares se manifestaran, hubo mucha actividad política y pública en las calles de los sindicatos, los gremios, las organizaciones campesinas, de la iglesia católica con sus comunidades eclesiales de base», relató.

Mármol era entonces un adolescente en una familia con intensa actividad revolucionaria y su padre fue uno de los fundadores del Partido Comunista en 1930 y con su testimonio el poeta Roque Dalton escribió una de sus obras fundamentales (Miguel Mármol: los sucesos de 1932 en El Salvador).

Actualmente es el secretario de Memoria Histórica en la dirección nacional del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

Explicó que había gran efervescencia social y en las tres elecciones de ese período los militares impusieron sus candidatos mediante el fraude y finalmente el cierre de todas las opciones políticas condujeron al conflicto armado, la guerra popular revolucionaria, como lo define el FMLN.

Aclaró que, no obstante, desde el inicio el FMLN, fundado el 10 de octubre de 1980, buscó el diálogo para una salida política e incluso en septiembre de 1981 el presidente de Nicaragua, el comandante Daniel Ortega, presentí en la ONU una carta de petición en ese sentido de la insurgencia salvadoreña.

«Por supuesto, el gobierno de Estados Unidos no estaba de acuerdo y no quiso, y tampoco en el país los militares estaban dispuestos a un diálogo», expresó.

Recordó que a lo largo de los años 80, gracias a gestiones internacionales, lideradas por los gobiernos de Francia y México, se realizaron tres sesiones de conversaciones, pero sin resultados, pero el diálogo fue retomado el 4 de abril de 1990 en Ginebra ya como una negociación.

«El comandante Schafik Handal relata en el libro Los 4 minutos para las 12, como era de difícil. Él dice que el 70 por ciento de las negociaciones fue alrededor de la Fuerza Armada y un 10 por ciento sobre la nueva Policía Nacional Civil», dijo.

«Eso nos da una idea de qué difícil fueron aquellas negociaciones, pues había mucha oposición, sobre todo de los militares. Los militares eran el poder, con quienes realmente se estaba negociando», añadió.

Mármol recordó que durante el conflicto Estados Unidos financiaba a las fuerzas armadas con un millón de dólares diarios, aunque otros analistas consideraban era mucho más, los militares tenían industrias, participaban en la banca y dirigían todo el aparato del estado.

APORTES DE LOS ACUERDOS DE PAZ

«Para mí, el tema más relevante fue terminar con el militarismo, con la hegemonía de las fuerzas armadas», dijo Mármol.

Después de seis décadas de poder absoluto, las reformas constitucionales surgidas de los Acuerdos de Paz establecieron que la Fuerza Armada esta «al servicio de la nación. Es obediente, profesional, apolítica y no deliberativa».

«De los Acuerdos de Paz surge un estado moderno. Esos documentos son el marco legal, jurídico, de la sociedad, están basados en la constitución de la república y parte del marco democrático que ahora vivimos», afirmó Mármol.

Agregó que al cambio radical del papel de las fuerzas armadas, se sumó la modernización del sistema judicial, surgieron instituciones como la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, entonces una de las problemáticas más graves de la sociedad.

Fue creada además la Policía Nacional Civil para sustituir los cuatro cuerpos represivos que sustentaban la dictadura bajo el mando de la Fuerza Armada.

Otra institución fruto de los Acuerdos es el Tribunal Supremo Electoral, un órgano colegiado y autónomo que se ocupó de las elecciones por primera vez sin la tutela ni imposición de los militares.

«En todos esos años los militares ganaban todo, porque (las elecciones) eran una operación militar y ellos rellenaban urnas y destruían papeletas, eran ellos los únicos ganadores y el pueblo tuvo que participar en esas elecciones y era derrotado siempre», recordó.

Mármol subrayó que los Acuerdos y los cambios ganados por el pueblo significan un cambio de era, un antes y un después en la historia nacional.

«El marco constitucional que crearon los Acuerdo de Paz es el que conocemos y el que está vigente», subrayó.

«Yo sé que no es lo mejor, lo que necesitamos como sociedad, pero hasta ahí llegó la negociación, fueron un avance importante y creo que a los salvadoreños y las salvadoreñas nos toca defender esos avances, fortalecer ese marco que el pueblo obtuvo y mejorarlo», afirmó. (Sputnik).

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