Buenos Aires, 23 mar (Prensa Latina) Queremos la democracia de la calle, la participación y la movilización social, afirmó hoy en Argentina el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, al intervenir en la última jornada de debates del III Foro Mundial de Derechos Humanos.
En el Espacio de Memoria exEsma (Escuela de Mecánica de la Armada), el exmandatario resaltó la importancia de celebrar aquí ese evento a 40 años de la última dictadura cívico-militar en este país (1976-1983).
Este es un lugar sagrado donde rondan los espíritus de muchos mártires. Lo que fue un centro de tortura hoy acoge una cita sobre derechos. Es un acto simbólico y de esperanza, aseveró.
Sin la recuperación de la democracia no se hubiese podido juzgar a los criminales que asesinaron y desaparecieron a más de 30 mil argentinos. Aquí se respira verdad, memoria y justicia, añadió.
Por otra parte, denunció la injerencia estadounidense en los procesos progresistas de la región e indicó que la Organización de Estados Americanos (OEA) es un ministerio colonial que debe ser reemplazado.
Además, criticó el papel de los grandes medios de comunicación en las agresiones a dirigentes populares.
De su lado, la expresidenta de la Asamblea Nacional de Ecuador Gabriela Rivadeneira denunció que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, está implicado en todos los ataques contra gobiernos latinoamericanos, entre ellos el golpe de Estado contra Evo Morales en Bolivia en 2019.
A su vez, el político y jurista argentino radicado en España, Gerardo Pisarello, alertó sobre el avance de fuerzas ultraderechistas, enemigas de la igualdad y los movimientos sociales.
Los países del sur global pueden y deben impulsar la lucha por un orden internacional justo. Para que exista un proyecto creíble de defensa de los derechos humanos debemos buscar la unidad de la Patria Grande, dijo.
Por su parte, el dirigente social Juan Grabois denunció el atentado contra la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, el 1 de septiembre de 2022, y el asesinato de más de 70 peruanos tras el golpe al entonces mandatario Pedro Castillo.
Asimismo, alertó sobre una nueva ofensiva imperial centrada en apoderarse de los recursos naturales de Latinoamérica como el litio, el agua y otros.
