Columna Poliédrica
La señora Rocío Aguilar anunció que renuncia y que se va de los puestos que estaba desempeñando. Tengo claro que su retiro prematuro no va a generar un cambio significativo en la supervisión financiera, de hecho nadie va a llorar su partida debido a que su trabajo ha sido inefectiva; o al contrario, quienes se han aprovechado de su inoperancia, sí la van a llorar suponiendo que vaya a llegar alguien que sí haga su trabajo e impida que los sinvergüenzas se lleven el dinero de los ahorristas o inversores.
Se va y si te vi no me acuerdo. Así como lo hizo en la Contraloría General de la República o en el Ministerio de Hacienda, ahora se va y no pasa nada si cumplió o no sus obligaciones; en otras palabras, su responsabilidad queda diluida en justificaciones de diverso tipo, en interpretaciones jurídicas para exonerar su incompetencia en el ejercicio de sus funciones. A la gente que perdió su dinero la ruedan con un discurso absolutamente ininteligible para esas personas.
No cabe duda que hay una red de cuido para que la inacción en materia de control financiero quede en nada. No voy a hacer un inventario de los diferentes casos en que las personas han perdido su dinero o en que las finanzas del Estado han sufrido un perjuicio por medio de los diferentes delitos que existen contra la hacienda pública; pasan y pasan los casos, sin embargo, no pasa nada, no hay sanción y tampoco restitución a los perjudicados.
El Derecho Penal y su proceso se ha vuelto cómplice de estos desfalcos. El proceso penal en general y el costarricense en particular, es usado para exonerar a las personas de carne y hueso de cualquier responsabilidad; no obstante, ello lo hacen con base en los diferentes vacíos que existe en el ordenamiento jurídico penal y que los abogados están atentos en señalar en el proceso penal, a la par de esto, se utiliza la imprecisión en la redacción de las normas para justificar conductas delictivas o para sustentar que el acto administrativo estaba conforme a la ley.
El sector financiero está por la libre a pesar de que se da la apariencia de estar fiscalizado. Las instituciones del Estado que deben ejercer competencias de fiscalización no están haciendo su trabajo, a pesar que las personas vinculadas a esas instancias reciben remuneraciones millonarias, como es el caso de la señora que ahora anuncia su renuncia; así mismo, el lenguaje, el discurso o como dicen ahora, la narrativa financiera es sumamente opaca para el común denominador de las personas, de eso se aprovechan los sinvergüenzas para hacer sus fechorías.
El tiempo se convierte también en una herramienta para que una sanción a este tipo de conductas nunca llegue. La gente en general se le olvida las cosas y en particular aquellos hechos que no son directamente de su interés, se trata de una situación que favorece a los infractores y que diluye la responsabilidad; dicho de otro modo, el olvido permite que los responsables puedan construir una imagen de inocencia que, en no pocas ocasiones, termina imponiéndose en el imaginario colectivo por medio de los diferentes medios de comunicación que difunden esa imagen de inocente.
Los ahorrantes e inversiones que han perdido su dinero no van a extrañar a Rocío Aguilar, lo que sí van a añorar es una institucionalidad que pueda devolverles su dinero. Estamos viviendo una época en la que ser sinvergüenza no es problema y si encima puede pagar abogados para que lo defiendan, la posibilidad de salirse con la suya es altísima por no decir: total.
(*) es Filósofo
andimirom@gmail.com
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No hubo comisiones legislativas y tampoco investigaciones judiciales por los desfalcos en diferentes instituciones en contra de la señora. Será parte de una red de cuido? Será una invitación a salir por la puerta de atrás? Yo si creo que hoy hay muchos que lloran por las malas decisiones tomadas desde la Superintendencia, pero para verdades está el tiempo y el Dueño del mismo.
La renuncia de Rocío Aguilar no debería ser un mero trámite, sino un llamado a la acción para transformar un sistema que ha fallado en proteger los intereses de los ahorrantes y en garantizar la integridad del sector financiero.
La señora, es parte fundamental en ese puesto para la tradicional mafia política, la cual los famosos cómplices en la Asamblea Legislativa los exonera de oficio. Podrán pronto y exigirán eso sí, otro, igual o más espeso para dar continuismo al atraco institucionalizado. Y por supuesto, va premiada con cientos de millones. Y así observaremos, casos de casos, para picarnos el hígado y las entrañas. Y como se va acordar, Roci, en las playas de Miami, Hawaii o Costa Azul, de esas «trivialidades». Y todos, calladitos, ¿o será… domesticaditos?