Hace unos pocos días, el prestigioso diario The New York Times publicó un completo artículo sobre el fenómeno del narcotráfico en Costa Rica. El citado artículo se titulaba así: “Un paraíso turístico se convirtió en un imán para el narco”. Una publicación que ha causado un fuerte impacto en Costa Rica, país que como es bien sabido, es uno de los grandes referentes mundiales en ecoturismo y en biodiversidad, pero que, a mi juicio, necesitaba esta “sacudida” para que su clase política salga de la autocomplacencia y de mirar hacia otro lado sobre los graves problemas sociales del país. Un par de días después de tal noticia, un servidor publicaba en este mismo medio -El País CR-, un artículo que titulé “Costa Rica como expresión del mundo global”, donde traté de conectar razones humanísticas y de modelo de sociedad para ir más allá de los titulares, pues es evidente que todos los fenómenos de hoy en el mundo tienen un origen mucho más profundo y complejo.
Este nuevo artículo que aquí les brindo, es una segunda parte sobre el mismo tema, pero en este caso apuntando directamente al ideal de sociedad que han sido los Estados Unidos de América desde hace por lo menos un siglo, comparándolo con las muchas cosas buenas que tiene Costa Rica como país para vivir, a pesar de todos sus problemas. Y digo esto porque yo resido en este momento en el país de la “pura vida” y sería muy hipócrita por mi parte no reconocer lo que disfruto aquí. La idea para realizar este artículo ha partido de unos comentarios positivos que he recibido de algunos contactos sobre mi opinión al respecto del artículo del New York Times, y uno de estos me escribió el enlace de un artículo de la BBC en español del año 2019, titulado así: “El sueño americano es una farsa. Qué es la trampa de la meritocracia y cómo afecta tanto a pobres como a ricos en Estados Unidos”.
La gran pregunta que nos podemos hacer todos en Costa Rica es esta: ¿Por qué el New York Times publicó un artículo sobre el narcotráfico en Costa Rica sin buscar las conexiones profundas con el crimen organizado internacional? Conexiones que empiezan en la misma ciudad de Nueva York, el mayor centro financiero mundial desde donde operan casi todas las organizaciones criminales relacionadas con el narcotráfico bajo la cobertura del “sueño americano”. Un “sueño” que como apunta el artículo de la BBC está basado en un elitismo extremo, en una ambición desmedida por el dinero y en un estilo de vida de enorme exigencia que hace insostenible la existencia misma para las propias personas de clase acomodada. Un “sueño” que yo afirmo que para poder hacerlo creíble a la sociedad estadounidense se sustenta en más de 800 bases militares repartidas por todo el planeta, y que conlleva de manera directa que en muchos países la vida humana sea igual de insostenible que para muchas personas en los Estados Unidos, el país con la tasa de homicidios más elevada del “primer mundo”.
Pero volvamos a la cuestión del artículo relacionado con el narcotráfico en Costa Rica. ¿Nadie se ha preguntado cuál fue el hecho histórico clave que puso las bases del actual contexto criminal en Centroamérica? ¿Nadie de una cierta edad recuerda la operación montada en los años 80 del siglo XX por los servicios de inteligencia de los Estados Unidos contra Nicaragua, denominada “La Contra”? Una operación con bases operativas en Costa Rica, al otro lado de la frontera del río San Juan, que significó la eclosión del tráfico de armas y de drogas en la región. De ahí hacia atrás podemos seguir creando conexiones con la Guerra de Vietnam, y más atrás hasta la construcción del Canal de Panamá a inicios del siglo XX, e incluso a la guerra “fabricada” en 1898 para apropiarse de Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Una historia de operaciones que justo ha cumplido dos siglos, desde que en 1823 se proclamó la llamada “Doctrina Monroe” con aquella célebre frase: “América para los americanos”. En México recuerdan muy bien que los Estados Unidos les arrebató más de la mitad de su territorio tras proclamarse aquella frase, y que marcó el inicio de una política imperialista en todo el mundo hasta el día de hoy.
Y hoy justamente, a pesar de la innegable actividad del narcotráfico en Costa Rica, miles de ciudadanos estadounidenses huyen de su país para refugiarse aquí, buscando esa “pura vida” que en buena medida todavía resiste a todos los males. El “sueño” en realidad es a la inversa, no es esa América del poder y del dinero bajo la bandera de las barras y estrellas. El “sueño” es y ha sido siempre esa otra América al sur del río Bravo donde no se habla inglés y donde el mestizaje se extiende a través de paisajes mágicos. Paisajes que he podido captar con mi cámara durante más de una década, siempre con mi visión de geógrafo y analista para buscar las esencias locales. En todo este tiempo he convivido principalmente en pueblos o barrios de mayoría costarricense, es decir, con la manera de vivir y con las costumbres ticas, lejos de esa gentrificación imparable de la que tanto se habla últimamente. Una gentrificación protagonizada justamente por ciudadanos estadounidenses, muchos de ellos muy poco integrados en el país, pues su obsesión es “huir de todo” y montarse un “bunker” de supervivencia en un territorio que les ofrece “pura vida” por todas partes.
(*) Sergi Lara, divulgador geográfico y asesor turístico
Entre el productor y el consumidor, digamos Colombia-EEUU, para ensuciar Costa Rica, nos entre mezclan. Tanto es el dinero y droga que se maneja, que las partes interesadas pretenden, de refilón, embarrar al gobernante de turno. El sueño americano cae en pedazos, como sucede en Europa, donde esos opioides son parte del quehacer de sus gentes. Pero veamos los entretelones. Ahora sistemáticamente están atacando a Chaves R., por cuanto la mafia política tradicional se encuentra en peligro de desaparecer, si este da tangibles y puntuales resultados a nuestro pueblo. Esa añosa mafia, tiene el respaldo foráneo, por cuanto son garantía de su “usual” incondicional contubernio geo-político internacional. O sea, en dos platos, los costarricenses hemos logrado un Quijote que, teniendo los medios de vivir a lo grande en el mundo, ha preferido metérsele al tren de la corrupción en Costa Rica. ¿Será que es muy, demasiado costarricense, o muy maje el estar jugándose su futuro? También en Costa Rica tenemos nuestros sueños muy a lo tico y podríamos repensar, valorar los acontecimientos. No nos dejemos llevar como ganado hacia el matadero, donde los corruptos imponen su voluntad, donde los guetos urbanos y sociales hacen su calculada polarización. Reflexiona.
Gran artículo de Sergi Lara (y gran reflexión de Juan Huezo). Mientras, desde el sur del norte occidental se ve la decadencia de su proyecto imperial… y el norte camina ciego hacia una distopía, que ya es una realidad. Una «chispa» más y estallará el desorden que ellos mismos alimentan, en sus propias manos, jugando con el dinero, por el dinero, … acumulado en manos de la pobreza intelectual que se ha amoldado a él. Y, cuando esto ocurra, vivirán (viviremos) el verdadero miedo a perderlo todo, «la pura vida».
Tipica reaccion de orgullo falso. Si Colombia es el Gran productor, y si los Estados Unidos es el gran consumidor, pero eso no niega que la complacencia y fallas en la implentaccion de serias politicas de seguridad en Costa Rica tengan como resultado esta realidad.
Claro que es bello Costa Rica, pero eso no quita que se halla dejado convertir en un hub logistico – tipo Amazon – para el narcotrafico. Inclusive, es precisamente este tipo de negacion que a dado este resultado.
Este fenomemo es un gran problema para Costa Rica, y creo que es mas importante enfrentarlo enves de reaccionar a la defensiva simplemente porque se diga algo negativo sobre la realidad en el terreno afectado.
Yo tambien quiero mucho a Costa Rica, pero ya hay que buscar soluciones practicas y effectives, y dejar de acudir a defensivas sin base y con falta de madurez.