La invasión rusa sobre Ucrania se desencadenó en febrero de 2022 como resultado de un proceso iniciado con la propia disolución de la Unión Soviética en 1991, seguido de la expansión de la OTAN hacia casi todos los países de la Europa del Este que también habían puesto punto final a los regímenes socialistas bajo la tutela soviética. El proceso de disolución soviética se desarrolló en paralelo a las “guerras yugoslavas” que culminó con los bombardeos de la OTAN sobre la capital serbia de Belgrado en 1999. Entrados en los primeros años del nuevo siglo los Estados Unidos fueron tomando posiciones en toda Europa, tanto a nivel político, como económico y sobre todo militar. La independencia de Kosovo en 2008 y las nuevas bases militares americanas al este del antiguo “Telón de Acero” marcaron el siguiente paso, como fue influir directamente en los gobiernos de Ucrania a través de diferentes movimientos populares, que se materializó en 2014 con la instauración de un gobierno prooccidental opuesto frontalmente a Rusia, el cual empezó a eliminar todo rastro de historia compartida.
En un lugar elevado de la capital ucraniana -Kiev-, destaca el colosal monumento de 102 metros de altura construido durante la época soviética que se bautizó con el nombre de “Madre Patria”, pero que en 2023 se le cambió el nombre por el de “Madre Ucrania”, eliminando de paso todas las referencias rusas y soviéticas. El mismo monumento queda dentro de un espectacular complejo con miradores que rinde tributo a los miles de soldados ucranianos muertos durante la Segunda Guerra Mundial, denominado en su origen “Museo de la Gran Guerra Patriótica” que en 2015 se cambió por el nombre de “Museo Nacional de la Historia de Ucrania en la Segunda Guerra Mundial”.
Pero la realidad de Ucrania en su mitad oriental es que había una clara mayoría de población rusa, muy especialmente en las regiones limítrofes con el mar Negro. La anexión a Rusia de la península de Crimea en 2015 fue un hecho que estaba más que cantado, pues en dicho territorio no sólo había una población rusa del 90%, sino que también se encontraba la principal base naval rusa desde la época zarista. Pero justo en esos años es cuando China irrumpió con fuerza en la esfera internacional, una potencia capaz de desbancar a los Estados Unidos, lo cual intensificó la estrategia americana de someter a toda Europa bajo su hegemonía. El objetivo americano de poder trocear el inmenso territorio euroasiático bajo soberanía rusa era un “sueño” que tenía más de un siglo, pero esta ambición había topado con el poder de la Unión Soviética que heredó a Rusia el mayor arsenal nuclear del planeta. Los Estados Unidos en cualquier caso siguieron adelante con su política hegemónica sobre Europa, destacando la adhesión a la OTAN de Montenegro en 2017 y de Macedonia del Norte en 2020, que definitivamente certificó el control total americano en los Balcanes. Pero para contener a China y a Rusia había que conseguir el gran territorio que cubre la geopolítica europea desde hace más de mil años entre los Cárpatos y el mar Negro, como es “Ukrayina”, término que etimológicamente significa “el país en la frontera”.
Pasados los primeros seis meses de guerra entre Rusia y Ucrania, en septiembre de 2022 se produjo la voladura de los grandes gaseoductos que a través del mar Báltico suministraban esta importante energía desde Rusia hacia Alemania. Una operación planificada y ejecutada por los servicios de inteligencia americanos y británicos como un acto más de toda una lucha geopolítica en Europa desde tiempos inmemoriales. Aquella operación envió el claro mensaje de que si el principal estado de la Unión Europea -Alemania-, era un títere en manos de los Estados Unidos, ¿qué no serían el resto de los estados europeos? Se cerraba así el círculo de las fragmentaciones en el continente, que estuvieron muy bien alimentadas desde la caída del “Muro de Berlín” hasta la “Pandemia del Coronavirus” para debilitar claramente a todos y cada uno de los países.
Curiosamente ha sido desde el año 2020 cuando han desaparecido por completo todas las reivindicaciones nacionales en la Europa Occidental, que principalmente protagonizaron durante los años previos los movimientos soberanistas de Cataluña y Escocia. Lo que más interesaba principalmente era la fragmentación de la Europa Oriental, que finalmente ha concluido en Ucrania y que ha dejado en manos de los Estados Unidos la decisión para todos los asuntos que afectan al continente, ya sean políticos, económicos, energéticos, sociales, medioambientales, militares e incluso culturales y migratorios. Un interés con el fin de contener a China y a Rusia, y al mismo tiempo para favorecer los intereses estrictamente americanos respecto a su comercio y sus industrias, lo cual de manera indirecta afecta mucho a territorios europeos con déficit fiscal y sin soberanía como es Cataluña.
El origen de Ucrania está en los llamados “pueblos eslavos orientales” que vivían en las actuales llanuras de la Rusia europea entre los siglos VI y IX, donde también se asentaron pueblos nórdicos venidos desde Escandinavia emparentados con las antiguas tribus vikingas. Aquellas comunidades de pueblos eslavos y pueblos nórdicos se fusionaron justamente a mediados del siglo IX alrededor del asentamiento de Kiev o “Kyiv” -capital de Ucrania-, término que significa más o menos “pueblo del muelle”. Un pueblo asentado en un punto muy estratégico a orillas del río Dniéper, el cuarto en longitud de Europa con sus 2.287 kilómetros que desemboca en el mar Negro después de cruzar toda la actual Ucrania. Desde aquel momento se empezó a denominar a las comunidades asentadas a lo largo y ancho de la gran cuenca del río Dniéper como los “Rus”, que en un antigua lengua nórdica-eslava significa “gente que rema”. De ahí surgió a partir del siglo X el dominio político del llamado “Rus de Kiev”, un conjunto de principados con Kiev como capital, que de aquella manera significó el embrión de la nación rusa-ucraniana.
El actual conflicto de legitimidades entre Rusia y Ucrania debe entenderse desde este contexto, dos naciones que parten de un mismo embrión pero que tuvieron en la actual capital de Ucrania su momento fundacional. En este sentido me permito hacer un paralelismo con el embrión que dio lugar a lo que hoy conocemos como España, que más allá de la importancia del antiguo Condado de Castilla y del Principado de Asturias, tuvo en los antiguos condados catalanes dentro de la llamada “Marca Hispánica” carolingia al norte y al sur de los Pirineos, un elemento capital para la futura unión de reinos ibéricos. Otra cosa diferente es que desde Moscú y desde Madrid se quieran imponer unas hegemonías políticas, culturales, económicas y militares basadas en el mayor peso demográfico de Rusia sobre Ucrania y de España sobre Cataluña. Toda esta complejidad dentro del llamado “avispero de pueblos de Europa”, en vez de utilizarse como una fortaleza, está siendo utilizado por el dominio anglosajón justamente para debilitar al continente. Los romanos este concepto ya lo tuvieron muy claro con aquella célebre cita de “divide y vencerás”.
(*) Sergi Lara, divulgador geográfico y asesor turístico
Muy interesante aportación de Sergi Lara. Un proyecto para aislar Europa y separar los lazos entre Ucrania y Rusia, mientras, en Occidente, se ha aislado a los movimientos de libre determinación catalán y escocés. Interesa fracturar el Oriente.
Divide y venceras, no puede ser más acertado
Tècnica Antigua, que encima funciona
La hegemonía absoluta de occidente ha terminado, surgen otros sectores que ya han partido esa hegemonía.
Así que si occidente no se acopla a esa nueva realidad seguiremos teniendo más conflictos.
El respeto, a los pueblos menos desfavorecidos, la colaboración y buscar el surgimiento de éstos, hará la diferencia.
Occidente debe entender que todo ha cambiado.
Me gusta el artículo por su objetividad.
La expansion de la OTAN hacia el este, y la propia existencia de la misma como una organizacion defensiva cuyo proposito era cercar a Rusia fue un gran error politico y estrategico de Occidente.
El mismo diplomatico norteamericano George Kennan, el padre de la teoria de contencion frente a la URSS durante la GUerra Fria (el famoso Señor X), predijo que esta posicion agresiva de los EEUU podria desencadenar una guerra con Rusia. Su profecia se hizo realidad 17 años despues de su muerte en 2005 a los 101 años.
Es curioso pero el triunfo de los EEUU en la Guerra Fria le dio a ese pais una conversion en su politica exterior de querer promover la democracia. Una idea sumamente peligrosa y que ha traido serios problemas y grandes desgracias.