San José, 17 ago (EP/PL).- La costarricense Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) acusó al exgerente general de la empresa Desyfin S.A, Silvio Lacayo, de prohibir la entrega de información requerida para su fiscalización por irregularidades.
La negativa del directivo para facilitar datos imprescindibles a los reguladores comenzó desde el 14 de mayo durante una visita a la financiera por los funcionarios, en medio del proceso de intervención emprendida en aquel momento que continúa en estos momentos.
El entonces gerente de Desyfin ordenó a sus subordinados abstenerse de ofrecer la información solicitada por los funcionarios de la Sugef hasta que él la revisara, lo cual lo colocaba como “primer filtro” para los datos pedidos por el organismo.
Lacayo, después separado del cargo, escamoteó también a una funcionaria datos ya preparados sobre transacciones para una subcuenta llamada “Otros gastos pagados por adelantado”, y, cuando autorizó a facilitarlos, lo hizo de forma incompleta, declaró la Sugef en el documento que recomienda intervenir a Desyfin.
Según la Superintendencia, la financiera “mostró renuencia a cumplir con las solicitudes, órdenes, requerimientos y disposiciones emitidas tanto por ella como por el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).
Ambas entidades coincidieron en la suspensión de la Junta Directiva de Desyfin S.A, intervenida por sus fiscalizadores ante una crisis de fiabilidad.
La intervención, iniciada por personal de esa instancia el 13 de agosto contra Desyfin (también arrendadora y corredora de Seguros), detectó entre las consecuencias de las operaciones fallidas de la entidad fiscalizada que unos mil ahorrantes podrían percibir pérdidas.
El descalabro financiero de Desyfin S.A, la mayor financiera tica no bancaria, podría reeditar una situación similar afrontada en mayo por la cooperativa CS Ahorro y Crédito, declarada insolvente, aseguró el periódico La República.
La actual entidad fiscalizada, controlada desde la semana pasada por el Conassif, como ocurrió con la también llamada Coopeservidores, podría seguir los pasos de esa extinta institución, al reportar una significativa pérdida patrimonial del 88,55 por ciento, añadió el diario.
Las pérdidas de Desyfin S.A durante los últimos siete meses, que reducen de forma considerable su patrimonio neto justifican la actuación del Conassif, de conformidad con un acuerdo de intervención publicado en el diario oficial La Gaceta.
El papel rector del Sistema Financiero fue recomendado, a su vez, por la Sugef, al calificar a Desyfin con una irregularidad financiera de grado tres, conforme con lo establecido por la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica.
“Este grado de dificultad financiera –aclaró la superintendencia de Sugef- es aplicable cuando una entidad sufre pérdidas que reducen su patrimonio en más de la mitad”.
Comienzan a aflorar los peces gordos financieros donde las instituciones de fiscalización en Costa Rica han actuado desde hace años, como sucedió con aquel tiburón, alcahueteado hasta por el sistema mundial, donde el lavado de capitales vía cono Sur, Panamá, esos entes vigilantes se hicieron los suecos, al estilo contralor casero. Claro, la usual mafia política enquistada da garantía de «intocabilidad» jurídica. Así funciona Costa Rica en esas grandes (diminutas) ligas financieras. Y para tapar su hueco de ineptitud y responsabilidades recurren a nuestros entes estatales. Esa acusación es una montada cortina de humo para disimular su enflautada complicidad. Y si usted recurre a Internet en conocer ahora, los otros untados, les niega esas búsquedas. Señal del cómo el sistema protege esos pasados de vivos, los cuales están sobrada y externamente conectados. La idea es continuar la fiesta a costillas de nuestras instituciones estatales y luego, dar largas en el tiempo. ¿Y el puño de billetes? Se hicieron humo. Magias político-económicas