Fundamentado el tomar en consideración lo aplicado por la Relatora M. Satterthwaite de la ONU sobre independencia judicial, critica a México (*), pero la señora, ni a patadas de burro ve en nuestro patio lo que, instituido en Costa Rica, existe todo un encadenamiento político, funcional para tales nombramientos judiciales desde hace tiempos.
Dirán los interesados que las circunstancias y el sobrado poder de López Obrador en el legislativo ha permitido hacer y fomentar tales cambios, pero en Costa Rica un bipartidismo ha moldeado un rancio traje a la medida, para sus apetitos de poder, a sus privilegios.
Nuestro entramado Legislativo – Judicial garantiza y está mezclado, dándose mutuo respaldo, para dar «estabilidad» jurídica para las corruptelas.
Luego entonces, la independencia de poderes es un buco, donde la intervención e ingobernabilidad se asienta, donde la mayoría de mediocres, con salvadas excepciones, dan perpetuidad a su orondo blindaje.
Y se origina en las autoridades electorales, Tribunal Supremo de Elecciones, con sus Magistrados nombrados por el Judicial, creando un impenetrable filtro de partidos políticos, con listas de diputados pre-seleccionados, proclives a sus allegados mercantiles y conectados legales.
Y para dar más apariencia de legalidad, añosos acoplados medios de comunicación defienden no solo sus millonarias fuentes, pautas de publicidad, sino esos dos contubernios poderes, atacando abiertamente al gobernante de turno, que busca un aparente saneo a esos estratos políticos.
Y se ha llegado al colmo de utilizar, piezas claves de fiscalización y control interno para entorpecer y erosionar, sobre nuevas obras y un sano futuro seguimiento, si ese gobernante el pueblo lo reeligiera.
Y para terminar de articular la madura cereza al pastel, de feria el favorecido y lucrativo mundo universitario estatal, que se lleva el 70% del presupuesto del FEES, en salarios, hacen causa común con ese sistema, para evitar su purga, que por décadas discriminatoriamente han disfrutado.
Se hace urgente una nueva Constituyente, pero no con los mismos chapulines de siempre. Tenemos en Costa Rica personas rectas, capaces, con sobrada probidad y moralidad. Jamás mari-tortis y rosadas tendencias, donde sean verdaderos adalides y ejemplo a nuestras mayorías.
Ya los costarricenses estamos saturados de tanta impunidad, inmunidad e indecencia, donde desde el exterior, ven el río revuelto para actuar y dejarnos en el mero cascarón. Alerta ciudadano, que estamos todavía a tiempo de intervenir. Fuera las cadenas que algunos están muy cómodos. Reflexiona.
(*) Juan Huezo Zúñiga, Ciudadano costarricense
Ver: * https://www.elpais.cr/2024/08/01/relatora-de-onu-sobre-independencia-judicial-critica-reforma-de-la-judicatura-en-mexico/
El mal llamado poder judicial es el más corrupto en Costa Rica. Magistrados eternos llenos de cuestionamientos, se siguen reeligiendo por minoria( invento PLN-PUSC), a condición de que alcahueteen a los políticos y familiares.