viernes 6, diciembre 2024
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Piden acabar con comercialización abusiva de preparados para lactante

Ginebra, 8 feb (Prensa Latina) Las estrategias publicitarias empleadas por fabricantes de preparaciones para lactantes son abusivas y se impone adoptar medidas urgentes y drásticas para combatir sus injerencias políticas y la información engañosa que difunden, comunicó hoy la OMS.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) resaltó en su página web una serie de tres artículos recién publicados por la revista The Lancet que denuncian que esas empresas tratan de ejercer influencia para que no se apliquen medidas vitales de apoyo a la lactancia materna, afectando así gravemente la salud y los derechos de mujeres y niños.

Según Nigel Rollins, científico de la OMS y autor de un artículo, esta nueva investigación pone de manifiesto el enorme poder económico y político de las grandes empresas de preparaciones para lactantes, así como las graves deficiencias de las políticas públicas que impiden que millones de mujeres amamanten a sus niños.

“Hay que tomar medidas en distintos ámbitos de la sociedad para ayudar a las madres a amamantar a sus hijos durante todo el tiempo que deseen, además de atajar de una vez por todas la comercialización abusiva de preparaciones para lactantes”, remarcó el doctor.

De acuerdo con los expertos, la lactancia materna proporciona enormes beneficios a los lactantes y los niños pequeños que no se pueden obtener de otra manera.

La leche de la madre ayuda a que los niños sobrevivan y desarrollen todo su potencial, les aporta nutrientes importantes, reduce el riesgo de infección y disminuye las tasas de obesidad y enfermedades crónicas en etapas posteriores de la vida.

Sin embargo, datos de la OMS muestran que solo la mitad de los recién nacidos empiezan a ser amamantados en la primera hora de vida y que menos de la mitad de los menores de seis meses se alimentan exclusivamente con leche materna.

En los artículos publicados se explica cómo las empresas utilizan argumentos comerciales engañosos para aprovecharse directamente de las preocupaciones de los padres sobre el comportamiento normal de los bebés y sugieren, por ejemplo, que los productos lácteos que venden reducen la irritabilidad o el llanto, alivian los cólicos o prolongan el sueño nocturno.

Ante esto los autores señalan que cuando las madres reciben el apoyo adecuado, estos problemas de crianza pueden resolverse satisfactoriamente mediante la lactancia materna exclusiva.

En opinión de Linda Richter, de la Universidad de Witwatersrand, de Sudáfrica, las empresas que fabrican preparaciones para lactantes utilizan datos científicos poco rigurosos para sugerir, con escasas pruebas, que sus productos solucionan problemas frecuentes relacionados con la salud y el desarrollo en estas edades.

“Esta técnica de marketing infringe claramente el Código de 1981, que establece que el etiquetado no debe idealizar la utilización de las preparaciones para lactantes para vender más productos”, apuntó la especialista.

Los documentos llaman también la atención sobre el poder de estas empresas, su influencia en las decisiones políticas de los países y su capacidad para obstaculizar los procesos normativos internacionales.

En concreto, afirman, las industrias láctea y de preparaciones para lactantes han creado una red de asociaciones comerciales y grupos de cabildeo que no rinden cuentas y que ejercen presión contra las medidas políticas de protección de la lactancia materna o de control de la calidad de dichas preparaciones.

Los autores sostienen que, además de poner fin a las estrategias de comercialización abusivas y a la injerencia de las empresas, hay que aplicar medidas más amplias en los lugares de trabajo, los servicios de salud, los gobiernos y las comunidades para ayudar en la práctica a las mujeres que desean dar el pecho, de modo que se convierta en una responsabilidad colectiva de la sociedad y no solo de las madres.

Señalan que la legislación ha de proteger con urgencia a las madres, por ejemplo, concediendo bajas remuneradas por maternidad equivalentes, como mínimo, a los seis meses recomendados por la OMS para la lactancia materna exclusiva.

Del mismo modo, deben ofrecerse medidas de protección de la maternidad a los millones de mujeres que trabajan en el sector no estructurado y que actualmente no reciben estas prestaciones, recomiendan los especialistas.

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