Quito, 16 ene (Sputnik).- El mapa político electoral del Ecuador tendrá una nueva reconfiguración tras las elecciones locales del 5 de febrero próximo, según lo considera Yadira Allán, presidenta del Instituto de la Democracia de Ecuador, adscrito al Consejo Nacional Electoral (CNE).
«De 221 alcaldes del país, al momento 107 se van a reelegir, y de ellos, al menos del 48% se cambiaron de organización política», señaló Allán en entrevista con la Agencia Sputnik.
Según explicó, esta situación, descrita popularmente en Ecuador como «camisetazos», se debe a que los candidatos fundaron su propio partido, cambiaron sus intereses respecto a sus organizaciones o están mirando ya esta nueva reconfiguración para el posicionamiento del nuevo actor presidencial en el 2025.
Sin embargo, la analista alerta que no necesariamente esto permitirá avizorar qué tendencia podría llegar al Palacio de Carondelet, tal cual ocurrió en los comicios seccionales previos a las elecciones presidenciales de 2021, cuando ganó Guillermo Lasso por el movimiento CREO.
«Las dinámicas tanto en lo local como lo nacional son totalmente diferentes; incluso desde un análisis de datos crudos y duros miramos acá desde el Instituto que las fuerzas políticas son distintas en local y en nacional», apuntó.
Como ejemplo citó que en los 10 años de gobierno de la Revolución Ciudadana, el presidente se reeligió por tres ocasiones, pero en lo local no tenían esa fuerza en los gobiernos autónomos descentralizados.
Tendencia electoral
La analista asegura que actualmente en Ecuador existen tres fuerzas políticas de peso, dos de izquierda y una de derecha, las cuales podrían estarse disputando la mayor cantidad de votos en los próximos comicios.
Estas son: la Revolución Ciudadana (seguidores del expresidente Rafael Correa), el Partido Social Cristiano (PSC) y el Movimiento Pachakutik.
«Si el señor presidente (Guillermo Lasso) estuvo por CREO, avizoramos que a lo mejor va a sacar al menos entre el 4 por ciento, máximo un 5 por ciento, de dignidades al 2023», apuntó.
Allán señaló que, por lo tanto, esta reconfiguración del mapa político electoral nacional sí se va a dar, pero diferenciado lo local de lo nacional.
En su opinión, este proceso electoral va a denotar que las organizaciones políticas van a reformular las estrategias desde las autoridades electas de sus movimientos y partidos para hacer una plataforma, sea para alcanzar las presidenciales o para estar en la palestra política y mantenerse, primero, como partido político; segundo, como fuerza política contradictoria o afín, y, tercero, para mantener una hegemonía política.
Indicó que un estudio de tendencia de votación en Ecuador, realizado por el Instituto de la Democracia, se constató que una «fuerte alineación» en las circunscripciones del exterior, direccionada a favor de la agrupación liderada por el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Pendientes y fortalezas
Entre los pendientes que inciden en el desarrollo y calidad de los procesos electorales en Ecuador, según la directora del Instituto de la Democracia, están la cantidad de candidatos por cada dignidad que obstaculiza el voto informado, la violencia política de género y la falta de recursos.
«Si solo en Quito, por ejemplo, tienes al menos 12 candidatos a prefectos, 16 candidatos alcaldes, «N» cantidad de candidatos a concejales urbanos y rurales, y a miembros de juntas parroquiales, en qué momento conoces a tu candidato», se cuestionó.
A ello se suman la cantidad de candidatos a integrantes del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (ente que participa en la elección de 77 autoridades), y la consulta popular convocada por el gobierno, de 8 preguntas sobre temas diversos, que van desde medio ambiente, institucionalidad hasta la extradición, entre otros.
Allán mencionó entre las falencias en los comicios ecuatorianos la ausencia de una normativa para sancionar la violencia política y dijo que el Instituto de la Democracia trabaja en un proyecto para la prevención en este ámbito.
«La violencia política contra las mujeres sí se da, sobre todo en estos momentos de campaña; entonces no es sancionar la violencia sino combatir y prevenir», acotó.
Otro de los elementos que siempre prima en las contiendas electorales nacionales, a su juicio, es la «desidia», ya que decir que eres contradictorio a este movimiento o partido político y a su representante, como por ejemplo UNES y su líder Correa, puede representar aceptabilidad de algún porcentaje de la población.
En el caso de Guillermo Lasso, mencionó que «está desidia frente a este partido político (UNES) y a ser contradictorio a un partido político, creo que le dio un motivante y un disparador para que pudiese ganar las elecciones presidenciales de 2020», dijo.
Reconoció entre las virtudes del proceso electoral ecuatoriano la normativa referente a la nominación de mujeres y jóvenes, para lograr la equidad y la incorporación de nuevas figuras en la política.
«Se motiva a esta participación, para que estos actores que pertenecen a movimientos y partidos políticos que vienen teniendo una hegemonía por varios años los podamos desmontar y renovar con estos cuadros intergeneracionales y que venga una nueva ola de nuevos pensadores, de nuevos estrategas, de nuevas propuestas tanto desde el lado de mujeres como de jóvenes», apuntó.
En cuanto al voto electrónico, mencionó que se requieren recursos con los cuales no cuenta el país en estos momentos, pero resaltó el esfuerzo del CNE para modernizar el sistema informático y tener un proceso electoral transparente.
El próximo 5 de febrero serán elegidos en Ecuador 23 prefectos, 23 viceprefectos, 864 concejales urbanos, 443 concejales rurales y 4.109 vocales principales de las juntas parroquiales.
Los 13 millones 450.047 electores convocados a las urnas tendrán la última palabra frente a las boletas que sentarán las bases para las elecciones presidenciales de 2025. (Sputnik)
