domingo 28, abril 2024
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Inteligencia Artificial versus Inteligencia Natural

En todo el mundo existe un problema causado por la creciente influencia de la inteligencia artificial en muchas de las actividades cotidianas y no cotidianas. El entusiasmo por una tecnología que será tan revolucionaria como el internet, no está exenta de peligros, así como el mismo internet ha sido y está siendo utilizado por gobiernos y grupos de poder para manipular la información que se nos suministra a los ciudadanos comunes y corrientes, como nosotros. Y de igual forma, no tardaron en aparecer los ciberdelincuentes que tanto daño hacen.

No se puede negar que es un paso adelante enorme, y su aparición obedece al deseo de querer contrarrestar  el paso hacia atrás que ha dado la humanidad, al no utilizar la inteligencia natural que nos dió la madre naturaleza.

La Inteligencia Artificial (IA) se define como la combinación de algoritmos planteados con el propósito de crear máquinas que presenten las mismas capacidades que el ser humano. Una tecnología que todavía nos resulta lejana y misteriosa, pero que desde hace unos años está presente en nuestro día a día a todas horas.

Los expertos en ciencias de la computación Stuart Russell y Peter Norvig diferencian varios tipos de inteligencia artificial: a) Sistemas que piensan como humanos. Automatizan actividades como la toma de decisiones, la resolución de problemas y el aprendizaje. Un ejemplo son las redes neuronales artificiales. b) Sistemas que actúan como humanos

Se trata de computadoras que realizan tareas de forma similar a como lo hacen las personas. Es el caso de los robots. c) Sistemas que piensan racionalmente. Intentan emular el pensamiento lógico racional de los humanos, es decir, se investiga cómo lograr que las máquinas puedan percibir, razonar y actuar en consecuencia. Los sistemas expertos se engloban en este grupo. d) Sistemas que actúan racionalmente. Idealmente, son aquellos que tratan de imitar de manera racional el comportamiento humano, como los agentes inteligentes.

Como habrá percibido de inmediato, se trata de imitar el pensamiento racional, dejando por fuera los sentimientos y las emociones humanas, que son una parte importante de nuestro ser.

Buscando información sobre los riesgos de la Inteligencia Artificial que debemos afrontar para gestionarla con eficacia encontré lo siguiente:

Según un informe de la OCDE, el 14 % de los trabajos en el mundo podrían estar afectados por la irrupción de la Inteligencia Artificial. No todos los empleos pueden ser sustituidos, porque no siempre va a ser posible o eficiente. Con todo, serán miles los empleos que sean sustituidos o modificados por robots y eso implica, que debamos ser conscientes de los riesgos que ya entrañan estas tecnologías y tener preparadas las respuestas para minimizarlos y gestionarlos con la máxima eficacia.Se han señalado al menos siete riesgos que conviene identificar y combatir derivados de la adopción masiva de la Inteligencia Artificial.  Hacerlo de manera inteligente y ética determinará, a su juicio, el éxito en la implantación de estas tecnologías.

Resultó interesante encontrar distintos impactos que posiblemente podría causar el uso indiscriminado y no educado de la inteligencia artificial.

Impacto en el comportamiento

El primer ejemplo lo vemos ya a diario en muchas casas. Los niños tratan sin educación a los asistentes virtuales, ya que Alexa o Siri obedecen sin necesidad de pedirles las cosas por favor. El riesgo estriba en que los niños puedan trasladar estos comportamientos a su relación con las personas, algo que ya está empezando a suceder. Niños más curiosos pero menos educados.  Otro tema es el de la forma en que nos hemos acostumbrado a desligarnos de la realidad circundante y sumergirnos en los teléfonos inteligentes y las computadoras.

Estupidez artificial

Cada vez es más difícil engañar a las máquinas. Pero es posible hacerlo. “Nos imaginamos que hay un pequeño cerebro humano dentro del ordenador, pero no, solo es programación y matemáticas”, explica Meredith Broussard, autora del libro Estupidez Artificial.  No son infalibles: hay técnicas de maquillaje y vestuario para engañar a los sistemas de reconocimiento facial.  No será extraño, en el futuro, que aparezcan tecnologías orientadas a engañar a las máquinas regidas por la inteligencia artificial incorporada en ellas.

Sesgo y falta de neutralidad de las máquinas

El sistema de inteligencia artificial que usan los jueces en EE UU como asesor tiene un sesgo y tiende a desaconsejar la libertad a los ciudadanos negros más a menudo que a los blancos. El algoritmo analiza 173 variables —ninguna de ellas es la raza— y da una probabilidad de reincidencia de 0 al 10. El problema no es tanto la máquina, sino el riesgo de que el juez delegue en ella.  El ser humano tiene además de la inteligencia racional, otras inteligencias, como la emocional, que al parecer no están siendo consideradas.

Seguridad de la Inteligencia Artificial

El video en el Barack Obama insulta a Donald Trump se volvió viral hace un tiempo en Estados Unidos. Y sin embargo, era totalmente falso. La Inteligencia Artificial puede convertirse en un gran aliado para fabricar fake news si no la empleamos con la ética apropiada  En este caso concreto, el vídeo es una creación de Fake App, con la ayuda de Adobe After Effects. Este software usa aprendizaje automático para escanear las caras de las personas en un vídeo, y suplantarlas.

Consecuencias no intencionadas

En julio de 2017 saltaron todas las alarmas. Dos chatbots de Facebook habían desarrollado un lenguaje propio que no entendían sus programadores.Fue sin embargo un simple error de programación. Ramón López de Mántaras, experto en inteligencia artificial del CSIC, sostiene que ninguna máquina tiene intenciones ni las tendrá nunca. “Pueden enseñarse a sí mismas a jugar al Go y derrotar a un campeón, pero no saben que están jugando. Si pusiéramos a esa misma máquina a distinguir fotos de perros y gatos olvidaría todo lo anterior. Solo pueden hacer una cosa a la vez”.

Impacto en el empleo

Juan Ignacio Rouyet cifró el impacto en un 14% a nivel mundial y subrayó que la implantación de la Inteligencia Artificial no siempre es  posible ni deseable, ya sea por cuestiones de eficiencia, ética o legalidad. En los países subdesarrollados o en vías de desarrollo es probable que el impacto sea mayor.

Derechos de los robots

Por último, el también presidente del Think Tank “We the Humans” aseveró que los robots no deben tener derechos, porque tampoco tienen responsabilidades. “A día de hoy un robot no es libre, por tanto no debe responder ante nadie. Son las personas que están detrás de un sistema inteligente quienes deberán responder llegado el caso”, dijo.

Todo lo hasta aquí señalado resulta sumamente interesante, y plantea dilemas morales y éticos de importancia. No se puede negar que es un logro tecnológico de enorme importancia.  Pero existe la necesidad olvidada de reconocer nuestra «verdadera identidad» bajo el umbral ambiental, la sociedad y las raíces culturales, que naturalmente sirven como base del desarrollo de nuestra «cognición natural», «memoria», «aprendizaje» y  «pensamiento» que ha sido alterado por el uso excesivo engañoso de la «Inteligencia Artificial» para generar tecnologías más fascinantes y útiles, pero muchas veces desafortunadamente se utilizan para manipularnos con fines comerciales, poder económico, político y otros temas.

Estos hechos nos están llevando a la necesidad de encontrarnos a nosotros mismos para encontrar el equilibrio saludable entre la inteligencia natural y la Inteligencia artificial.

(*) Alfonso José Palacios Echeverría

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