sábado 11, mayo 2024
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Argentinos votan con el bolsillo a cuentas y el dólar como fetiche

Buenos Aires, 18 oct (Sputnik).- Inversiones renovables mes a mes, dólares en todas sus versiones, bienes materiales o mercadería. La plata no le alcanza a los argentinos, y cualquier bien puede ser un aliado en la pelea contra una inflación que no afloja.

El octavo país más grande del mundo atraviesa una crisis signada por una espiral inflacionaria, una fuerte depreciación de la moneda y un umbral de pobreza que alcanza al 40 por ciento de la población.

Ese es el panorama en el que más de 35 millones de personas deben elegir el próximo domingo a quien ocupará la Casa Rosada los próximos cuatro años. Los candidatos son el actual ministro de la malograda Economía, una exintegrante del Gobierno que tomó la mayor deuda de la historia, o un economista alterado que amenaza con achicar el gasto a los gritos, como única receta, y promete dolarizar, como solución final.

Sergio Massa, Patricia Bullrich y Javier Milei, los tres principales candidatos a presidente, se disputan un verdadero hierro caliente, al que se le suma un crédito de 44.000 millones de dólares asumido por el Gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), con acuerdo vigente de pagos.

«Hay un problema inocultable que tiene que ver con que aún muchos trabajadores que tienen un trabajo formal, es decir, con plenos derechos, no alcanzan a percibir ingresos que permitan a la familia estar por encima de la línea de pobreza. Y eso es un fenómeno, además, inédito en nuestra economía, que es una tendencia que comienza a darse durante el Gobierno de (Mauricio) Macri (2015-2019)», dice a la Agencia Sputnik la exdiputada oficialista Fernanda Vallejos.

La economista reconoce que la expectativa generada en 2019, con el cambio de Gobierno y una crisis en ciernes, no se cumplió. «No es que se haya producido una dramática profundización de la situación que había, sino que lo que ocurrió es que no se la pudo mejorar en la gran mayoría de las variables medibles que podemos considerar», aduce.

Entre esa maraña de datos estadísticos que definen a la economía argentina hay dos que explican el fenómeno de trabajadores pobres: una inflación interanual del 138,3 por ciento, y una desocupación de, apenas, el 6,2 por ciento. En medio, una brecha creciente entre formalidad e informalidad.

Micro vs. macro

Las causas de la situación estructural de la economía argentina, según Vallejos, hay que buscarlas en una «inestabilidad del crecimiento, un periodo de estancamiento, de un crecimiento muy débil»; eso, sumado a una «situación de fuerte inestabilidad cambiaria, (…) el corazón de todo esto que está ocurriendo en materia económica en la Argentina».

La insuficiencia de dólares que genera su economía, a partir de depender de un único sector, el agroexportador primario, es el principal problema que tiene Argentina. Y se agravó, como es lógico, durante la peor sequía de la historia, que restó 21.000 millones de dólares a las cuentas. Algo que está por cambiar.

«La cosecha del próximo año va a recuperar su vigor, esa coyuntura va a pasar», asegura la economista, «pero, además, la Argentina va a incorporar sectores a su dinámica exportadora que antes no estaban, el sector del petróleo y el gas es uno de ellos absolutamente crítico, estratégico, con una serie de obras de infraestructura para el desarrollo de ese sector», que se suman al gasoducto Néstor Kirchner, inaugurado meses atrás.

El desarrollo del complejo minero, con el bronce y el litio en el noroeste del país, es otra fuente de ingresos que permite industrializar para dotar valor agregado. También el hidrógeno verde.

La concreción de esos negocios sólo será garantizada por el desarrollo de la obra pública que mantiene a raya el desempleo, y el destino de las divisas que allí se generen variará según cuál sea el nombre que se imponga en las urnas, aunque el director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, Rodrigo Valdes, ya adelantó que «la dolarización no es un sustituto de políticas macroeconómicas sólidas».

Mientras tanto, en las calles, una reciente encuesta de la consultora Giacobbe sobre 2.500 casos, reveló que la economía es el principal aspecto que decidirá el voto del próximo domingo, por encima de la ideología y la seguridad. El dólar dirá, al otro día, cuánto sueldo queda hasta fin de mes, la proyección más lejana que hoy pueden hacer las familias argentinas. (Sputnik)

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