miércoles 8, mayo 2024
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Un enfriamiento del Atlántico perturbó la ocupación humana de Europa

Madrid, 13 Ago. (EUROPA PRESS) – Hace 1,12 millones de años un enfriamiento masivo en el Atlántico Norte, con cambios en el clima, la vegetación y los recursos alimentarios, perturbó la ocupación humana temprana de Europa,

El trabajo, publicado en Science por un grupo internacional de científicos de España, Reino Unido y Corea del Sur presenta pruebas de observación y modelización que documentan que una tensión climática sin precedentes cambió el curso de la historia humana primitiva.

Los humanos arcaicos, conocidos como Homo erectus, se trasladaron de África a Eurasia central hace unos 1,8 millones de años. Desde allí se extendieron hacia Europa occidental, llegando a la Península Ibérica hace alrededor de 1,5 millones de años.

Tras experimentar unas condiciones climáticas inicialmente bastante suaves, estos grupos acabaron estableciéndose en el sur de Europa, como documentan varios fósiles fechados y herramientas de piedra de este periodo.

Pero dada la creciente intensidad de los ciclos glaciares en Europa a partir de 1,2 Ma, sigue sin saberse durante cuánto tiempo vivieron los primeros humanos en esta zona y si la ocupación se vio interrumpida por el empeoramiento de las condiciones climáticas.

Para comprender mejor las condiciones ambientales que experimentaron las primeras especies humanas en Europa, el equipo de expertos en polen, oceanógrafos, modelizadores climáticos, arqueólogos y antropólogos combinó datos de núcleos de sedimentos oceánicos profundos del Atlántico subtropical oriental con nuevas simulaciones de modelos climáticos y de hábitats humanos realizadas con superordenadores que abarcan el periodo de despoblación.

Tras cribar miles de pequeños pólenes de plantas almacenados en el núcleo de sedimento oceánico y analizar los compuestos orgánicos conservados sensibles a la temperatura dejados por diminutas algas, que vivieron hace más de un millón de años, los científicos descubrieron que hace alrededor de 1,127 millones de años, el clima sobre el Atlántico Norte oriental y las tierras adyacentes se enfrió repentinamente 7oC.

«Este enfriamiento masivo marca uno de los primeros acontecimientos estadiales terminales en el registro paleoclimático. Ocurrió durante la última fase de un ciclo glaciar, cuando las capas de hielo se desintegraron, liberando grandes cantidades de agua dulce en el océano y provocando cambios en la circulación oceánica y una expansión hacia el sur del hielo marino», afirma el profesor Chronis Tzedakis, del University College de Londres (UCL) y autor principal del estudio.

Los datos sobre el polen extraídos del núcleo de sedimentos oceánicos refuerzan esta hipótesis. «Los ríos y los vientos transportan polen diminuto desde la tierra adyacente hasta el océano, donde se hunde y se deposita en las profundidades oceánicas. Según nuestro análisis del polen de los sedimentos oceánicos, el enfriamiento del Atlántico Norte transformó la vegetación de Europa occidental en un paisaje semidesértico inhóspito», añade la doctora Vasiliki Margari de la UCL, autora principal del estudio.

Para cuantificar cómo pudieron reaccionar los primeros humanos ante una anomalía climática sin precedentes, científicos del Centro de Física Climática del SII (ICCP), en Corea del Sur, realizaron nuevas simulaciones con modelos informáticos para este periodo.

Añadiendo agua dulce glaciar al Atlántico Norte, el doctor Kyung-Sook Yun y Hyuna Kim, del ICCP, pudieron reproducir características clave del evento estadiolar terminal, como el enfriamiento y la desecación sobre el sur de Europa.

«A continuación, utilizamos esta simulación de modelo climático global como entrada para un modelo de hábitat humano, que determina si ciertas condiciones ambientales eran adecuadas o no para los primeros Homo erectus. Descubrimos que, en muchas zonas del sur de Europa, las primeras especies humanas como el Homo erectus no habrían podido sobrevivir», describe el profesor Axel Timmermann, director del ICCP de la Universidad Nacional de Pusan y coautor del estudio.

Aunque el enfriamiento sólo duró unos 4.000 años, la falta de herramientas de piedra y de restos humanos durante los 200.000 años siguientes plantea la posibilidad de un paréntesis de larga duración en la ocupación europea. Europa volvió a ser repoblada hace unos 900.000 años por un grupo que suele denominarse Homo antecessor. Este grupo y sus descendientes eran mucho más resistentes, porque pudieron adaptarse a la creciente intensidad de las condiciones glaciares sobre Europa.

«Nuestro estudio sobre los climas del pasado documenta la sensibilidad de la vegetación y los recursos alimentarios humanos del sur de Europa a los cambios de temperatura del Atlántico Norte. Este resultado se suma a las crecientes pruebas de que nuestra historia humana se ha visto condicionada por los cambios climáticos del pasado», añade el profesor Timmermann.

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