EL MERCENARIO DE DIOS
Este es Erick Prince, un multimillonario de la extrema derecha cristiana de los EUA nacido en la ciudad de Holland en Michigan, fundada a mediados del siglo XIX por una de estas sectas extremistas religiosas llegada de los Países Bajos. Prince, un Navy Seal, fundó su compañía de mercenarios en 1996, su millonaria familia siempre donó grandes cantidades de dinero a las causas de la extrema derecha cristiana y republicana, claro preparando el terreno para las guerras de expoliación del decadente imperio gringo del Siglo XXI, por eso no es casualidad que inmediatamente después del 9/11 sus mercenarios ya iban camino a Afganistán, todo esto con mucho secretismo, fueron también quienes patrullaron las calles devastadas por el huracán Katrina en Nueva Orleans, cuyo único fin era impedir que gente hambrienta saquera los negocios, pues como sabemos la ayuda no llegaba principalmente a los barrios de gente negra.
Cuando Paul Bremer llega a Bagdad en mayo de 2003 acompañado de Erick Prince encargado de su seguridad y de todo el equipo nombrado por Bush Jr. para allanar el camino a las grandes corporaciones gringas que ya no resistían el deseo de empezar el expolio de las riquezas iraquíes. Una de las primeras medidas de Bremer fue dar de alta al ejército iraquí así de la noche a la mañana unos trescientos mil hombres jóvenes estaban en la calle sin trabajo y con un ejército invasor humillándolos y saqueando su país, qué creen que iba a pasar con un pueblo acostumbrado a luchar y no doblegarse fácilmente.
Aproximadamente un año después, en marzo de 2004 es cuando el mundo en realidad se entera de la existencia de Black Water, cuatro soldados estadounidenses son emboscados y quemados vivos en sus jeep en el barrio Sunni de Fallujah y sus cuerpos colgados de un puente sobre el Éufrates, pero estos hombres no eran del ejército ni eran civiles, eran mercenarios de Black Water, los crímenes cometidos por esta compañía en Irak fueron atroces, tanto así que escogieron cambiar de nombre, pero como decimos aquí ¿a quién van a engañar?, siempre serán Black Water.
Unas pocas semanas antes de las elecciones en Ecuador fueron contratados por Noboa, esa criatura nacida en Miami, miembro de la familia más corrupta y millonaria de Ecuador, ligados al narcotráfico y a saqueo (ver investigaciones del periodista ecuatoriano Andrés Durán), vimos a Erick Prince en las calles de Quito en una operación de amedrentamiento y abuso del poder contra los ecuatorianos y así continuó hasta el día de las elecciones, todo parte del andamiaje para el descarado fraude de las elecciones del pasado domingo, que dicho sea de paso no vemos a los cipayos del imperio Laura Chinchilla, Miguel Ángel Rodríguez, Vicente Fox y Mirella Moscoso pidiendo las actas, cobardes, con la espina dorsal de un gusano.
Cabe preguntarse cuál será el próximo país en la mira de Black Water, todos estos pichones de dictador como Millei, Bukele o Chaves Robles, estarían encantados de tener al mercenario Erick Prince, ahora por muchos años convertido al catolicismo como su aliado, aparentemente tiene la fórmula perfecta, la Biblia en una mano y una ametralladora en la otra.
(*) Julio César Madrigal Mora, ciudadano costarricense
William Walker más tecnología bélica más I. A. No hay problema, estamos preparados para enfrentar al filibusterismo moderno.