Moscú, 16 mar (Sputnik).- Siria ve positivo el posible aumento de la presencia militar de Rusia en el país árabe a través de un mayor número de bases, afirmó el presidente sirio, Bashar Asad, en una entrevista concedida a Sputnik.
Indicó que en el mundo de hoy las superpotencias «no pueden defenderse ni desempeñar su papel dentro de sus fronteras, deben hacerlo fuera de ellas» con la ayuda de los aliados o mediante el despliegue de bases militares.
«Creemos que si Rusia tiene el deseo de ampliar las bases o aumentar su número, se trata de una cuestión técnica o logística. Si hay tal deseo, creemos que el aumento de la presencia rusa en Siria será bueno y servirá a esta idea», subrayó el mandatario.
Asimismo precisó que esta presencia no debe ser provisional y vinculada exclusivamente a la lucha contra el terrorismo, que es «el tema actual, pero temporal».
«A su vez, la presencia militar rusa en cualquier país no debe basarse en algo temporal», recalcó el líder sirio.
Bashar Asad no descartó el emplazamiento de misiles hipersónicos rusos Tsirkon en Siria.
«Cuando uno construye bases, el objetivo no es debilitarlas militarmente. Se supone que estas bases debieran poder tener un efecto disuasorio o de contrapeso, estar dotadas de las mejores armas, es natural y lógico. Ya sean misiles hipersónicos o cualquier otra arma más avanzada, ahora y en el futuro, el principio es el mismo, por supuesto», dijo el mandatario.
Sputnik es el primer medio de comunicación internacional en entrevistar al líder sirio tras su reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, que tuvo lugar el miércoles en el Kremlin.
Siria vive desde marzo de 2011 un conflicto en el que las fuerzas gubernamentales se enfrentan a grupos armados de la oposición y a organizaciones terroristas.
La solución del conflicto se busca en dos plataformas, la de Ginebra, bajo los auspicios de las Naciones Unidas, y la de Astaná, bajo la mediación de Rusia, Turquía e Irán.
Rusia se implicó en el conflicto de Siria a finales de septiembre de 2015, cuando empezó a bombardear las posiciones de grupos terroristas a petición del presidente Bashar Asad.
Posteriormente realizó varios recortes de su contingente militar en el país árabe, particularmente en marzo de 2016, así como a principios y finales de 2017.
Al mismo tiempo, el presidente ruso Vladímir Putin dejó claro que Moscú mantendrá presencia en la base aérea de Hmeymim y en el puerto de Tartus y enviará refuerzos en caso de que los terroristas levanten la cabeza.
A finales de enero pasado, el Ministerio de Defensa de Rusia anunció el emplazamiento de sus aviones militares en la base aérea de Al-Jirah, en la provincia de Alepo, para proteger la frontera norte de Siria. (Sputnik)