viernes 3, mayo 2024
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Existe un fundamentalismo propio de Netanyahu, no de Israel, dice exviceministro chileno

Montevideo, 20 abr (Sputnik).- El conflicto entre Israel y el movimiento palestino Hamás, cuya escalada de tensiones lleva ya más de seis meses, entra en un punto de no resolución, a opinión del exsubsecretario de Defensa chileno, Gabriel Gaspar, quien en entrevista con la Agencia Sputnik afirma que están enfrentados dos fundamentalismos.

«Hay un fundamentalismo en el Gobierno de (l primer ministro de Israel, Benjamín) Netanyahu ortodoxo que intenta aniquilar la posibilidad de un Estado palestino, que ha cometido, en mi opinión, crímenes en la operación que está desarrollando en Gaza (…) pero yo no confundo que eso lo hace el pueblo de Israel, ni el Estado de Israel, lo hace el Gobierno de Netanyahu», advierte el exviceministro.

Para Gaspar, quien también fue subsecretario de Guerra y subsecretario para las Fuerzas Armadas de su país, Netanyahu es criticado por amplios sectores de la sociedad israelita y la comunidad judía internacional, por estos hechos, pero además «está amparado, protegido por un fundamentalismo religioso a ultranza del judaísmo ortodoxo que es un peligro, así como también es un peligro el fundamentalismo islámico yihadista de Hamas que busca negar la existencia de Israel».

«El problema, en mi opinión, es que el conflicto palestino-israelí llega a un punto de no resolución cuando en ambas partes hegemonizan posturas ultranacionalistas y de fundamentalismo religioso; eso impide cualquier conversación posible», sintetiza el cientista político.

Argentina

La ministra argentina de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo esta semana que en el norte de Chile, en particular en la ciudad de Iquique, en el último tiempo se ha detectado presencia del grupo Hizbulá, así como también en Brasil y en Perú.

Las declaraciones, hechas en el estudio del canal de televisión TN, uno de los pocos al cual asiste la ministra, causaron sorpresa en Chile y también repudio por parte del Gobierno que preside Gabriel Boric.

La propia Bullrich se comunicó el pasado miércoles con La Moneda (sede del Gobierno chileno) para entregar sus disculpas, confirmó la ministra del Interior de ese país, Carolina Tohá, en conferencia de prensa.

Tohá, además, explicó que la ministra argentina «dejó claro que no hay antecedentes de alguna amenaza inminente para el país en esta materia», antes de dar por cerrado el tema.

Gaspar entiende que los dichos de Bullrich van «en cadena» con lo que afirmó el senador estadounidense Marco Rubio días atrás y que, a su entender, se trata de «un conjunto de denuncias y acusaciones para las cuales no entrega ningún antecedente».

«Yo no soy un experto en política interna en Estados Unidos, pero pareciera que está más en función del debate electoral interno norteamericano o para la presidencia. Pero sería bueno entender que nunca es positivo meter la política exterior en los temas electorales y de política interna», opina Gaspar en referencia a Rubio.

En suma, el exministro entiende que cualquier controversia en cuanto a la seguridad que pudiera haber entre Chile y Argentina se podría resolver en pocos días, en contexto del Comité Permanente de Seguridad (Persec), aunque con las disculpas de la ministra argentina él también ha dado por cerrado el tema.

Y, por si hiciera falta, aclara: «en Chile no tenemos una amenaza de Hizbulá en concreto, ni tampoco tenemos evidencias de que hay células operativas de Hizbulá operando en Chile».

Con quien aún permanecen las molestias es con el embajador argentino, Jorge Faurie, quien fuera canciller durante la presidencia de Mauricio Macri (2015-2019), quien habría dicho en un encuentro con funcionarios chilenos: «Mi país (por Argentina) ya era potencia agrícola mientras ustedes recién aprendían a comer».

«Las relaciones entre Chile y Argentina están muy buenas, relaciones de cooperación y de franqueza y de confianza mutua. Ahora, eso no quita que haya episodios opinables. Uno de ellos lo protagonizó el embajador argentino, que aun cuando todavía no asumía el cargo, ofendió e insultó a Chile, nos ofendió al emitir declaraciones que tienen de todo menos de diplomáticas», enfatiza Gaspar.

Y a pesar de que Faurie pidió disculpas, en opinión del exembajador chileno en Cuba y Colombia, lo que hoy Argentina tiene en su hermano trasandino es «un embajador devaluado», que ni siquiera fue a la Cancillería a brindar explicaciones y «mandó a su segundo».

El analista internacional se muestra cuidadoso cuando se le pregunta por el giro que ha dado su vecino trasandino en cuanto a la política exterior, hoy alineada en forma directa a Estados Unidos y sus intereses geopolíticos y comerciales.

«Mi opinión humilde, y lo digo para Chile en primer lugar, es que cuando el barrio está desordenado y lo está, hay que reconocerlo, la primera tarea que cada país tiene es poner orden en su propia casa y no usar la política exterior como un elemento para la política interna, eso nunca trae buenos resultados; y segundo, entender que el mejor vecino no quizás es el más amigo nuestro, el que coincide más ideológicamente sino que el mejor vecino es el más estable», concluye.

Chile y Argentina comparten una frontera de 5.308 kilómetros que no estuvo exenta de polémicas a lo largo de la historia y desde la firma del Tratado de Límites de 1881, aunque siempre han dirimido sus diferencias de manera diplomática.

Sin embargo, ambos países han estado al borde de enfrentamientos armados, por ejemplo, como resultado del incidente del islote Snipe en 1958, la disputa de la laguna del Desierto en 1965 o el Conflicto del Beagle en 1978.

También comparten frontera en los territorios reclamados en el continente antártico, aunque una parte de esas tierras se superponen entre sí y con la porción británica. (Sputnik)

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