San José, 9 abr (EP/PL).- De cara al próximo 1 de mayo, que de manera constitucional se define el directorio de la Asamblea Legislativa costarricense, ese poder del Estado hoy no tiene definido quien llevaría las riendas del Parlamento.
Si bien en los dos años anteriores hubo consenso por el diputado Rodrigo Arias, del Partido Liberación Nacional, ahora el nombre del próximo presidente para el periodo 2024-2025 está por definir.
La Asamblea Legislativa costarricense elegirá el próximo 1 de mayo su directorio, el cual incluye presidencia, vicepresidencia, dos secretarias e igual cifra de suplentes-
Esa sesión durante años se dividía en dos, la primera parte para esa elección legislativa y después el presidente de la República pronunciaba su discurso de rendición de cuentas, agenda que se mantuvo hasta 2016.
Una reforma del Legislativo varió la segunda parte de la sesión para el 2 de mayo debido a la creciente aparición de fracciones en el Parlamento, las negociaciones y los procesos de votación, cada vez más complejos y extensos.
De modo que se decidió trasladar por un día el informe presidencial, aunque este, según dispone la Constitución Política debe ser remitido al Congreso el mismo 1 de mayo.
Y la gran pregunta: ¿Llegarán a su “precio” los 38 diputados restantes con liberación nacional, su ilegítimo protector? Las encubiertas negociaciones están en juego. Prueba de ello, el mantener los usuales figurones para evitar, distanciar otro cuartelazo a la mafia política tradicional. Y son capaces de pactar, hasta vender principios, valores, moralidad y hasta su mama. Por supuesto, les tupe o resbala el interés de las mayorías. Tienen, además sobrado tiempo para cocinar y azar mediáticamente este otro negocito, el cual trasciende a su propia existencia familiar. Vaya arremedo de democracia. Se impone la revocatoria de mandato inmediata a muchos de estos aprovechados.