Ciudad de Guatemala, 12 jul (Sputnik).- La candidata presidencial guatemalteca Sandra Torres reivindicó este miércoles la influencia religiosa en su propuesta política, ante los señalamientos de un creciente discurso pro-vida de cara al balotaje del 20 de agosto próximo.
«Mi campaña no está basada en eso (discurso pro-vida), sino en los fundamentos del proyecto político. Ninguna ideología del partido es superior a Dios, yo soy atea, yo tengo temor a Dios», dijo Torres, candidata de la Unión Nacional de la Esperanza (conservadora), a la cadena radial Emisoras Unidas.
Según los resultados preliminares, Torres fue la candidata más votada en las elecciones del pasado 25 de junio, y enfrentaría en segunda vuelta a Bernardo Arévalo, del Movimiento Semilla (centroizquierda).
Torres, cuyo candidato a la vicepresidencia es el pastor evangélico Romeo Guerra, afirmó que los religiosos que atacan a Arévalo tienen el derecho a expresar su opinión, y agregó que coincide con ellos en la protección a la familia.
«Todos somos dueños de nuestra propia verdad, yo coincido con ellos en la protección a la familia, que es fundamental, la protección a la vida desde su concepción, que no lo digo yo, está plasmado en la Constitución», dijo la exprimera dama, quien se divorció del expresidente Álvaro Colóm (2008-2012) para contender.
En un video compartido tras la primera vuelta en redes sociales, Torres expresó su oposición a una eventual aprobación del matrimonio igualitario en Guatemala, por considerarlo fruto de agendas extranjeras para «adoctrinar» niños.
«El matrimonio es entre un hombre y una mujer, está establecido en el código civil y también en la Biblia, porque la Biblia dice Adán y Eva, no Adán y Esteban», dijo la exprimera dama en ese video.
La candidata de la Unión Nacional por la Democracia (UNE, conservadora) también subió a redes días atrás un video en el que criticaba el lenguaje inclusivo, oponiéndose al uso de «todes».
La gestión del actual presidente de la República, Alejandro Giammattei, se caracterizó por oponerse a reivindicaciones como el matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto, al punto que el jefe de Estado proclamó al país como «capital pro-vida de Iberoamérica». (Sputnik)
