Roma, 16 Feb (Vatican News).- El Papa Francisco recibe en el Vaticano a una delegación de la asociación francesa ‘Diaconie de la Beauté’. En su discurso, destaca el importante papel del arte para transmitir una relación armoniosa. “La belleza invita a un modo diferente de estar en el mundo”
Diaconie de la beauté, es decir, Diaconía de la belleza es la Asociación fundada en Francia en 2012, que el Papa Francisco recibió con ocasión del Simposio en Roma para celebrar el décimo aniversario de los «Festivales» promovidos anualmente por Diaconie de la Beauté.
A la delegación de la Asociación, Francisco subraya sus características e importancia, exhortando a sus miembros a «ser cantores de armonía» en medio de una humanidad sacudida por la violencia, que necesita volver a soñar con un mundo diferente y bello.
La dimensión espiritual del servicio ofrecido
La primera dimensión del servicio que ofrece la Asociación es la espiritual, señala el Papa, la que lleva a la contemplación, la que impulsa a una vida «orientada a la plenitud».
Su vocación es ayudar a los artistas a crear un puente entre el cielo y la tierra. Quieren despertar en ellos la búsqueda de la verdad, ya sean músicos, poetas o cantantes, pintores, arquitectos o directores, escultores, actores o bailarines o lo que sea. Porque la belleza nos invita a un modo distinto de estar en el mundo.
El diálogo entre la Iglesia y los artistas
La segunda dimensión «con un francesismo de palabra la llamamos evenemencial» – prosigue Francisco – destacando que la Diaconie de la Beauté ayuda a restablecer el diálogo entre la Iglesia y los artistas a través de encuentros, espectáculos, conciertos, representaciones.
Es una manera para ustedes de hacer visible la proximidad de la Iglesia a los artistas, entrando en diálogo con su cultura y su vida, sean creyentes o no.
La tercera dimensión es muy concreta. El Papa Francisco la define «residencial». Es la creación de hogares en los que alojar y realzar la dignidad de artistas cuyas vidas suelen estar marcadas por la soledad, la depresión y el sufrimiento interior.
Su reto es sacar a la luz la belleza que se esconde en él o ella, para que a su vez se convierta en apóstol de esta belleza que genera vida, esperanza y sed de felicidad.
Cantores de armonía en un mundo atormentado
A continuación, el Pontífice mira a la humanidad de hoy, oprimida por la angustia a causa de las guerras, la violencia, las divisiones, y exhorta a los miembros de la Asociación «a ser cantores de armonía entre los pueblos, las culturas y las religiones.
Nuestra humanidad se ve sacudida por violencias de todo tipo, por guerras, por crisis sociales. En este contexto, necesitamos hombres y mujeres capaces de hacernos soñar con un mundo diferente y hermoso. ¡Hagan soñar a las personas, para que aspiren a una vida en plenitud!
La belleza de la naturaleza y el cuidado de la Casa Común
Por último, el Santo Padre recuerda que también hoy es necesario recrear la armonía entre el hombre y el medio ambiente, cambiando los comportamientos, creciendo en la conciencia de que todo está interconectado. Y citando la Fratelli tutti, afirma:
El arte es un medio muy poderoso para transmitir el mensaje de la belleza de la naturaleza. En efecto, «cuidar el mundo que nos rodea y nos sostiene significa cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un ‘nosotros’ que habita la Casa Común’.
«La cultura de la belleza – concluye el Papa – nos pone siempre de nuevo en movimiento» y nos permite reemprender «el camino hacia sociedades más humanas y fraternas».