Quito, 5 abr (Prensa Latina) Un tribunal de Ecuador revocó hoy la inocencia del informático sueco Ola Bini, acusado por un presunto acceso ilegal a sistemas informáticos del Estado y lo condenaron a cumplir un año de prisión.
Este viernes, dos de los tres jueces integrantes del tribunal determinaron la culpabilidad de Bini por el argumento de «tentativa de acceso», porque aunque reconocen que no cometió un crimen, sus conocimientos técnicos especializados son idóneos para cometer el delito.
También le ordenaron el pago de una multa correspondiente a cuatro salarios básicos, es decir, mil 840 dólares.
Bini ha estado cinco años soportando más de 100 violaciones al debido proceso y a pesar de ello, su inocencia fue ratificada por un tribunal de primera instancia, afirmó su abogado, Carlos Soria, en sus redes sociales.
El ciudadano sueco fue detenido en abril de 2019 en el aeropuerto de Quito y desde ese momento enfrentó un proceso plagado de irregularidades.
El entonces presidente Lenín Moreno y su ministra de Gobierno María Paula Romo impulsaron el caso, tras acusarlo de ser parte de un plan desestabilizador vinculado con Julian Assange, fundador de WikiLeaks, a quien por esa fecha Ecuador le retiró el asilo en su embajada en Londres.
La acusación inicial contra Bini, radicado en este país sudamericano desde 2013, se basó en un supuesto ataque a la integridad de los servicios informáticos del Estado, específicamente en la Corporación Nacional de Telecomunicaciones.
El propio Bini denunció antes del fallo de hoy que no existe imparcialidad en el tribunal de la Corte Provincial de Pichincha que revisó la apelación a la sentencia, porque son los mismos que hace cinco años le negaron la libertad.
Así han degradado Ecuador con las autoridades de justicia y gobierno, donde la legalidad y derecho es puro pan pintado. Por supuesto, les importa un maní a la CIJ esos deplorables asuntos. Todo por crear precedentes o jurisprudencia diplomática hacia futuro, como lo han hecho con Julian Assange, Ola Bini y la Embajada de México al pretender “disciplinar” hacia un nuevo orden mundial. Una campanada donde los domados aliados hacen encubridor silencio. Ya veremos donde se meten cuando la IA se inmiscuya por aquellos ambientes. Tanto rojos como azules tienen acceso.