Durante la campaña presidencial que se inició en los Estados Unidos de América, que a su vez es una gran farsa pues ya sabemos quiénes son los que gobiernan el imperio, gane quien gane las elecciones, ha sobresalido una aseveración reiteradamente: que ambos candidatos son ancianos y que, por ello, no se encuentran capacitados para ejercer el cargo al que aspiran. No voy a negar que Biden ha demostrado en repetidas ocasiones rasgos de senilidad preocupantes y es sospechoso de corrupción desde antes de ser presidente, o al menos de encubrirla, mientras que Trump hace ya mucho tiempo demostró su desequilibrio mental, megalomanía y ausencia total de ética, y no es por viejo que lo demuestra, porque siempre ha sido así, sino que ahora no puede controlarlo ni disimularlo.
Pero en los gobiernos de las potencias los gobernantes se rodean de equipos que velan por la sensatez y coherencia del accionar gubernamental, sea quien sea el que se encuentre frente a las cámaras de la opinión pública, cuando el titular se equivoca.
Por otro lado, la campaña se desarrollará en medio de unas condiciones bastante poco halagüeñas: a nivel internacional el imperio se encuentra envuelto en la absurda guerra en Ucrania, en el genocidio istraelí en contra de los gazatíes, las escaramuzas bélicas en Yemen, la situación insostenible de Taiwan y el absurdo de las guerras comerciales en contra de Rusia y China, que amenazan su prominencia mundial, ganada a sangre y fuego durante decenios. A nivel nacional, los problemas relacionados con la migración ilegal que persigue el sueño (imposible) americano, la extensión alarmante de la pobreza entre sus ciudadanos mientras despilfarra cientos de millones en guerras inútiles, el estratosférico déficit fiscal con el agravante de que su moneda no tiene respaldo real, y que empieza a ser rechazada en el comercio internacional por grandes bloques nacionales, y la pérdida de competitividad de su producción industrial, informática y tecnológica (además de armamentística) que lo ha hecho retroceder inexorablemente frente a las otras potencias.
Como vemos, se avecinan momentos sumamente serios que van desde el debilitamiento progresivo del imperio hasta su aniquilación total en una conflagración atómica, que de paso nos aniquilará a nosotros también, que no tenemos vela en ese entierro.
Es cierto que ambos candidatos frisan ya la edad en que la mayoría de los humanos estamos retirados de las estresantes actividades del diario ganarse el pan, pero ello no es motivo, per se, para descalificarse del todo (otros son los motivos por los cuales se descalifican ellos mismos), pues la edad avanzada puede ser causa de fallas y dificultades, pero también es depósito de la sabiduría que concede la experiencia de muchos años.
Pero el argumento reiteradamente utilizado de la vejez de ambos candidatos no puede ser válido, cuando sabemos, porque lo ha demostrado la historia, que en muchos casos la sabiduría de la senectud ha sido el elemento clave para salvar países de situaciones catastróficas.
La valoración de la vida humana suele hacerse por ciclos vitales. Así, niñez, juventud, adultez y ancianidad aparecen como circunstancias accidentales para clasificar la vida y temporalidad humana. En la sociedad occidental, dicha valoración ha sido influenciada por la dinámica ideológica y socioeconómica del neoliberalismo, en la cual la piedra angular es la producción de bienes materiales
Por lo tanto, cuando una persona envejece, y sus fuerzas físicas disminuyen, aparentemente pierde valor en la jerarquía social, además de la valoración de la productividad, hay una infantilización de la sociedad marcada por un miedo a la vejez: el ser humano tiende a temer a lo que desconoce, y la vejez es el último ciclo de la vida en conocerse; por eso, el miedo a llegar.
Sin embargo, estos imaginarios sociales no son iguales en todas las culturas. Cuando se hace una valoración de la persona humana, teniendo en cuenta todas sus dimensiones y trascendiendo su aspecto físico y material, es posible entender la riqueza de la vejez.
Hay un error grande al pensar que el deterioro natural de las funciones biológicas al envejecer determina un deterioro en todas las áreas. Según Silvia Ochoa, en su libro “La sabiduría de los años”, la gran injusticia de la sociedad del siglo XXI es “ignorar la sabiduría de la edad de la experiencia”. En el mismo libro se expresa que los ancianos “encarnan el reservorio de la sabiduría de los pueblos y de la humanidad (de su momento y de siempre); y su tarea, como luz de la humanidad, es trascender las edades históricas con su orientación y consejo prudente”.
Hay un error grande al pensar que el deterioro natural de las funciones biológicas al envejecer determina un deterioro en todas las áreas. Puede suceder, si, pero no es la norma. Y por otro lado, quien en toda su vida no aspiró nunca a la superación intelectual y emocional, en su vejez seguirá siendo la misma persona.
Yo soy un anciano que pronto cumplirá los ochenta años de vida, y aunque noto en mí el deterioro fisiológico propio de la edad, no puedo decir lo mismo de mis capacidades intelectuales y emocionales, más bien creo o experimento un nivel incrementado, en comparación a mis años de juventud y madurez. Por ello, el argumento de la vejez de los candidatos a que nos referimos al iniciar estas reflexiones, me resulta, además de infantil, inconsistente. Pero, claro está, cada persona es diferente.
(*) Alfonso J. Palacios Echeverría
En una de mis pocas visitas al pais, fui donde un Abogado para que me hiciera un estudio de una propiedad que me interesaba pero al final mi interes por la propiedad paso. Al rato el letreado tuvo la osadia de pararse y sarcasticamente imito como camina uncle Joe (como lo llamamos los Democratas al Sr. Biden). Le pague por el trabajo y muchas gracias.
No comparto las situaciones belicas y a mi edad mas de 80 años me sobra el trabajo y bien pagado. En USA el que no trabaja es porque no quiere, porque el trabajo sobra.
Shalom.
El trabajo sobra? Si como no, nada mas revise las estadisticas de desempleo y empleo precario de nuestra querida y maltrecha Patria.
Don Rafael, Es lamentable y inaceptable que en Costa Rica la tasa de desempleo esta sobre el 40% y en algunas partes cerca del 60%. Mi comentario anterior donde menciono que el trabajo sobra es en USA(Estados Unidos). El 08 de marzo, 2024 el Banco Mundial aprobo prestamo de $350 millones de dolares para Costa Rica, Ojala, que no lo gasten en confites.
El candidato que mueve masas es Trump.Si no se las roban otra vez las elecciones con el voto por correo gana sin problemas.
El pueblo norteamericano quiere que regrese y ponga orden. Todo lo demas son meros deseos de los mismos grupos de izquierda de que no llegue Trump a la Presidencia.