Minsk, 26 jul (Sputnik).- El mercenario alemán Rico Krieger, condenado a muerte por una corte de Bielorrusia, cuestionó al Gobierno de su país que encabeza el canciller Olaf Scholz por dejarlo abandonado.
«Cada día siento que fui totalmente abandonado y engañado. El Gobierno (alemán) debería luchar por mí, pero solo lo hace mi familia. Mi padre, mi madre y mi abuela son los únicos que lucha por mí. Ellos tratan de convencer al Gobierno alemán para que haga algo», dijo Krieger al canal televisivo Belarus 1.
El mercenario remarcó que considera que el Gobierno de Scholz no quiere contactar con las autoridades de Bielorrusia para abordar su situación.
Krieger contó al canal que tras la detención se reunió con diplomáticos de la embajada de su país.
«Me dijeron que el Gobierno alemán no podía hacer nada en este caso. Les pedí que me trajeran aunque sea un poco de ropa, no tenía nada y me respondieron que si mi padre u otros parientes pagaban podrían hacerlo, pero sino no», desveló.
El alemán confesó que pidió ayuda al presidente de su país, Frank-Walter Steinmaier y al canciller Olaf Scholz.
Krieger fue condenado a la pena de muerte en Bielorrusia por mercenario y terrorismo, colaboración con una agencia de inteligencia de un Estado extranjero asociada a la comisión de actos para dañar la seguridad nacional de Bielorrusia, actividades de inteligencia y daños deliberados a las vías de comunicación.
El mercenario alemán no apeló la sentencia, según informó el lunes la edición SB.Belorus Segodnya.
Según varios medios locales, Krieger llegó a Bielorrusia haciéndose pasar por turista y fue enviado por el Servicio de Seguridad de Ucrania.
De acuerdo con los informes de la prensa, el alemán antes de llegar a Bielorrusia para planificar ataques terroristas, contactó con extremistas para ofrecerles sus servicios.
El Ministerio de Exteriores de Alemania afirmó que brindaba asistencia consular a su connacional y trabajaba intensamente con las autoridades bielorrusas. (Sputnik)