Jamás había escuchado en mi vida, que se diera un llamado a la violencia, desde el poder ejecutivo.
Nací en el año cincuenta, aun durante administraciones virulentas, plagadas de conflictos ideológicos, llegó a darse ese llamado al levantamiento armado: hermanos contra hermanos. Si tomamos en cuenta que el llamado a la lucha armada en la década de los años cuarenta, se dio después de dos mandatos consecutivos de los hermanos Calderón Guardia y Manuel Mora Valverde, donde hubo muchos atropellos contra los derechos ciudadanos, al apoyo del ardid electoral donde empezó a fraguarse el fraude de 1947, no hubo otra alternativa, habló la violencia por la ruta de las armas: no hubo vencedores ni vencidos, quizá nosotros el pueblo, que aprendimos que la paz era invaluable.
Desde luego que este llamado actual no tiene pies ni cabeza, denota un total desconocimiento de nuestra historia política o un ardid para revolver las aguas, con una idea clara: preparar una fuga en base al fuero electoral que se espera del presidente, mientras se adhiere a una candidatura y luego posición de mando desde la asamblea. ¿Quién es la mano peluda detrás del presidente? No lo sé, pero lo supongo, la clásica frase “después de mi, el diluvio”, cae de maravilla para echar por tierra cualquier investigación después de un levantamiento armado, a todas luces innecesario, donde el único favorecido será el causante de esta trágica nausea.
Veamos la verdad: el presidente que está contando con los votos para tener 38-40 diputados, desconoce de qué lado sueña, o simplemente no conoce al pueblo costarricense, o en su desesperación está esperando pasar a ser el jefe absoluto del poder legislativo, donde pondría todo a su favor, quizá hasta lograr una reelección “bukeliana”, donde llegaría como el gran dictador.
No sé quién pensó que este sería el presidente ideal, si se quien amañadamente le prestó la tabla de la inocente confianza de los costarricenses.
Hace dos años, inocentemente podía haberse pensado que tenía pueblo, casi todo el pueblo, porque una enorme cantidad de ciudadanos le estaban reclamando a Figueres y a los Arias, el uso desmedido del poder.
Hoy, en el tercer año, con una inmensa inestabilidad del gabinete, con escándalos a diestra y siniestra, con una cada vez más enardecida y engañada ciudadanía, es prácticamente imposible pensar en adueñarse de la Asamblea Legislativa, con miras a una dictadura personal, en busca de la entronización del poder.
La señora Cisneros, dijo que “los ticos todo se lo creen”, imagino que es parte de lo que aprendió durante los años en qué fue la jefa del canal 7.
No creo que los ticos seamos tontos o crédulos, quizá nos gusta la vida cómoda y por esa razón nos aguantamos a cualquier presidente cuatro años, hasta a Chaves, su jefe y mentor.
Ha sucedido de todo durante este mandato, pero similar a LGS y Alvarado, desde luego los años de lucha PLUSC, no fueron todos buenos, sin embargo, hubo más tranquilidad, con la excepción de Rodrigo Carazo (Un artículo mío de hace tres años: De Rodrigo a Rodrigo, escrito en www.elpais.cr fue profético).
En realidad insto a los y las ciudadanas, todos, a mantener la cabeza sobre los hombros, ninguna cabezonada vale una gota de sangre de un costarricense. La paz únicamente se construye con libertad y justicia.
(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico