Carta pública al Señor Presidente y al Señor Ministro de Justicia
Señor Presidente, señor Ministro:
Nos dirigimos a ustedes no desde la debilidad, sino desde la firmeza que da la dignidad. Somos mujeres. Somos madres, hijas, esposas, abuelas, trabajadoras, estudiantes. Somos las que muchas veces sostenemos a nuestras familias en medio del dolor, del abandono, de la estigmatización. Pero que no se equivoquen: no venimos a pedir caridad, venimos a exigir respeto.
Es inaceptable, y francamente vergonzoso, que desde el poder se lancen calificativos humillantes, que nos etiqueten como si el amor que profesamos fuera motivo de vergüenza. Llamarnos prostitutas por visitar a nuestros esposos o parejas privadas de libertad es no solo ofensivo, es una falta de humanidad y de comprensión básica de los derechos humanos y del valor de la mujer.
¿En qué momento se volvió un delito amar? ¿Acompañar? ¿Sostener a un ser humano en sus momentos más oscuros?
Nosotras no traficamos con el dolor. Nosotras lo enfrentamos. Porque mientras muchos dan la espalda, nosotras tendemos la mano. A veces llegamos cansadas, con hijos en brazos, con el alma partida, pero ahí estamos. Porque el amor verdadero no abandona, no juzga, no huye.
Ustedes, que ocupan los más altos cargos del país, deberían ser ejemplo de integridad y empatía, no de burla ni de desprecio. ¿O acaso se han olvidado de que también tienen madre, hijas, esposas, hermanas? ¿Qué mensaje les están dejando a ellas?
No permitiremos que se nos etiquete, que se nos minimice, que se nos pisotee. No aceptamos ni aceptaremos jamás que se nos trate como ciudadanas de segunda categoría.
El respeto no se implora. Se exige. Y hoy lo hacemos con la frente en alto, porque quienes sostienen a otros con amor, incluso entre rejas, son más valientes que quienes atacan desde un micrófono.
Este no es un reclamo aislado. Es un llamado a la reflexión, a la sensatez, a la responsabilidad institucional. La dignidad de la mujer no se mancha con palabras necias, ni se doblega ante el prejuicio.
Exigimos respeto. Y no descansaremos hasta que se nos dé.
Atentamente,
(*) Ericka Mayela Ugalde Alvarado,
En representación de mujeres que acompañamos con amor y dignidad.
Corredores, Puntarenas – Costa Rica
Mi absoluto respeto y solidaridad con la nota y con su lucha.
Muchas gracias, bendiciones.🙏
Me uno como mujer,como hija,hermana y como todas las que están está lucha porqué el hecho de que sea mujer no me va impedir defender los derechos de mis familiares.
Edwin G, muchas gracias, bendiciones.🙏
Excelente las apoyo de corazón ❤️ y con mi presencia dnd lo requieran Sigamos luchando x nuestros pl