sábado 27, abril 2024
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Bernardo Arévalo, un corredor de obstáculos que llegó a la presidencia de Guatemala

Ciudad de Guatemala, 15 ene (Sputnik).- Superando una infinidad de escollos políticos y legales, impulsados por el Ministerio Público y la oposición, que hasta el último día quisieron impedir su asunción, Bernardo Arévalo juró finalmente el domingo como nuevo presidente de Guatemala.

«No permitiremos que nuestras instituciones se dobleguen otra vez ante la corrupción y la impunidad», afirmó en su discurso de toma posesión, durante el cual reiteró su compromiso contra el autoritarismo y el uso de la violencia «como medio para promover agendas políticas o preservar privilegios».

La ceremonia de juramentación, celebrada en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, en el centro histórico de la capital guatemalteca, se realizó más de ocho horas después de lo previsto, debido a los intentos de los legisladores opositores para impedir que Arévalo asumiera la presidencia.

La normativa electoral de Guatemala establece que son los diputados salientes quienes tienen la prerrogativa de certificar la elección de sus sucesores y su juramentación.

Las bancadas opositoras pretendían mantener la suspensión del Movimiento Semilla (centroizquierda), el partido con el que Arévalo y la vicepresidenta, Karin Larissa Herrera, se postularon a la presidencia.

Esa fuerza política fue suspendida desde el 12 de julio pasado por el juez Fredy Orellana, a solicitud del Ministerio Público, alegando supuestas irregularidades en el proceso de inscripción en 2017.

Los intentos de mantener suspendido a Semilla, que califica sus diputados de independientes y les impide formar una bancada y ocupar cargos en el Congreso, finalmente fueron derrotados por una coalición de partidos de centro, derecha e izquierda.

De esa forma, el Congreso será presidido por Samuel Pérez, de Semilla, a quien acompañaron en la planilla ocho legisladores, tres para vicepresidencias y cinco para las secretarías, con una votación de 92 votos a favor y 67 en contra de los 160 legisladores del parlamento unicameral.

Carrera de obstáculos

Para sorpresa de muchos, Arévalo había conseguido el 11,77 por ciento de los votos válidos en la primera vuelta de los comicios, el 25 de junio pasado, superando a favoritos como el exdiplomático Edmont Mulet, del partido Cabal; el candidato oficialista Manuel Conde (Vamos); y Zury Ríos, de la coalición derechista Valor-Unionista e hija del exdictador Efraín Ríos Montt (1982-1983).

Varias de las fuerzas derrotadas cuestionaron los resultados preliminares de esa jornada, e incluso un juzgado local ordenó al Tribunal Supremo Electoral (TSE) realizar un nuevo escrutinio, como antesala de la crisis desatada cuando el Ministerio Público anunció una investigación contra Semilla por presunta falsificación de documentos para su constitución.

Sin embargo, Arévalo sorteó los ataques con una narrativa más centrada en reiterar sus propuestas concretas para transformar el país, lo que, en su opinión, propició el resultado en las urnas

«Creemos que el electorado estaba harto, cansado del sistema político cooptado y buscaba una alternativa decente y creíble», explicó Arévalo a los medios que intentaban descifrar cómo avanzaba al balotaje un aspirante que no salía como favorito en ninguna encuesta previa.

En la segunda vuelta, celebrada el 20 de agosto, Arévalo obtuvo el 60,9 por ciento de los votos y derrotó a la candidata de derechas Sandra Torres.

Los casi cinco meses de transición se consumieron en intentos por evitar que el candidato de Semilla pudiera asumir su cargo.

El ahora presidente de Guatemala tuvo el respaldo de los movimientos indígenas y sociales, que durante más de 100 días acamparon frente a la sede del Ministerio Público en rechazo a los intentos por evitar que llegara a la jefatura de Estado.

Durante su primer discurso como jefe de Estado, Arévalo agradeció este respaldo.

«Me detendré a expresar mi agradecimiento personal y nuestro agradecimiento como nación a los líderes ancestrales indígenas por su valiente lucha por la democracia y su papel destacado en movilizar a los cuatro pueblos (mayas, xincas, garífunas y mestizos) en su defensa», dijo.

Arévalo tuvo también el respaldo de varios gobiernos latinoamericanos, organismos como la OEA, la Unión Europea y el propio Gobierno de EEUU.

El «tío Bernie»

César Bernardo Arévalo de León nació en Montevideo, Uruguay, donde su padre vivía exiliado, y vino a Guatemala recién a los 15 años.

Apodado el «Tío Bernie» en alusión al senador estadounidense Bernie Sanders, por su lucha por la justicia social, el sociólogo de profesión llegó con el aval de ser hijo de quien muchos aún consideran el mejor presidente que ha tenido la nación, Juan José Arévalo (1945-1951).

Tras una fructífera carrera académica y diplomática, se involucró en el Movimiento Semilla, colectivo de fuerte impronta social, que incluye a académicos, intelectuales, politólogos, ingenieros y emprendedores, a la cual representó en tres legislaturas consecutivas, incluso como jefe de bancada.

A sus 65 años, Arévalo es conocido en el Congreso legislativo por su labor contra la corrupción, y que dio origen a Semilla en las movilizaciones populares de hace una década.

Proyecto social

Durante la campaña, Arévalo prometió tomar diez medidas para combatir la corrupción, incluyendo la creación de un gabinete coordinado por la vicepresidencia, que tendrá como objetivo detectar irregularidades en el Estado.

La lucha contra la corrupción y el fin de los privilegios de quienes se benefician de manera fraudulenta de los recursos públicos fue su principal bandera de campaña, junto a la de destinar esos recursos a un programa para el desarrollo del país y la justicia social, programas para erradicar la pobreza, potenciar una educación inclusiva y de calidad, generar empleos dignos y enfrentar de manera integral los que, en su opinión, son los grandes desafíos para Guatemala: la inseguridad, la corrupción y la desigualdad.

«Es crucial trabajar juntos en unidad y armonía para mejorar la calidad de vida de nuestra gente», afirmó el nuevo gobernante tras ser juramentado.

Posteriormente a la juramentación, Arévalo acudió a un festejo de miles de personas, que desde la mañana del domingo realizaron marchas por la capital y luego se reunieron en la Plaza de la Constitución, donde ya en la madrugada del lunes celebran con música y bailes el triunfo sobre los sectores a los que califican como corruptos y golpistas. (Sputnik)

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