Naciones Unidas, 16 Ene. (EUROPA PRESS) – Naciones Unidas ha condenado «firmemente» los bombardeos ejecutados este martes por la Guardia Revolucionaria de Irán contra la capital de la región semiautónoma del Kurdistán iraquí, Erbil, que han dejado al menos cuatro muertos, según el balance oficial.
«Condenamos firmemente el ataque iraní contra lugares en Erbil (…), que dejó víctimas civiles», ha manifestado la Misión de Asistencia de Naciones Unidas para Irak (UNAMI) a través de un breve mensaje publicado en su cuenta en la red social X.
«Los ataques, por parte de cualquiera, que violen la soberanía y la integridad de Irak deben terminar. Las preocupaciones a nivel de seguridad deben ser abordadas a través del diálogo, no de los bombardeos», ha zanjado.
Tras los ataques, el Gobierno iraquí ha condenado «firmemente» lo que ha descrito como una «agresión» de Irán y ha llamado a consultas a su embajador en Teherán. Asimismo, ha asegurado que «adoptará todas las medidas legales» ante el ataque de Irán, incluida una queja ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Por su parte, el portavoz del Ministerio de Exteriores iraní, Naser Kanani, ha sostenido que los bombardeos son un acto «disuasorio» ante las «amenazas a su seguridad nacional», antes de agregar que «apoya la paz, la estabilidad y la seguridad en la región» y ha reseñado que Teherán «respeta la soberanía e integridad territorial de los países».
Horas antes, la Guardia Revolucionaria iraní había confirmado ataques con misiles balísticos contra «la principal sede de espionaje del Mossad en la región del Kurdistán iraquí», dedicada a «planear operaciones de espionaje y planificar acciones terroristas en la región». Asimismo, ha destacado otro bombardeo en el noroeste de Siria contra «lugares de reunión de los comandantes y elementos principales relacionados con los recientes crímenes terroristas», en el marco de lo que describe como una «respuesta» a los ataques en Kermán y Rask.
La Guardia Revolucionaria iraní ha hecho así referencia al doble atentado cerca de la tumba del general Qasem Soleimani –que dejó más de 90 muertos– y al asalto en diciembre contra un puesto de control en la provincia de Sistán y Baluchistán, respectivamente. El ataque en Kermán fue reclamado por Estado Islámico y el asalto en Rask fue obra del grupo terrorista suní Jaish al-Adl.
