Ciudad de México, 6 feb (Sputnik).- Ante los aranceles de 25 por ciento impuestos en forma unilateral por el presidente de EEUU, Donald Trump, que ensombrecen a las economías de sus socios norteamericanos con presiones inflacionarias, México se coloca ante el dilema de diversificar su comercio exterior.
«Nuestro primer y mayor mercado es EEUU, pero debimos haber aprendido del alto costo de poner todos los huevos en una sola canasta, en vez de ir diversificando poco a poco nuestro comercio exterior», dijo a la Agencia Sputnik el economista Marco Antonio Fernández, doctorado por la Universidad de Duke, Carolina del Norte, sureste de EEUU.
Con la metáfora de la canasta solitaria, el académico ilustra las primeras consecuencias del impacto de la disrupción ideada por Trump para sabotear el modelo económico norteamericano de libre comercio.
«Los aranceles al comercio van a tener un impacto en la vida de las personas, comenzando con los precios de los productos, por el efecto inflacionario en los tres países de Norteamérica», explica Fernández, investigador asociado del centro de pensamiento México Evalúa.
El también profesor de la Escuela de Gobierno del Tecnológico de Monterrey (norte) explica que el incremento de los precios dependerá de la balanza comercial diferenciada, que necesita una modernización.
«EEUU nos vende el 16 por ciento de sus exportaciones y nosotros exportamos el 83 por ciento a la economía estadounidense», señala el académico, quien ha sido consultor para el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, y el Banco Mundial.
«En el ambiente comercial, el aumento del costo las empresas pasan estos incrementos al consumidor. La paradoja es que Trump termina afectando al consumidor estadounidense», advierte quien también ha sido consultor del Banco Mundial y el Consejo Económico Social de las Naciones Unidas.
Fernández señala que la integración con la economía norteamericana es un hecho que se ha consumado en las últimas tres décadas, pero lamenta que el país latinoamericano no apostó a la diversidad de mercados.
Ante esa realidad, considera sensata la postura de la presidenta Claudia Sheinbaum de buscar otros aliados internacionales, para diversificar la economía mexicana y depender menos de EEUU,
«El Gobierno se dio cuenta que cambió el mecanismo y la forma de funcionar el mundo», con el regreso de Trump a la Casa Blanca, apunta.
Además, recomienda ver con mayor énfasis las alternativas y aliados, con los cuales México puede encarar el desafío.
REPARAR MOTOR DE CRECIMIENTO
Ante los daños de una guerra comercial, Fernández considera que fortalecer la cooperación internacional es una opción.
«Canadá y los europeos son potenciales aliados por obvias razones y una coordinación con esos actores es ahora más urgente», subraya el consultor internacional.
En cuanto a la zona asiática, lograr una nueva relación es más complejo, además de la distancia: «China le vende mucho a México, y desde este país vendemos menos a China».
En efecto, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dijo en noviembre que el desbalance comercial de México con China «está creciendo cada año», estimado en unos 80.000 millones de dólares.
En América Latina, México vende productos manufacturados a Chile, Brasil o Argentina, «pero en materias primas no tenemos para vender, no hay opción», dice el economista.
Otra sugerencia es explorar con creatividad nuevas oportunidades de mercados que no se han explorado, por ejemplo, los países asiáticos.
«Hay que pensar fuera de la caja, porque se hace evidente que en los próximos cuatro años no tendremos mucho espacio de negociación», puntualiza.
El principal motor de la economía mexicana es su comercio exterior: en todo el año 2024, las exportaciones totales de la segunda economía latinoamericana sumaron 617.000 millones de dólares.
En sentido contrario, las importaciones totales fueron poco más de 625.300 millones de dólares, lo que arroja un saldo negativo en la balanza comercial.
No obstante, la industria automotriz es la estrella: aporta casi el 30 por ciento de las exportaciones totales, con unos 194.000 millones de dólares, indica una tabla de resultados del comercio de todo el año 2024.
Las exportaciones a EEUU representan el 83,80 por ciento de las ventas mexicanas al exterior, de modo que la decisión de Trump mantiene libre de impuestos a las exportaciones por 162.500, según las cifras oficiales mexicana
LOS NUBARRONES
La calificadora Standard and Poor´s (S&P) advierte que también 10 estados mexicanos serán afectados por los aranceles unilaterales de Trump, incluido los que son sede de firmas automotrices en el centro del país: Querétaro, Guanajuato, Aguascalientes, y el polo industrial de Nuevo León.
Un 80 por ciento de las exportaciones de esos estados mexicanos integrados a las cadenas de producción internacionales se dirigen a hacia el mercado de EEUU y un 40 por ciento son automóviles y autopartes.
S&P estima que los sectores que estarían más expuestos a este choque arancelario son el transporte -máquinas y equipos-, vehículos automotores, equipo eléctrico y metales básicos -acero y aluminio.
«La incertidumbre en torno a los aranceles, junto con la próxima revisión del T-MEC (en 2026), podrían desacelerar la inversión del sector privado en México», estima la calificadora de riesgo financiero.
Fernández agrega que «ya se observan reacciones diferenciadas en varios estados de EEUU, incluyendo algunas entidades republicanas que muestran preocupación ante los aranceles».
El secretario mexicano de Economía, Marcelo Ebrard, dijo a principios de febrero que los aranceles tendrían un impacto directo a las empresas de EEUU: «el impacto de las empresas es enorme, y se perderían alrededor de 400.00 empleos», sobre todo en la industria automotriz.
BALAZO EN EL PIE
Ebrard -quien fue canciller en la renegociación del T-MEC con Trump en su primer mandato (2017-2021)- bautizó las consecuencias de los aranceles como «un balazo en el pie» para Washington.
El economista Fernández indica que un impacto adicional proviene de la cancelación de la Agencia Internacional para el Desarrollo de EEUU (Usaid en inglés).
«Agricultores estadounidenses que producen granos, enviados como cooperación exterior ahora no reciben órdenes de compras, y adquieren deuda de maquinaria que no pueden pagar, porque Washington ya no paga», explica.
El investigador estima que se debe observar en los próximos días el tamaño de la afectación interna para identificar una señal, y así «saber el punto en que están los legisladores republicanos en su dilema de seguir a Trump».
Fernández apunta que, en el plano de su liderazgo, el magnate republicano Trump ya no tiene que buscar otra reelección al final de su segundo mandato, y «por esa razón es más osado en sus posturas».
En efecto, el jefe de la Casa Blanca se ha asegurado de que los elementos más conservadores y sensatos de su partido no estén en las filas de su segundo Gobierno.
«Por el contrario se ha rodeado de los radicales fieles, que estuvieron detrás del plan de campaña electoral en 2024», comenta el académico mexicano.
DILEMAS DEL CHANTAJE
El sabotaje de Trump al principal propulsor de la segunda economía latinoamericana -el modelo de libre comercio e integración norteamericano-, para exigir seguridad fronteriza, ocurre en un momento decisivo del arranque del Gobierno de Sheinbaum (2024-2030).
Por ejemplo, una reforma constitucional del Poder Judicial en marcha, para elegir por primera vez a todos los jueces y magistrados de los tribunales federales, incluida la Suprema Corte, es una experiencia inédita en el mundo de consecuencias inciertas.
El analista apunta que la presidenta, además de las dificultades de productividad de su industria energética, «heredó problemas serios con finanzas públicas precarias, un incremento de la deuda en el Gobierno anterior (2018-2024), y una caída de producción petrolera».
El estilo negociador empresarial de Trump hizo que un día después de imponer los aranceles, cuando dio un virulento discurso contra sus socios en el Congreso de EEUU, diera un respiro a la industria automotriz con un mes de gracia.
La vocera de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, anunció el miércoles que Washington otorgará una exención de tarifas un mes para las exportaciones de vehículos, respetando el tratado de libre comercio de Norteamérica (T-MEC), impuestas en forma unilateral para exigir seguridad fronteriza y combate al narcotráfico y la migración ilegal.
Tres firmas estadounidenses -Stellantis, Ford y General Motors- llamaron a Trump para exponerle los números del comercio automotriz y solicitar una tregua.
«El presidente está feliz de concederla, es una exención de un mes», dijo Leavitt con tono benevolente.
Los tres grandes fabricantes estadounidenses de automóviles fueron escuchados por Washington.
«Hablamos con los tres grandes concesionarios de automóviles, vamos a dar una exención de un mes para cualquier automóvil que pase por el T-MEC», anunció Leavit.
Los aranceles entrarán en vigor el 2 de abril, pero Trump otorgó una exención de un mes «para que no estén en desventaja económica», y comenzó a mencionar que podría hacer lo mismo con la poderosa agroindustria estadounidense exportadora.
Con esos vaivenes, el estilo de negociador empresarial impredecible se impuso en la Casa Blanca. (Sputnik)