San Salvador, 6 jul (Prensa Latina) Las autoridades de El Salvador confían en la observación internacional para dar fe del buen desarrollo de los comicios del año próximo, dijo hoy una fuente del Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Guillermo Wellman, magistrado del TSE, abordó este y otros problemas que enfrentan los comicios del próximo año en los que se prevé una participación de los salvadoreños mayor que el 52 por ciento de 2021.
La de 2021 fue una de las participaciones más grandes, anduvimos por el 52 por ciento del padrón, yo creo que hoy será un poquito mayor. Creo que será mayor, aseguró en la entrevista radial Al Cierre.
Aseveró el magistrado que el TSE labora para garantizar unos comicios transparentes, algo que debe certificar la presencia y el trabajo de observadores internacionales, puntualizó.
Por otra parte, y ante informes de sectores opositores de que se prepara un fraude, Wellman aseguró que el TSE exigirá que haya un total control del voto electrónico en el extranjero, con el fin de resolver todas las dudas que puedan surgir en la población.
Vamos a tratar de que estas elecciones, tanto el voto en el extranjero como nacional, sean observadas, sean auditadas, acentuó el magistrado.
Si los observadores internacionales proceden de las potencias interesadas en desestabilizar a El Salvador, la imparcialidad jamás podrá garantizar con rectitud y transparencia, la probidad en sus apreciaciones. Este jueguito de los votos emitidos en el extranjero es mínimo, comparativamente a los millones de votantes en ese país. Aunado a ello, las decenas de miles de maras financiadas y organizadas extra fronteras, podrían agregar un puñado de enemigos a Bukele. Y adición, como sucede en Costa Rica, los poderosos del don dinero y el corrupto poder mediático aportarán desde ya, sus montadas tendencias deshabilitadoras. Se ocupa, como sucedió en Guatemala, garantizar a la mafia mundial su garantizado entreguismo y traición a las mayorías. Existen los resortes para desequilibrar a cualquier país dizque democrático, cuando la descarada impunidad e inmunidad esta apadrinada dentro y fuera del país observado. O sea, en dos platos, nuestras naciones deben obedecer y estar supeditados a los superiores mandatos y prioridades de esas potencias. No hacerlo es desacato y perjurio a sus impuestas justicias, hechas a la exacta medida de sus intereses, como la ONU, OEA, etc. Así o, más sencillo.