Bogotá, 3 feb (Sputnik).- La negativa del presidente Gustavo Petro a permitir el ingreso de aviones con colombianos deportados desde EEUU desencadenó a finales de enero pasado una crisis diplomática entre Washington y Bogotá que, aunque fue superada, dejó la sensación de que no sería la última entre las dos naciones.
Si bien ambos países han mantenido una cooperación estratégica en temas de seguridad, comercio y lucha contra el narcotráfico, el giro que podría tomar la administración que preside el republicano Donald Trump genera incertidumbre, en especial en materia migratoria y de cooperación internacional.
«Estamos ante un escenario donde el enfoque unilateral y proteccionista de Trump podría redefinir las relaciones entre Colombia y Estados Unidos, en especial en temas de migración y lucha contra el narcotráfico», comentó a la Agencia Sputnik el investigadoir Manuel Alejandro Rayran Cortés, docente de la Facultad de Finanzas, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Externado de Colombia.
Cortés enfatiza que el regreso de Trump significa un endurecimiento en las políticas migratorias que afectarán a los colombianos que buscan nuevas oportunidades en UU.
Durante su primer mandato, de 2017 a 2021, Trump impulsó medidas restrictivas en materia migratoria, incluyendo la política de «tolerancia cero» que resultó en la separación de familias en la frontera sur de EEUU. Además, reforzó la retórica contra la inmigración ilegal y endureció los requisitos para visas y asilo político.
«Con Trump de nuevo en la Casa Blanca, es probable que recrudezca estas políticas, lo que impactará a miles de colombianos que buscan migrar a Estados Unidos, ya sea por razones económicas o de seguridad», advierte Rayran Cortés.
Uno de los temas que más preocupa es el impacto que tendrá la agenda de Trump en la cooperación internacional, en particular la asistencia económica de instituciones como la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (Usaid, siglas en inglés).
«EEUU ha sido un socio clave en la inversión social en Colombia, especialmente en programas de desarrollo rural y reincorporación de excombatientes. Sin embargo, Trump ha mostrado un desinterés en el financiamiento de estos programas y podría reducir considerablemente estos fondos», explica Rayran Cortés.
Bajo el gobierno de Joe Biden (2021-2025), Colombia recibió apoyo en programas de sustitución de cultivos ilícitos, desarrollo sostenible y lucha contra el cambio climático. No obstante, la política de Trump en su primer mandato evidenció una postura más transaccional, donde la cooperación estaba supeditada a intereses estratégicos inmediatos.
«Trump ha dejado claro que priorizará acuerdos bilaterales de beneficio directo para EEUU, lo que significa que Colombia podría enfrentar una disminución de apoyo financiero si no se alinea con las prioridades de su administración», agrega el experto.
En el ámbito de seguridad, es posible que Trump retome una postura más agresiva contra el narcotráfico, con un enfoque militarista y de erradicación forzada. En su primer mandato, el expresidente amenazó con descertificar a Colombia en la lucha antidrogas y propuso estrategias que incluían la fumigación con glifosato y la intervención de militares estadounidenses en operaciones antinarcóticos.
«Con Trump nuevamente en el poder, Colombia podría verse obligada a modificar su estrategia antidrogas y adoptar medidas más coercitivas para garantizar el apoyo estadounidense», sostiene Rayran Cortés.
Esto generaría tensiones con la administración Petro, que ha promovido un enfoque de reducción del daño y alternativas de desarrollo en regiones afectadas por los cultivos ilícitos.
Ante este panorama, el Gobierno colombiano deberá anticiparse a los posibles cambios en la relación bilateral.
«La diplomacia será clave. Petro tendrá que fortalecer su equipo en Washington y aprovechar los canales multilaterales para minimizar el impacto del endurecimiento de las políticas de Trump», sugiere el analista.
Además, Colombia podría diversificar sus alianzas internacionales y reforzar la cooperación con la Unión Europea y otros actores globales para compensar eventuales recortes en el apoyo estadounidense. »
No se trata de alejarse de EEUU, sino de preparar una estrategia de mitigación ante un escenario que podría ser desfavorable para los intereses colombianos», concluye Rayran Cortés.
El destino de la relación entre Colombia y EEUU dependerá en gran medida del rumbo que tome la política exterior de la administración Trump, liderada por el secretario de Estado, Marco Rubio.
Mientras tanto, Bogotá debe prepararse para un posible giro en la Casa Blanca que redefinirá la dinámica entre ambos países en los próximos años. (Sputnik)