Moscú, 19 jun (Sputnik).- Garantizar la seguridad de los representantes de la ONU en las zonas afectadas por la rotura de la presa de Kajovka es extremadamente difícil, ya que allí continúan los bombardeos, declaró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
La semana pasada, la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios y la Organización Internacional para las Migraciones denunciaron que Rusia supuestamente rechazó dar acceso a territorios en la orilla izquierda del Dniéper, controlados por las tropas rusas, para proporcionar asistencia a la población tras el incidente.
«Saben que hay constantes bombardeos, constantes provocaciones, se bombardean objetos civiles, personas, población (…) Es muy difícil garantizarles la seguridad», dijo Peskov ante la prensa.
Una parte de la presa hidroeléctrica de Kajovka, en el curso bajo del Dniéper, sufrió graves daños estructurales en la madrugada del 6 de junio por un presunto ataque o acto de sabotaje del que Moscú y Kiev se acusan mutuamente.
Los destrozos provocaron una descarga descontrolada del agua desde el embalse de Kajovka e inundaciones en ambas márgenes del río, controladas respectivamente por las tropas de Rusia y Ucrania.
La central hidroeléctrica de Kajovka completa al sur una cascada de seis represas a lo largo del Dniéper. Construida en la década de 1950, la presa se encuentra cerca de la ciudad de Nóvaya Kajovka, en un territorio bajo control de las tropas rusas y perteneciente a la provincia de Jersón, que se incorporó a Rusia a finales de septiembre de 2022. (Sputnik)
