domingo 28, abril 2024
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LA CCSS y la UCR debemos defenderlas para el bienestar de los costarricenses

Columna Poliédrica

Las dos instituciones que representan la reforma social de los años cuarenta del siglo XX son la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y la Universidad de Costa Rica (UCR). Ambas han sido y son claves para la movilidad social en Costa Rica, sin embargo, existen personas que están empeñadas en desaparecerlas; algo que si ocurriera, implicaría un retroceso inmenso para la sociedad costarricense.

Cada vez que escribo para apoyar a estas y otras instituciones recibo comentarios del más diverso tipo. Están los comentarios de personas que son conscientes del peso específico que tienen estas instituciones en lo social y la necesidad que existe de conservarlas; pero por otro lado, están aquellos que solo piensan la realidad como sumas y restas, responsabilizando a los funcionarios del deterioro que han tenido esas instituciones.

La CCSS está en peligro porque ha sido atacada desde diferentes flancos. Uno es el político, ya que los Poderes Ejecutivos han podido introducir a personas en la Junta Directiva que tienen como principal objetivo debilitarla; otro es el administrativo, dado que en su propio funcionariado (médicos, enfermeras, técnicos) se ha mercantilizado, no todos, pero es gente que no está dispuesta a luchar por la institución y sí lo están para irse al sector privado donde se supone que les pagan mejor. Hay otros factores, pero señalamos estos dos como ejemplo de las causas de su deterioro.

La CCSS es fundamental para evitar una de las diferencias más terribles que han existido en la historia de la humanidad entre las personas . Durante mucho tiempo quienes no podían pagar a un médico morían de enfermedades perfectamente curables, fue con la seguridad social que se logró disminuir esa brecha social; en otras palabras, esta reforma ha permitido que Costa Rica tenga índices de salud a la par de países con mayores recursos económicos y con una mayor inversión en la salud de sus ciudadanos.

La salud es central para que las personas puedan ganarse la vida. Cuando ellas están enfermas no pueden luchar para sobrevivir, no pueden trabajar bien y eso afecta, por ejemplo, a las empresas; se trata de algo básico que el interés individual y económico de algunos no quieren ver, solo les interesa ganar dinero a costa de la necesidad que tienen las personas, pero hay gente que sin el seguro social estarían condenados a morir prematuramente.

A la par de la CCSS se reabrió la universidad en Costa Rica. Antes de la creación de la educación pública y de la UCR, solo podían estudiar las personas que pudieran pagar a un tutor o mandar a sus hijos al extranjero a estudiar; es decir, la única forma para acceder a un título profesional era el dinero y eso generó una brecha social abismal entre los que tenían y los que no.

La UCR es hija de las reformas sociales de los años cuarenta del siglo pasado. Se creó como una universidad pública y eso ha tenido como objetivo, entre otros, la movilidad social entre los costarricenses; sin embargo, la universidad no es solo formar profesionales, también es desarrollar investigación y acción social para beneficiar a la sociedad, ello para poder atender una serie de necesidades que el devenir permanente de la vida requiere.

A la UCR el constituyente de 1949 la dotó de el máximo grado de autonomía en el ordenamiento jurídico costarricense. Se trata de una protección frente al poder político, ese poder que no soporta la crítica fundada en el conocimiento científico y que a lo largo de la historia de la humanidad existen múltiples ejemplos de cómo se ha pretendido reprimir; en otras palabras, no solo es una protección frente al poder político sino también frente al poder económico que quisiera que la formación de profesionales se convirtiera en un monopolio privado o en una actividad en manos de grupos económicos muy específicos.

A lo largo de estos ya casi diez años he ido cosechando algunos detractores. Salen con los argumentos fiscales y financieros, cosa que nadie pretende desconocer, pero que ellos los ponen antes que el bienestar de las personas; aquí lo más importante es el costarricense promedio, ese que necesita de estas instituciones para salir adelante.

Defenderé estas instituciones hasta donde pueda. La CCSS y la UCR  han permitido que la vida de muchos costarricenses haya cambiado para bien, ha permitido a las personas tener una calidad de vida mejor y ese debe ser el objetivo no solo de las instituciones sino también el propósito de toda persona en este país.

Y no se trata de un tema de afinidad política, ni ideológica, se trata de un asunto de humanidad, se trata de un asunto de justicia.

(*) Andi Mirom es Filósofo

andimirom@gmail.com

columna poliédrica.blogspot

 

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1 COMENTARIO

  1. En temas de desarrollo económico, Costa Rica siempre destaca por: seguridad social, educación y energía. Curiosamente, las instituciones publicas siguen siendo la piedra angular de los exitos en dichas ramas (CCSS, UCR e ICE).

    Por qué nos cuesta tanto aceptar que el sector público – aunque a brincos y a saltos – puede hacer las cosas muy bien? Por qué no reconocer los problemas que siempre generan las concesiones/licitaciones?

    Quizas con un MOPT que realmente construya obra pública nos podría ir muy bien! De seguro nos evitariamos todos los chorizos, problemas, reclamos e indemnizaciones que SIEMPRE suceden con las licitaciones (MECO, HSolis, GlobalVia y ahora hasta CHEC aprendió).

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