San Salvador, 28 sep (Sputnik).- El cosmonauta ruso Fiodor Yurchijin, quien ha permanecido en el espacio exterior 671 días en cinco misiones, cumplió en El Salvador otra escala de una gira internacional durante la cual consagra su tiempo a promover un futuro mejor para la Tierra.
«Nuestra misión es heredar a nuestros hijos el planeta en mejor condición que como lo recibimos nosotros», dijo Yurchijin a la Agencia Sputnik tras una conferencia en la Universidad de El Salvador (UES), donde su presencia generó expectación entre un auditorio que se fotografió con el héroe.
Después de ver los países desde una inusual ventana para la mayoría de los humanos, ahora los recorre para hablar con sus gentes y contarle su extraordinaria experiencia, de la belleza del planeta y la necesidad de cuidarlo como la casa de todos.
Yurchijin visitó El Salvador del 23 al 24 de septiembre, luego de viajes a Nicaragua y en Honduras, sus escalas más recientes.
«Tengo muchos viajes… La familia mía ya está un poco enojada de no verme», bromeó con buen humor, que, según lo apreciado en este país, es un rasgo de su personalidad.
Afirma que en todas partes lo recibe el interés de la juventud en la cosmonáutica. De hecho, al entrar al Teatro Universitario, vestido con uniforme azul, fue recibida con una ovación por los estudiantes y catedráticos que colmaron el lugar.
Antes, con los diplomáticos de la embajada rusa y las autoridades universitarias, acudió a colocar una ofrenda floral en el busto a Yuri Gagarin, por quien dijo profesar una profunda admiración.
«Él (Gagarin) fue el primer hombre que pudo ver como se ve desde el espacio nuestro planeta y él dijo que es tan lindo y tal pequeño, además dijo: gente, vamos a cuidar a nuestro planeta y no a destruirlo», afirmó mediante un intérprete.
El pedido de Gagarin fue el hilo conductor de su ponencia magistral «La cosmonáutica: hoy, ayer y mañana».
En ese sentido, explicó parte de la vida en la estación espacial internacional que orbita la Tierra, que describió como otro planeta, «donde la política no existe».
«El equipo que está en el espacio es un ejemplo para la gente de la Tierra, de cómo los pueblos de diferentes países pueden trabajar juntos y contribuir», dijo.
Yurchijin recordó que en las naves de Rusia y Estados Unidos se lanzan al espacio astronautas de diferentes países, y siempre buscan y encuentran una lengua común.
«Cuando hablamos en las naves con nuestros compañeros, decíamos que tenemos que construir nuestro planeta, y enviar allá a todos los políticos del mundo, para que puedan ver desde arriba nuestro planeta, que es pequeño y frágil, el planeta en que vivimos, y cuando ellos se pongan de acuerdo como vivir aquí en paz, en este caso serían vueltos a la Tierra», relató.
«Estamos seguros de que la Tierra es nuestra casa y la casa es buena cuando está llena de los familiares y en esta casa caben todos los pueblos, por eso me gustaría citar de nuevo a Yuri Gagarin: gente, vamos a cuidar a nuestro planeta», expresó.
Cooperación ruso – salvadoreña
Yurchijin anunció a los estudiantes que en reuniones con el vicepresidente de la república, Félix Ulloa, y las autoridades de la UES, fueron abordados la marcha de dos proyectos que dijo estar convencido que corresponden a los intereses de los jóvenes.
Recordó que la Universidad Estatal del Suroeste de Rusia, una de las que más becarios de otros países recibe en su país, tiene lazos amistosos muy buenos con la UES y el primer experimento proyecta construir satélites por los estudiantes salvadoreños.
«El proyecto prevé que ustedes mismos, con sus manos, puedan construir un satélite, que no es un juguete, sino un aparato que funciona y podrá obtener los resultados de investigación necesarios para su estado», dijo.
El otro proyecto, dijo, suena como un sueño, pero podría ser realidad: «que un salvadoreño podría volar al espacio, representando a su país».
En medio de los aplausos y con una sonrisa, bromeó: «Y si en el futuro alguno de ustedes se encuentra un extraterrestre, nunca se olviden que ustedes son representantes de la Tierra».
Desde la ventana espacial
El cosmonauta ruso, quien en sus 671 días fuera del planeta hizo nueve caminatas espaciales, contó que cuando se mira desde la ventana de la estación orbital, hay un gran telón negro con brillantes, que son las estrellas, y se piensa que podría haber vida en otros planetas.
«Y cuando ves el espacio desde la ventana, y después a nuestro planeta… el amanecer… la puesta del sol y entiendes que nuestro planeta está vivo, lo entiendes con tu corazón, no con tu mente, y entonces tu corazón te dice: Dios ha creado nuestro planeta para nosotros», dijo.
Terminada la conferencia, decenas de estudiantes se arremolinaron en torno a Yurchijin a pedirle les permitiera una foto con él, solos o en grupos, o le firmara autógrafos, a lo que accedió gentilmente.
«En nuestra perspectiva, el planeta es nuestra casa y cuando una persona termina su trabajo, siempre quiere volver a casa», resumió. (Sputnik).