Montevideo, 7 jun (Sputnik).- La noticia del reciente hallazgo de restos humanos en un cuartel militar de Toledo (sur), donde se buscan a cuerpos de los detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar en Uruguay (1973-1985), fue recibida con «sentimientos encontrados» por los familiares de las víctimas.
«Cada vez que hay un hallazgo tenemos sentimientos encontrados, por un lado la buena noticia de que aparece una persona, un familiar y por otro es muy removedor para todos los familiares», dijo en diálogo con la Agencia Sputnik el integrante de la organización Madres y Familiares de Detenidos Desparecidos, Nilo Patiño.
Hasta el momento se desconocen los detalles del hallazgo, pero el fiscal especializado en crímenes de Lesa Humanidad, Ricardo Perciballe, indicó a la prensa local que se excava en esa zona desde hace más de un año, en un trabajo liderado por la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh).
Desde la institución indicaron al periódico La Diaria que se encontró un cráneo, lo que aporta seguridad de que se trata de restos humanos.
Respecto a las expectativas que genera para Madres y Familiares este hallazgo, Patiño explicó que es una buena noticia, pero no implica que a partir de ahora vayan a encontrarse todos sus familiares.
«Los hallazgos hasta ahora han sido muy espaciados en el tiempo. Esto requiere un análisis que es difícil hacerlo en este momento, pero te diría que no es que a través de un hallazgo encontrás la llave para los otros, son como eslabones perdidos para nosotros, porque bueno no hay ninguna garantía ni ninguna forma de que esto prosiga en poco tiempo», explicó.
En ese sentido, dijo que ahora puede que pasen «muchos años» para que se dé otro hallazgo.
Patiño reiteró el principal reclamo de la organización en estos años: que se entreguen los archivos y documentos que contienen información sobre los detenidos desaparecidos.
«Dar la información que nosotros estamos convencidos, y de alguna forma hay elementos para asegurar que ellos (militares) la tienen», dijo al resaltar que no solo los perpetradores de los crímenes la tienen, si no que está en todos los documentos de las Fuerzas Armadas existen sobre aquellos años.
Sin embargo, señaló que no tienen grandes expectativas con que se dé un paso en ese sentido.
Patiño resaltó el apoyo de la sociedad civil a la causa de Familiares, plasmado esencialmente cada 20 de mayo cuando se realiza la llamada Marcha del Silencio en Uruguay, que todos los años reclama verdad y justicia sobre los crímenes de la dictadura.
«Para nosotros (las marchas) son algo fundamental porque sin eso no podríamos sostener la búsqueda, la búsqueda esta sostenida con la movilización de miles de personas, sin eso no obtendríamos ningún tipo de respuesta. De alguna manera con ese tipo de movilizaciones van presionando para que algunas puertas se abran, pero no es fácil», añadió.
No es fácil, dijo, porque nadie lo hace voluntariamente: «hasta ahora ningún gobierno lo ha hecho voluntariamente, a pesar de que ha habido determinados progresos y distintas maneras en distintas administraciones nadie ha estado decidido a resolver esto», afirmó.
El Batallón 14, donde fueron realizados los recientes hallazgos, fue un centro de detención y tortura durante la dictadura, y señalizado sitio de memoria por la Ley 19.641.
Allí se encontraron, en octubre de 2011, los restos del maestro Julio Castro, secuestrado en agosto de 1977, y en 2012 los de Ricardo Blanco Valiente, detenido en enero de 1978.
El último hallazgo ocurrido en Uruguay fue en agosto de 2019, cuando en el Batallón 13 fueron encontrado los restos de Eduardo Bleier, militante del Partido Comunista. (Sputnik)
