El papel del Emperador en Japón actualmente es meramente simbólico, si bien antes del final de la segunda guerra mundial era considerado un Dios y comandaba el ejército imperial, hoy su papel es diplomático y simbólico para el pueblo japonés. Sin embargo, el cambio de emperador podría significar una revolución moderna social en Japón y esto podría reflejarse en el entorno regional.
A nivel internacional se sabe que el acercamiento comercial depende en parte del acercamiento diplomático. El Emperador Akihito tomó un papel diplomático para su período además de que se acogió a una postura pacífica algo que lo marcó como el primer emperador moderno. Sus varias visitas a países vecinos se identificaron por ser un llamado a la paz y una señal simbólica de arrepentimiento por las severas guerras que causó Japón en su intento de colonizar Asia.
Es importante también recalcar que el papel de la institución imperial en Japón no posee poder político, pero algo que Akihito intentó reforzar fue la confianza del pueblo en el emperador, esto por medio de reducirse a ser un ser humano y no un Dios en todos los sentidos de la palabra. Varias visitas a enfermos, fotos familiares e incluso la decisión de criar a sus propios hijos, fueron decisiones sabias que acercaron a la corona a la sociedad civil.
El papel regional de Japón ha sido sumamente importante para el desarrollo del sudeste asiático. Durante la segunda mitad del siglo XX la ayuda económica que donaba Japón a estos países era la mayor y el mismo país nipón lo hizo pensando en que el desarrollo de la región podía beneficiar el crecimiento económico de Japón que después de la segunda guerra mundial específicamente, se dio a la tarea de volver a construir al país y eso fue lo que hizo con el llamado Milagro Japonés, que se refiere al inmenso desarrollo que tuvo el país gracias a la atracción de inversión por la ocupación estadounidense, el intervencionismo estatal en el emprendedurismo y el apoyo al desarrollo tecnológico industrial.
Para poder entender de una manera mejor la influencia que Japón tiene en la región se deben entender las diferentes características que posee el regionalismo asiático. La diversidad es el aspecto más importante de Asia, son países con diferencias culturales, lingüísticas, políticas, económicas y sociales. Al ser tan diferentes, tuvieron que adaptar la cooperación para que fuese exitosa, si bien no poseen un institucionalismo amplio como la Unión Europea, lograron una cooperación funcional a través de construir el organismo de abajo hacia arriba y no apostar por organismos amplios desde el inicio.
La subregionalidad es fundamental, ya que, al cooperar primero en áreas limitadas, éstas tienden a rozar entre sí lo que gradualmente va a derivar en otros organismos más amplios. En el caso de Japón, hubo un punto en que las empresas deseaban expandirse al exterior y esto impulsó al gobierno a tomar medidas para mejorar sus relaciones con la región y que así beneficiaran el comercio.
Considero importante recalcar que Asia ha logrado estos acuerdos regionales por medio de un mínimo de contacto político, en el caso de la Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) no fue hasta casi 20 años después de su creación que se creó un Foro político y de seguridad y cabe resaltar que Japón forma parte mediante un diálogo institucionalizado (ASEAN+3) con esta organización desde el 2008. En el caso de la Asociación de Cooperación Regional de Asia del Sur (SAARC), posee un estatuto de observador.
El nuevo emperador Naruhito va a afrontar bastantes retos durante su reinado y uno de ellos va a ser su papel diplomático frente a las otras naciones de Asia. Por supuesto que debe de aspirar por una unidad aún más mayor con sus vecinos. Naruhito se ha visto tremendamente influenciado por su padre, así como por los cambios que la nueva era tecnológica ha traído al mundo y esto asegura que a pesar de la incertidumbre que viven ahora los japoneses, Naruhito va a traer nuevos cambios que podrían reflejarse en la perspectiva de Japón hacia la región.