Ciudad de Panamá, 11 mar (Prensa Latina) Anticipándose a las elecciones primarias, figuras de algunos partidos políticos, exmandatarios y legisladores han presentado su postulación para la Presidencia de la República —uno de los más de 800 cargos por definirse en Panamá en comicios generales en 2024—, anuncios seguidos de compromisos con la construcción de un mejor país.
El más reciente de esos aspirantes fue el exgobernante Martin Torrijos (2004-2009), quien en un video en las redes sociales manifestó su rechazo al gobernante Partido Revolucionario Democrático (PRD) y aseveró que su candidatura no estaría ligada a ese colectivo.
Torrijos adelantó que comenzará una gira por todo el istmo, acompañado de quienes compartan la visión de una alternativa que enorgullezca a la mayoría de los panameños.
Además, fue enfático al afirmar que rescataría a Panamá primero y luego al PRD, yaseguró tener la voluntad de enfrentar los problemas deempleo, la situación de la Caja de Seguro Social (CSS), el deficiente sistema de salud, la desigualdad en la educación y la necesidad de combatir el narcotráfico y la corrupción.
Otro aspirante, el actual vicepresidente de la República, José Gabriel Carrizo,hizo más de lo mismo al prometer que mantendría la voluntad y los programas sociales y solidarios que signaron a la administración de Laurentino Cortizo durante la Covid-19.
Aunque en ese camino Carrizo se las verá con otros dos miembros de la organización política, uno de los cuales es el titular de la Asamblea Nacional (Parlamento), Crispiano Adames, quien abogó por reivindicar el legado del general Omar Torrijos (1929-1981) en un país maravilloso que crece, pero que no tiene una distribución uniforme de sus riquezas.
De su parte, y pese a ser impugnado por blanqueo de capitales en dos procesos judiciales y calificado de corrupto por Estados Unidos, el expresidente panameño Ricardo Martinelli (2009-2024), líder fundador del partido Realizando Metas, al anunciar su intención de volver al Palacio de las Garzas (sede del Ejecutivo) prometió que, de lograr su propósito, las relaciones con Washington serían excelentes.
A juicio de analistas, los candidatos tendrán que lidiar con el voto de los más jóvenes, quienes aseguran que sus intereses no están en la órbita de la poca oferta electoral.
