Kiev, 14 Oct. (EUROPA PRESS) – El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha acusado a Corea del Norte de enviar militares al Ejército de Rusia en el marco de la creciente alianza entre Pyongyang y Moscú, después de las autoridades surcoreanas hablaran de víctimas norcoreanas en el marco de la invasión rusa de Ucrania.
«Vemos una alianza cada vez mayor entre Rusia y regímenes como Corea del Norte. Ya no se trata solo de transferir armas. En realidad, se trata de transferir personas de Corea del Norte a las fuerzas militares de ocupación», ha declarado el mandatario durante su discurso diario.
Con motivo de estas declaraciones, Zelenski ha reiterado que sus Fuerzas Armadas «necesitan más apoyo», al asegurar que «la verdadera paz solo se puede lograr con fuerza». «Obviamente, en tales circunstancias, nuestras relaciones con los socios necesitan desarrollarse más», ha manifestado.
«Cuando hablamos de dar a Ucrania mayores capacidades de largo alcance y suministros más decisivos para nuestras fuerzas, no se trata solo de una lista de equipos militares. Se trata de aumentar la presión sobre el agresor, una presión que será más fuerte de lo que Rusia puede manejar. Y se trata de prevenir una guerra aún mayor», ha expresado.
Rendición de cuentas
El ministro de Exteriores de Ucrania, Andri Sibiha, ha exigido a través de su perfil en la red social X que Rusia rinda cuentas por las presuntas ejecuciones de prisioneros de guerra ucranianos por parte de soldados rusos, señalando que el 95 por ciento de los soldados ucranianos son sometidos a torturas.
«El maltrato de los prisioneros de guerra ucranianos por parte de Rusia es una barbarie absoluta, una grave violación del Derecho Internacional Humanitario, las leyes y las costumbre de la guerra», ha afirmado. «La comunidad internacional debe tomar medidas inmediatas», ha agregado.
Sibiha ha pedido así emitir órdenes de arresto por parte del Tribunal Penal Internacional (TPI) «contra verdugos y torturadores rusos», así como «aumentar la presión para aplicar sanciones» y exigir el acceso a observadores y médicos internacionales a los lugares de detención, facilitar la liberación de los prisioneros de guerra y de todas las personas detenidas ilegalmente».
Sus declaraciones tienen lugar después de que Kiev denunciara la ejecución de nueve soldados que se habían rendido después de gastar sus municiones durante los combates en la región occidental rusa de Kursk.