Los vemos desde muy temprano corriendo detrás del camión recolector, son verdaderos atletas, incansablemente, van agrupando las bolsas y luego tirándolas en la parte trasera. Cuando se ha llenado, el conductor acciona el mecanismo para comprimir las bolsas de basura y hacer espacio para nuevamente recibir más bolsas de basura.
Ellos corren peligro todos los días, recuerdo que mi primo Fausto Núñez se fue a Limón en busca de trabajo y terminó como recolector de basura, ahí fue atropellado y sufrió las consecuencias el resto de su vida por su pierna dañada.
El riesgo es aún mayor cuando deben tomar con sus manos sin protección materiales en descomposición y muchas veces agujas hipodérmicas usadas y vidrios que la gente echa a la basura sin la debida identificación.
Los piedreros, que una vez se convirtieron en los mejores recicladores, son el azote de los recolectores de basura, pues deben recoger muchas veces la basura dispersa por las calles que han sacado de las bolsas en la búsqueda de algo valioso con lo cual agenciarse la droga.
En mi barrio arrasaron con la mayoría de las canastas que los vecinos financiaron para proteger la basura de los perros callejeros, pero que resultan inmunes a la acción de quienes buscan algo valioso e inclusive sobras de comida.
Cuando era estudiante de secundaria allá en el Turrialba, en el IET, quienes se dedicaban a este indispensable oficio eran objeto de la burla de nosotros, eso que ahora llaman “bulling” pues les gritábamos “uufa”.
Desde que se inició el proceso de instalación del modelo neoliberal en nuestro país, muchas municipalidades han optado por privatizar este servicio, en ocasiones para anular ese combativo gremio sindicalizado que era una fortaleza de los sindicatos en las municipalidades para las huelgas.
Pero nunca exigieron a esas empresas privadas aplicar técnicas modernas para hacer menos agotadora esta faena.
Las dos veces que tuve la oportunidad de estar en la Unión Soviética, hace más de cuarenta y cinco años, me llamó siempre la atención como instalaban en cada calle un contenedor donde los vecinos depositaban la basura, el camión recolector, con un mecanismo especial lo levanta y deposita en su interior con la mínima acción humana.
Yo se que este sistema existe en muchos países, por qué nosotros, que nos ufanamos de muy desarrollados, no utilizamos esa tecnología que haría más llevadero ese agobiante trabajo.
Hago esta publicación a ver si alguna municipalidad, ayudada por el Estado central, se anima.
(*) Juan Félix Montero Aguilar es profesor pensionado.
Don Juan Felix, si se logra su petition se iran o despediran un monton de trabajadores recolectores de desechos domiciliarias rutinarios. Asi que es mejor quedarse queditico. A como va la cosa y el alto costo de la vida. Perder el trabajo es lo menos que se debe de sugerir, pienso Yo.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) promueve el trabajo decente y la justicia social, con el objetivo de que todas las personas tengan acceso a empleos dignos.