domingo 28, abril 2024
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Presidente de Argentina pone en juego su gobernabilidad tras fracaso de «ley ómnibus»

Buenos Aires, 10 feb (Sputnik).- El presidente de Argentina, Javier Milei, parece empeñado en desafiar su propia gobernabilidad cuando está por cumplir dos meses en el Gobierno.

En guerra con los gobernadores del país y con los diputados de distintas fuerzas que mostraron algún nivel de discrepancia con sus iniciativas, el mandatario no escatima en insultos y descalificaciones, cuando no retuitea de manera compulsiva cualquier invectiva contra sus adversarios.

Su intransigencia llegó a tal punto que él mismo hizo fracasar en la Cámara de Diputados el proyecto de «ley ómnibus», que le facultaba a legislar en virtud de una declaración de emergencia que afectaba seis áreas y que habilitaba la privatización de empresas públicas.

La norma había sido aprobada en términos generales, pero el jefe de Estado, de visita oficial en Israel, no pudo resistir el rechazo de algunos artículos y las modificaciones de otros durante la votación en particular y ordenó, a 12.700 kilómetros de distancia, que la normativa volviese a tratarse desde cero.

El politólogo e investigador Facundo Cruz, en diálogo con la Agencia Sputnik, se inclinó en principio por pensar que el naufragio de la normativa se debió a la ausencia de experiencia política del bloque gobernante, La Libertad Avanza (LLA, ultraderecha), que ha terminado por pagar cara.

«La falta de coordinación política, tanto del Ejecutivo y del Legislativo, como entre ambos poderes, quedaron expuestos y de manifiesto por la cantidad de errores que hubo (…) La prueba es que la semana pasada se estaba discutiendo en el plenario un proyecto de ley que ni siquiera estaba redactado todavía», señaló este docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT).

Pero una lectura más desconfiada puede hacer pensar que el Gobierno pergeñó el revés parlamentario en «una estrategia planeada, definida y planificada para seguir alimentando el ethos (rasgos y modos de comportamiento) propios de LLA, que es la construcción de un sujeto político que se contrapone a la política tradicional», planteó Cruz.

Abierto a que ambas teorías aniden en el seno del Ejecutivo, el investigador observa que las reacciones del presidente en las redes sociales parecen responder ahora a la segunda opción, en el intento de exhibir «que todo el proceso de reformas que quiere implementar, que supuestamente va a traer crecimiento económico, desarrollo y prosperidad está siendo enfrentado por el sistema político en su conjunto».

«Hay algo que está apareciendo en la estrategia comunicacional de la actual gestión, y es que el Gobierno comunica públicamente algunas cosas, pero el pensamiento profundo y real del presidente y su mesa más chica se transmite a partir de los «me gusta» de Milei en las redes sociales», explicó este consultor independiente.

Gobernabilidad en riesgo

De seguir con la misma actitud de careo constante contra cualquiera que ose confrontar sus planes, el presidente tendrá muchas dificultades en gobernar en un sistema federal como lo es el argentino, advierte Cruz.

En la noche en que dio por fracasada la «ley ómnibus», el presidente arremetió contra los gobernadores del país, que son 24 en total, por querer «destruir» la normativa. Además de tildarlos de traidores, Milei advirtió que no negociaría con quienes exigían «mantener sus privilegios».

En una escalada del conflicto, el Gobierno anunció el jueves que eliminaba los subsidios que el Estado entregaba a las provincias para subsidiar el transporte público de pasajeros. Una venganza, interpretaron los mandatarios provinciales.

«La discusión más grande hoy es en términos de recursos: es una discusión fiscal (…) El Gobierno propone que los recursos sean de la nación y que los costos los paguen las provincias», sentenció el politólogo.

Convencido de que encarna la voluntad popular, la perseverancia de Milei en impulsar las reformas económicas que estima necesarias parece transfigurarse con el correr de las horas en una intransigencia ciega, habida cuenta de que es el presidente que presenta la mayor debilidad legislativa desde el regreso de la democracia en 1983: LLA es la tercera fuerza en Diputados, con solo un 15 por ciento de los escaños, y la cuarta en el Senado, con el 11 por ciento de las bancas.

En su empecinamiento por acumular facultades extraordinarias, el presidente también parece perder de vista que no tiene ningún gobernador aliado y que su fuerza apenas tiene seis alcaldes, de los 2.000 que hay en todo el país, lo que evidencia que tiene «una capacidad de incidencia en el sistema político muy baja», adujo Cruz.

«No va a poder implementar su modelo económico sobre todo porque ya generó mucha desconfianza entre quienes se ofrecieron como articuladores de la construcción de una mayoría (…) Llevar adelante el tipo de medidas que persigue en un país federal como Argentina, en un esquema descentralizado de poder y con un Congreso tan descentralizado, donde no hay concentración de poder sino dispersión, es muy difícil», razonó.

En este escenario, Milei podría recurrir a cierta flexibilidad para negociar con gobernadores y fuerzas opositoras dialogantes, en un empoderamiento de la mesa política, o enroscarse aún más en su terquedad y tratar de gobernar por medio de decretos y plebiscitos.

Para Cruz, «esa segunda salida es la que está empujando su mesa más chica de consultas», integrada por su hermana y secretaria de la Presidencia, Karina Milei.

«La tentación por querer parecerse al expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) es muy grande, y el grave error es pensar que uno puede llegar a ser Fujimori cuando pude terminar como Pedro Castillo (2021-2022)», añadió el politólogo.

Traidora al habla

La legisladora Margarita Stolbizer ha sido una de los 61 diputados nacionales cuyo nombre fue incluido en una lista de «traidores al pueblo» que difundió el propio presidente argentino en las redes sociales.

Sin sentirse amedrentada, la legisladora cuestionó en diálogo con la Agencia Sputnik que Milei recurra a «un comportamiento que confronta con la democracia», cuando ésta «se basa en el diálogo y el respeto por la diversidad de opiniones».

Las invectivas del jefe de Estado son una preocupación para esta legisladora por lo que pueden significar para el país, «sobre todo cuando es el eje de comunicación del presidente, quien debería ejercer un liderazgo moderado que imponga otras prácticas», aclaró quien fue candidata presidencial en 2015 y hoy integra de la coalición Hacemos Coalición Federal, la quinta fuerza en Diputados.

«Lo primero que el titular del Ejecutivo debe aceptar es que el Congreso es parte de las decisiones del Gobierno (…) Lo esperable sería lo contrario a lo que hacen. Que reconozcan sus errores en la estrategia parlamentaria y envíen proyectos parciales con cambios necesarios que prioricen los verdaderos y más acuciantes problemas», sostuvo Stolbizer.

La diputada, con una larga trayectoria política, advirtió que «aunque sea difícil, el presidente debería convocar ante todo a los gobernadores y proponer un pacto político y fiscal, dado que ellos tienen la legitimidad de su representación territorial y comparten la responsabilidad de gestionar y resolver los problemas».

«El resultado de ese pacto luego debería ser refrendado en el Congreso, ya viniendo con ese aval», expuso.

Consultada sobre si el presidente va a mostrar más cintura política con el Poder Legislativo, Stolbizer aclaró que «no se trata de negociación, sino de respeto».

«El Congreso debe hacer su trabajo en su ámbito», concluyó.

El presidente afirma que no necesita la aprobación de la «ley ómnibus» para acometer las reformas de Estado que tiene planeadas y para lograr el déficit cero, una de sus prioridades de Gobierno, que conllevará solo este año un ajuste de alrededor del 5 por ciento del producto interior bruto (PIB). (Sputnik)

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