San José, 27 mar (Elpaís.cr).- La diputada Priscilla Vindas (Frente Amplio) calificó de «secuestro» las condiciones en que permanecen migrantes deportados por EE.UU. en el Centro de Atención Temporal de Migrantes (Catem) en Costa Rica, donde aún se alberga a parte de los 200 trasladados inicialmente.
Según Vindas, los migrantes —provenientes de Afganistán, China, Congo y otros países— fueron transportados «sin evaluación médica, alimentación adecuada ni comunicación familiar» en un viaje de hasta siete horas. «Bajaron del avión directo a un autobús, sin pasar por migración», denunció.
La legisladora acusó incumplimiento de lo pactado con EE.UU., que incluía estadías de 5-6 semanas y repatriación organizada. «A los cinco días los expulsan a la calle, sin recursos. Es un trato desigual», afirmó. La Defensoría de los Habitantes respaldó las críticas, señalando falta de protocolos para grupos vulnerables como menores y embarazadas.
Opacidad en el Catem
La polémica creció cuando Migración canceló en menos de 24 horas el acceso de periodistas al Catem programado para el 28 de marzo, restringiéndolo a una hora el 31 de marzo y exigiendo consentimientos traducidos. El diputado Antonio Ortega (FA) lo consideró un intento de ocultar las condiciones del centro.
Montserrat Ruiz, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, insistió en que la supervisión es «vital para garantizar derechos humanos». Hasta ahora, 74 migrantes han sido repatriados, pero el resto enfrenta incertidumbre.
Bajo presión
El gobierno costarricense aceptó en febrero recibir a estos deportados como parte de un acuerdo con EE.UU., pero organizaciones señalan falta de transparencia y recursos.
Mientras autoridades defienden la legalidad del proceso, las denuncias por hacinamiento y atención inadecuada persisten, evidenciando los retos de la política migratoria regional.