San Salvador, 23 jun (Prensa Latina) Autoridades del Ministerio de Agricultura (MAG) de El Salvador iniciaron hoy la evaluación de daños en los campos del país tras siete jornadas de intensas lluvias, informó una fuente oficial.
El viceministro del MAG, Óscar Domínguez, afirmó que hay zonas muy afectadas por tantas precipitaciones y precisó que se utilizarán, drones, una herramienta digital facilitada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que proporciona datos en tiempo real.
Hace casi una semana Agricultura detalló que un 36.2 por ciento de los cultivos de frutas, hortalizas, granos básicos y agroindustria resultaron con afectaciones, en especial por el estrés por exceso de humedad y la proliferación de hongos.
“Las más de 8,500 manzanas que han estado en monitoreo han sido las zonas más productoras del país. En ese caso, están los distritos de riego y otras zonas de varios cultivos, entre ellos de la zona sur de San Miguel, Zapotita y Atiocoyo”, precisó Domínguez.
La Asociación Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios sostiene que las fuertes precipitaciones no afectaron en gran medida a los cultivos de granos básicos, ya que los agricultores esperaron hasta junio para iniciar los trabajos de siembra por el inicio tardío del invierno, no obstante, el asunto es serio.
Por ejemplo, la Unidad Ecológica Salvadoreña reportó que en la zona sur de Ahuachapán hubo pérdidas totales en los cultivos de maíz y hortalizas.
Ese impacto se registra en toda la geografía nacional pues, en unos lugares más que en otros, las precipitaciones fueron intensas anegando cultivos y provocando una crisis de la que en próximos días se sentirán los productores.
La institución, dijo, recibió partes de pérdidas de hortalizas, principalmente en cultivos de tomates, chiles, cebollines y cebollas que se arruinaron por el exceso de agua.
Hay alarma pues los proveedores de granos básicos informan de dificultades porque la cosecha no es suficiente para atender la demanda.
A las alarmas del sector agrícola se suma el cambio climático, principalmente porque temen que el fenómeno de La Niña incremente los niveles de lluvia, entre agosto y octubre, y perjudique la cosecha de frijoles.
Otros sectores como el cafetalero, amenazado por enfermedades como la roya, y la ganadería, también expresan sus temores.