- Dos especies latinoamericanas de tigrillo fueron reconocidas previamente por la ciencia en 2013: el tirica (Leopardus guttulus) y el leopardo tigre (Leopardus tigrinus). Sin embargo, en un artículo publicado en enero de 2024 se describe una tercera especie nueva de tigrillos: Leopardus pardinoides.
- La nueva especie, conocida como tigrillo nebuloso, habita en bosques nubosos de gran altitud en América Central y del Sur. Además de proponer la nueva especie, los autores reevaluaron la distribución y la situación actual de los tigrillos. Los nuevos datos indican que los pequeños felinos silvestres no están presentes en zonas donde antes se suponía que estaban, lo que ha reducido considerablemente el hábitat que les queda.
- Los expertos advierten que estas especies de gatos silvestres poco conocidas han pasado durante mucho tiempo desapercibidas para la conservación. Es preciso actuar con urgencia para protegerlos a largo plazo.
San José, 4 Nov (Mongabay.com).- Muchos de los pequeños gatos silvestres del mundo son enigmáticos, escurridizos y vagan más allá de la atención mediática de la que disfrutan sus grandes primos félidos. Pero se podría perdonar no haber oído hablar del Leopardus pardinoides, un pequeño felino que habita en los bosques nubosos de Latinoamérica, ya que los investigadores lo han descrito recientemente como una nueva especie. Un equipo formado por decenas de investigadores y conservacionistas presentó el hallazgo en un artículo publicado en enero de este año en la revista Nature Scientific Reports. Los tigrillos son félidos diminutos, del tamaño de un gato doméstico, que viven en América, desde Costa Rica hasta Bolivia y Argentina.
Hasta este año, solo dos especies de tigrillos eran reconocidas de manera oficial: el tirica (Leopardus guttulus), que se encuentra en la mata atlántica, y el leopardo tigre (Leopardus tigrinus), con una presunta área de distribución considerable que se extiende desde Brasil hasta Colombia, al norte de Costa Rica y a través de los Andes hasta Bolivia y Perú.
Sin embargo, se avecina un cambio con la descripción de L. pardinoides. Los investigadores evaluaron las características de todos los tigrillos conocidos, incluidas su morfología y ecología, y concluyeron que las poblaciones que habitan en los Andes y los bosques nubosos de países como Colombia, Perú y Costa Rica son una especie distinta del L. tigrinus que habita en la sabana. Esta designación sigue a un artículo publicado a finales de 2023 en el que se analizaba la genética de los tigrillos y se llegaba a una conclusión similar de que el tigrillo nebuloso es una especie distinta.
Dar la alarma para su conservación
Para Andrew Kitchener, conservador principal de vertebrados del Museo Nacional de Escocia y quien dirige el grupo de trabajo sobre clasificación de felinos del Grupo de Especialistas en Felinos de la UICN, el nuevo hallazgo aporta una grata claridad taxonómica al complejo del tigrillo. En el pasado, su grupo se enfrentó a la incertidumbre en cuanto al número de especies existentes y la relación entre ellas.
“Si la morfología, la genética y la ecología coinciden, el trabajo es bastante completo”, dijo Kitchener, que no participó en el reciente estudio. “Parece que, al menos por el momento, dado el carácter exhaustivo de los datos, las cuestiones taxonómicas parecen estar ahora resueltas para este grupo”.
L. pardinoides fue pregonado por los medios de comunicación como el emocionante descubrimiento de una nueva especie de gato montés. Sin embargo, para los expertos que participaron en la investigación, la importancia de la aclaración taxonómica es mucho mayor, con importantes consecuencias para la conservación de los tres tigrillos.
Junto con la descripción de L. pardinoides, los investigadores también presentaron nuevos datos en su artículo de 2024 que identifican reducciones “alarmantes” del área de distribución de cada especie de tigrillo, subrayando la “urgente necesidad de evaluaciones actualizadas de las amenazas para cada una de las especies individuales”, escribieron los autores.
“Lo que espero de este artículo es que sirva de base para que la gente entienda que se trata de tres especies diferentes y tres bellos animales distintos, pero también que muestre su realidad”, comentó Tadeu de Oliveira, fundador y presidente de la Iniciativa para la Conservación de los Tigrillos y autor principal del artículo. “A veces, la gente se limita a decir: ‘¡Oh, es una nueva especie!’. Pero esa no es la cuestión principal; la cuestión principal es la conservación, no solo del Leopardus pardinoides, sino de todos los tigrillos”.
Revisión del mapa de amenazas, para peor
El nuevo estudio no solo defiende que el tigrillo nebuloso es una especie aparte, sino que también establece nuevos mapas de distribución para las tres especies, entendiendo que cada una corresponde a un bioma específico, dijo de Oliveira. L. pardinoides habita en los bosques nubosos de gran altitud de Sudamérica y Centroamérica, L. tigrinus vive en sabanas y matorrales como la Caatinga y el Cerrado brasileños y L. guttulus es único de la mata atlántica.
Basándose en la distribución histórica, los autores estimaron una alarmante reducción del área de distribución del 55,9 % para L. tigrinus, del 50,4 % para L. pardinoides y del 68,2 % para L. guttulus. “Tenemos descensos de población para las tres especies y los escenarios son aterradores”, afirmó de Oliveira. “Esto es enorme”.
Estas aclaraciones han dado lugar a que una gran franja del hábitat amazónico que antes se consideraba territorio potencial de L. tigrinus haya sido eliminada del mapa de distribución, dijo de Oliveira. Del mismo modo, se han eliminado zonas de sabana que antes se consideraban hábitat potencial de L. guttulus. Estas nuevas restricciones del área de distribución son aún más drásticas si se tiene en cuenta el hábitat que ya no se considera adecuado para los pequeños felinos.
Sin embargo, la pérdida de hábitat es solo uno de los problemas que afectan a los tigrillos señalados por los expertos. Algunos de ellos —como la pérdida y degradación del hábitat, la muerte en las carreteras y la persecución debido a conflictos— los comparten las tres especies. También existe el riesgo generalizado de transmisión de enfermedades por perros domésticos y en libertad. L. guttulus además se enfrenta al reto del mestizaje con otro pequeño gato silvestre: el gato de Geoffroy (Leopardus geoffroyi).
Jonas Lescroart, estudiante de doctorado en la Universidad de Amberes (Bélgica) y en la Pontificia Universidad Católica de Río Grande del Sur (Brasil), observó los primeros indicios de una menor diversidad genética en las poblaciones de tigrillos de América Central en comparación con las de los Andes. Del mismo modo, hay “signos alarmantes” de diversidad genética limitada entre las poblaciones de L. tigrinus del noreste de Brasil, aunque se basan en muestras limitadas. La disminución de la diversidad genética puede reducir la resistencia de las especies y aumentar la vulnerabilidad a las enfermedades.
“Desde el punto de vista de la genética, será importante obtener más muestras de las distintas poblaciones de tigrillos y estudiar la diversidad genética y la estructura de la población”, comentó Lescroart, quien dirigió un estudio sobre la diversidad genética del grupo de los tigrillos.
El estudio de 2024 concluye que Colombia y Costa Rica son vitales para la conservación de L. pardinoides, la nueva especie, mientras que Brasil es clave para la supervivencia de L. guttulus y L. tigrinus, ya que dicho país alberga más del 90 % del área de su distribución actual.
Mayor necesidad de conservación
Las dos especies de tigrillos anteriormente reconocidas, L. guttulus y L. tigrinus, se consideran en la actualidad vulnerables a la extinción, según la Lista Roja de la UICN, pero la reorganización taxonómica de este año puede cambiar la situación.
“Una vez que la taxonomía [revisada propuesta] haya sido aceptada, es necesario realizar una evaluación adecuada de las tres especies en la Lista Roja de la UICN para que podamos determinar realmente cuál es su estado de conservación”, dijo Kitchener, quien está dirigiendo la próxima revisión taxonómica de los félidos del mundo. La última actualización se realizó en 2017. “Entonces se tomará una decisión sobre lo amenazadas que están y qué acciones de conservación serían necesarias, pero la principal [recomendación] sería para mí la preservación del hábitat”.
De acuerdo con de Oliveira, que dirigió evaluaciones anteriores de la UICN para L. tigrinus y L. guttulus, las tres especies de tigrillos pueden merecer la categoría de En Peligro si se tienen en cuenta la pérdida de hábitat, el posible declive de la población y una amplia gama de otras amenazas. Comentó que L. tigrinus en particular se enfrenta a un futuro “aterrador” porque habita en algunos de los paisajes más amenazados de Brasil: el hábitat está siendo rápidamente barrido por la expansión de cultivos comerciales agrícolas como la soya.
Dadas las reducciones del área de distribución del tigrillo identificadas por los autores del estudio, Roberto Salom, director para América Latina de Panthera, está de acuerdo con que se justificaría un cambio en el estado de conservación de las dos especies identificadas con anterioridad, mientras que también podría argumentarse que la recién designada L. pardinoides está En Peligro. “Ahora tenemos una especie que tiene una distribución muy concentrada”, contó. “Aporta complejidad a la conservación de la especie”.
Una revisión mundial de la UICN y una redesignación del riesgo también podrían desencadenar una revisión del estado del tigrillo a nivel nacional. En Brasil, L. tigrinus ya se considera una especie En Peligro. Lo mismo ocurre en Costa Rica, donde la oncilla (antes considerada una subespecie de L. tigrinus, pero ahora reconocida como una subespecie de L. pardinoides) está catalogada como amenazada. Según algunos expertos, la oncilla es el félido más amenazado del país, comparada con el jaguar (Panthera onca) y el margay (Leopardus wiedii). La oncilla “sí o sí tiene que convertirse en una de las prioridades [para Costa Rica] en términos de conservación de la vida silvestre”, declaró Salom.
En Colombia, L. tigrinus se considera Vulnerable en la actualidad y una reciente actualización de la lista de especies en peligro del país no menciona a L. pardinoides. También hay una controversia en torno a otra especie propuesta hace poco, Leopardus narinensis, una especie de gato moteado descrita el año pasado que embarra el panorama de los tigrillos del país.
Juan Camilo Cepeda Duque, del Proyecto de Conservación del Tigrillo Andino, que participó en el reciente estudio, señala que se necesitará tiempo para que L. pardinoides sea reconocida como especie separada en Colombia, y puede que eso no ocurra hasta la próxima actualización de especies en peligro.
El retraso en la designación de riesgo elevado puede acarrear mayores problemas de conservación. “Como especialista en hábitats, no sabemos si L. pardinoides corresponde a Vulnerable o si su estado es aún peor, dada la destrucción desenfrenada del hábitat que le queda y la aparición de múltiples amenazas tanto en contextos protegidos como no protegidos”, dijo Cepeda Duque, quien señaló que muy pocos programas de conservación se dirigen actualmente a la especie, y los que lo hacen operan con escasos recursos. “Aumentar la categoría a especie en peligro podría ayudar a cambiar esta situación”.
Entre las más de 30 especies de pequeños felinos silvestres que existen en el mundo, la UICN considera Vulnerables o En Peligro de extinción a una docena de ellas, incluyendo el gato andino (Leopardus jacobita), de América Latina, y el gato de Borneo (Catopuma badia) y el gato de cabeza plana (Prionailurus planiceps), ambos de Asia. La conservación de los pequeños felinos silvestres en todo el mundo está plagada de escasos fondos para la investigación.
Actuar en favor de los tigrillos
Los conservacionistas esperan que poner el foco en el tigrillo nebuloso recientemente descrito abra la puerta a más fondos para la conservación de la especie y genere un mayor interés por la investigación de los pequeños felinos.
“Ahora tenemos un área más pequeña donde se encuentra esta especie [L. pardinoides]”, contó José Daniel Ramírez-Fernández, biólogo y coordinador de Conservación Oncilla. “Tenemos que reforzar nuestras acciones para protegerla mejor porque no es una distribución amplia”.
Se están llevando a cabo trabajos de conservación en las áreas de distribución de las tres especies de tigrillos. En Costa Rica, por ejemplo, se está trabajando para proteger a las oncillas de los atropellos y reducir la depredación de pollos, y minimizar así los conflictos con los humanos. Los miembros de la Iniciativa para la Conservación de los Tigrillos, mientras tanto, llevan tres años realizando campañas intercontinentales de vacunación y esterilización de perros y gatos domésticos para limitar la propagación de enfermedades contagiosas a los pequeños felinos silvestres de varios países, aunque con los limitados recursos disponibles para cubrir vastas extensiones de territorio, estos esfuerzos solo pueden llegar hasta cierto punto, dicen los conservacionistas.
Al igual que los pequeños felinos silvestres de todo el mundo, los tigrillos necesitan mucho más apoyo para su conservación en términos de investigación, dinero para la conservación y esfuerzos para preservar el hábitat y mantener la conectividad de las poblaciones. De Oliveira comentó que se necesitan más medidas de conservación para toda la familia de tigrillos y otros pequeños felinos de Latinoamérica desatendidos “a gran escala”. Esas medidas de conservación se extienden a la política agraria en países clave del área de distribución, tales como Brasil, para conservar el hábitat natural y crear conectividad.
Descifrar la taxonomía del tigrillo y declarar una nueva especie es un paso importante en esta dirección, dijo de Oliveira, pero es solo un paso. “Lo que realmente importa es su conservación… Todavía hay tiempo, pero si no hacemos nada, creo que en 20 años los tigrillos estarán en una situación muy crítica”.
Imagen principal: El artículo de 2024 propone al Leopardus pardinoides, o tigrillo nebuloso, como una nueva especie. Este pequeño felino silvestre se encuentra en los bosques nubosos de Costa Rica, al sur hacia Panamá, Colombia, Perú, Bolivia y Argentina. Foto: Cortesía de Johanes Pfleiderer.
REFERENCIAS
De Oliveira, T. G., Fox-Rosales, L. A., Ramírez-Fernández, J. D., Cepeda-Duque, J. C., Zug, R., Sanchez-Lalinde, C., … Rodrigues, F. H. (2024). Ecological modeling, biogeography, and phenotypic analyses setting the tiger cats’ hyperdimensional niches reveal a new species. Scientific Reports, 14(1). doi:10.1038/s41598-024-52379-8
Lescroart, J., Bonilla-Sánchez, A., Napolitano, C., Buitrago-Torres, D. L., Ramírez-Chaves, H. E., Pulido-Santacruz, P., … Eizirik, E. (2023). Extensive phylogenomic discordance and the complex evolutionary history of the Neotropical cat genus Leopardus. Molecular Biology and Evolution, 40(12). doi:10.1093/molbev/msad255
De Oliveira, T. G., Lima, B. C., Fox-Rosales, L., Pereira, R. S., Pontes-Araújo, E., & De Sousa, A. L. (2020). A refined population and conservation assessment of the elusive and endangered northern tiger cat (Leopardus tigrinus) in its key worldwide conservation area in Brazil. Global Ecology and Conservation, 22, e00927. doi:10.1016/j.gecco.2020.e00927
González-Maya, J. F., Zárrate-Charry, D. A., Arias-Alzate, A., Lemus-Mejía, L., Hurtado-Moreno, A. P., Vargas-Gómez, M. G., … Schipper, J. (2022). Spotting what’s important: Priority areas, connectivity, and conservation of the northern tiger cat (Leopardus tigrinus) in Colombia. PLOS ONE, 17(9), e0273750. doi:10.1371/journal.pone.0273750