Usualmente se habla de la Primera Guerra Mundial (la gran guerra por el tipo de masacres y ser una guerra de trincheras y de uso de gases venenosos, aún no existía la convención de Ginebra) y de la Segunda Guerra Mundial. Claro qué hay documentación sobrada acerca de ambos hechos.
El espacio entre guerras: 1919-1939, fue más importante que ambas guerras en el número de víctimas, fue una verdadera guerra comercial, donde el interés se centraba en la masacre y movilización de millones, entre uno y otro estado.
Los dos principales autores fueron la URSS y un grupo de naciones europeas. Claro que las dos guerras eran eminentemente comerciales, todas las guerras lo son, el mismo conflicto contra las huestes de William Walker fue un asunto de dinero, si Vanderbilt hubiera llegado a acuerdos con Juan Rafael Mora, tampoco hubiera habido esa guerra.
Regresemos al periodo entre guerras en Europa del este y Europa del oeste, periodo de matanzas y exilios que para Occidente pasó casi inadvertida.
Ahora que se ahonda la discrepancia entre EEUU y China, aduciendo razones comerciales, surge el recuerdo tipo “Dejavú” en quienes hemos leído sobre el gran conflicto europeo. Desde luego esta vez la razón esencial es el famoso “5G”, que le daría ventaja al país que lo implemente monopólicamente, eso está entre los EEUU y la China imperialista.
Uno de los dos será el ganador, el otro no aceptará ser el perdedor, serlo significaría convertirse en el segundo país más poderoso de la tierra, los EEUU no aceptarán ese papel, aunque parece que ya lo son.
Acerca del 5G, es una manera de Internet que lleva la clave para dominar el mundo de la informática, sin duda dará las herramientas para el dominio mundial a su poseedor, sobre este tópico sería necesario escribir otro artículo más, porque no es algo tan sencillo.
Cabe agregar que la posesión a gran escala de “tierras raras” la posee China: Tierras Raras son las que contienen 17 elementos químicos útiles para el desarrollo tecnológico, esto es el verdadero leitmotiv de la guerra comercial entre el gigante asiático y los EEUU, que nos está sumiendo a todos los demás en una crisis económica sin precedentes en la historia y que acabará rompiendo el orden geopolítico mundial, a menos que los dos gigantes negocien entre ellos.
Ni siquiera los expertos en economía se atreven a hacer predicciones, porque no existen parámetros en realidad que tengan validez para tal fin. Quizá el único parámetro lo tenga el “periodo de entre guerras” entre Europa occidental y europea oriental, que es lo más similar a este en que estamos inmersos y que nos tiene con una parálisis de la economía.
Si observamos en realidad, la mayoría de las grandes empresas en China son de capital occidental, pero al ponérsele aranceles prohibitivos, tratando de que se lleve a cabo una repatriación, únicamente se está causando un inmenso daño colateral a los países en vías de desarrollo.
Si no se hubiera caído en la trampa de los nefastos “TLC’s”, hubiera habido mayor capacidad de maniobra de nuestras economías y paralelamente hubiera sido una arma estratégica para proteger la OMC (WTO), que la está acabando EEUU y China.
Las grandes empresas nuestras supieron manipular a nuestros políticos, logrando que ellos hicieran creer a las mayorías que sin el TLC sería la ruina para el país, los políticos no tienen principios éticos y normalmente patean la bola hacia donde les indican los “capataces”, hundiendo nuestro presente y nuestro futuro, no hay interés en el bienestar común de la sociedad.
¿Por qué Rusia, Brasil, India no relinchan? Porque son autosuficientes y están afiliadas a ambos bandos. La Unión Europea con la salida de Inglaterra de la comunidad, tendrá que alinearse hacia oriente o hacia occidente.
La culpa de la orientalización de la economía la tuvo Alan Greenspan, a la sazón él encargado de la Reserva Federal, aduciendo una posibilidad de los ciudadanos de su país de consumo masivo a bajo precio, desde luego que Greenspan respondía a los intereses de los grandes Trust estadounidenses, que buscaban una producción masiva sin pago de intereses, pero esto trajo aparejada la ruina para muchas economías, porque acrecentó el consumo desmedido de la sociedad occidental.
Antes de eso, ya sabían muy bien dónde estaba el objetivo: “Tierras Raras”.
Esta guerra entre guerras será de consecuencias caóticas, a menos que cambie el mando en los EEUU, quizá esa sea la razón de Nancy Pelosi de pedir el juicio político a Donald Trump, porque normalmente ante conflictos que atañan a la seguridad de los EEUU, los votantes estadounidenses no cambian de caballo a mitad del río.