Viena, 7 dic (Sputnik).- La activista del movimiento Letzte Generation (Última Generación) Marina Hagen-Canaval, de 27 años, opina que no tiene motivos para trabajar si puede ser que el futuro nunca llegue.
Hagen-Canaval relató a Sputnik que había estado trabajando de gerente de proyectos de tecnología de la información, pero en enero pasado decidió dimitir después de que su jefe le reprochara por tomar vacaciones para participar en las protestas en Viena.
«No veo ninguna razón por la que deba yo trabajar y ahorrar dinero para un futuro que tal vez no llegue», dijo la ecoactivista.
Desde abril pasado, Hagen-Canaval comenzó a trabajar gratis como portavoz de Letzte Generation y vivía del dinero ahorrado durante su empleo anterior.
No obstante, precisó que recibe una compensación de 1.000 euros desde septiembre.
En opinión de la joven, es mejor participar en manifestaciones que ganar dinero para tener una «oportunidad para un buen futuro».
Hagen-Canaval aseguró que los activistas no reciben dinero alguno por la participación en protestas.
«No nos paga nadie por (asistir a) protestas. Por el contrario, esto nos resulta muy caro. La multa por pegarse en las calles de Viena es de 1.000 euros», contó la interlocutora de esa agencia.
Los activistas del movimiento Letzte Generation, creado en 2021, se dieron a conocer por las extravagantes acciones de protesta contra la inacción del Gobierno ante la crisis climática, que incluyen bloqueos de carreteras y pistas de despegue y aterrizaje de los aeropuertos, el lanzamiento de comida contra obras de arte de renombre, entre otras. (Sputnik)
