San José, 4 may (EP/PL).- El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) destacó logros en la promoción y cumplimiento de los derechos de niños y adolescentes en Costa Rica, pero aseguró que hoy persisten desafíos para lograr su bienestar.
Al presentar su informe anual Costa Rica avanza con la infancia, Unicef precisa que en 2022 la cooperación con este país alcanzó 5,6 millones de dólares y considera que hubo una expansión en aspectos como la plataforma digital Aprendo Pura Vida y el establecimiento de 37 Espacios Seguros.
La representante de Unicef en Costa Rica, Patricia Portela, afirmó que en 2022, y como parte del aceleramiento para cumplir los Objetivos de Desarrollo, la entidad impulsó la digitalización con nuevas plataformas tecnológicas como Aprendo Pura Vida.
Asimismo, prosiguió, brindó asistencia humanitaria y atención integral digna a más de 15 mil infantes migrantes y sus familias, proveyendo espacios seguros, con el objetivo de que no haya niños migrantes en las calles.
Portela mencionó además el fortalecimiento decidido del accionar territorial sin perder el enfoque nacional y el trabajo conjunto de las agencias de la ONU para el desarrollo de mecanismos de financiamiento innovadores y presupuestación basada en resultados.
Entre los datos que sobresalen en el informe anual de Unicef aparece que seis mil 663 jóvenes conectados en red brindaron sus aportes a estrategias educativas y de salud mental.
Unicef Costa Rica, refiere el Fondo, logró un aumento exponencial en la proyección de su labor por medio de redes sociales y medios de comunicación, sobre todo con campañas de prevención de la Covid-19, alcanzando a millones de personas a nivel nacional e internacional.
El reporte asegura que a pesar de los esfuerzos y el trabajo articulado, persisten grandes retos para lograr que infante alguno quede atrás.
Recuerda que según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos, cerca de 571 mil menores de edad en condición de pobreza, siendo los más afectados infantes de cero a cinco años.
Revela que los 10 cantones con menor bienestar para la infancia son Corredores, Garabito, Osa, Turrialba, Upala, Buenos Aires, La Cruz, Los Chiles, Talamanca y Coto Brus, en un grupo de 25 de esos territorios prioritarios, ubicados principalmente en zonas costeras y fronterizas.
Al ser Costa Rica un país de renta media-alta y para continuar su labor, de manera innovadora y efectiva en la protección de los derechos de la niñez, Unicef invita a más personas a unirse como sus socios, mediante una donación mensual.
Esta iniciativa paso de tener 20 socios en 2021 a mil 600 en diciembre pasado y dos mil 500 en abril pasado, explica.
Unicef olvida adrede o por moda progres, los cientos de infantes y adolescentes que han caído en sus redes multicolores, donde la moralidad, principios, valores e integridad se han prostituido en las narices del PANI y hasta del INAMU, cuando indefensos pequeños están brotando torcidos. Además, el grave problema migratorio (exportación orteguita) que comparativa y exponencialmente es gigantesco, en relación a los grandes países, donde miles de familias completas migran hacia Costa Rica y bien sabemos adónde se sitúan en tiquicia. Miles de infantes nicas, se incorporan a los centros educativos, llevando consigo su explosiva y conflictiva personalidad pasada, chocan con el nacional, donde son choteados (bullying escolar) y hoy es otro reglón más, para excusar el desvío de objetivos. Así estos organismos trasnacionales se dan el derecho de intervenir, cuando decenas de miles nos llueven desde el país de ortiga. La fomentada pobreza del istmo es un plan preestablecido para ver al costarricense mendigando con desplazarse, como sucede con el triángulo del norte. Y así, el tiempo consolida ese cáncer social que la Unicef conoce al dedillo, pero la solución se invisibiliza y se entierra. Así amigos, no nos ayudes compadre.