jueves 9, mayo 2024
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I Ching (iching)

Hace poco hablaba de la IA, mencioné la familiaridad y principio vital entre el I Ching y el sistema binario de Leibniz, ahora quisiera hacer un resumen de mi experiencia con este texto durante casi cuatro décadas.

El I Ching (se pronuncia iching) nacido hace más de cinco mil años, se convertiría en un sistema muy complejo para la mente escéptica del siglo XX, fue hacía los siglos XVI y XVII, cuando los jesuitas metieron el “libro de las mutaciones” en Europa, comenzando una verdadera revolución de la inteligencia humana.

Pero primero veamos qué sucedió al principio en occidente. El texto en sí mismo es simple pero no sencillo, se compone de 8 trigramas (ideogramas de tres líneas horizontales) que están compuestos por tres líneas horizontales paralelas, unas son yang (lo masculino) y son una línea continua, la otra es una línea discontinua que es yin (lo femenino), las líneas se mezclan en trigramas: las tres continuas, las tres discontinuas, una continua sobre dos discontinuas, una discontinua sobre dos continuas etc etc lo que nos lleva a un total de 64 hexagramas compuestos cada cual por dos trigramas uno sobre el otro.

Ahora, cada hexagrama tiene su nombre y van de 1 hasta 64, las diferencias de fondo están dadas de acuerdo a la localización de los números 6 o de los 9, los otros son 7 y 8, para saber qué número es cuál se decide con dos maneras: unos tallos de milendrama (una planta) o el uso de monedas chinas 3 que tienen en una cara un símbolo que significa 2 y en la otra un símbolo que significa 3, cuando lanzamos las monedas, habrá combinaciones de tres de tres (9), tres de dos (6), una de dos y dos de tres (8), dos de dos y una de tres (7). Las iguales dos, dos, dos, es 6 línea incompleta (yin) iguales tres, tres, tres es 9 línea completa (yang), dos dos tres es 7 línea completa (yin)tres tres dos es 8 línea incompleta (yang).

La pregunta se efectúa mentalmente y luego se lanzan las monedas (las tres) seis veces y se dibuja una línea arriba y ahí van hacia abajo, anotando al margen cuando sean 6 y 9. La figura deberemos consultarla con un diagrama que trae el libro, para ver qué significa. Luego iremos leyendo en el capítulo correspondiente, ahí estará la respuesta. No esperemos respuestas en preguntas de si o no, así no funciona, las respuestas deberemos interpretarlas acorde a lo que preguntamos y al hexagrama que nos ha resultado. En realidad hasta aquí es muy simple. La verdadera dificultad estará en la interpretación de las seis líneas del hexagrama y la posición de los números 6 y 9.

El texto no cambia y la interpretación será acorde a lo que significa, tanto el hexagrama como la posición de las líneas continuas y discontinuas, ahí interpretaremos lo que nos contesta el oráculo.

Así como no existen las respuestas si-no, tampoco existen las preguntas que busquen ese tipo de respuesta. Además, algo sorprendente es que cuando pretendes engañar el I Ching con preguntas reiteradas, “el mismo se negara a responder”, dándonos una respuesta recriminatoria asombrosa.

No me atrevo a mencionar teorías de porqué funciona de ese modo, creo que hay cosas que nunca entenderemos.

La otra manera de utilizarlo, es leer desde el primer capítulo 1, hasta el número 64, leerlo y releerlo. Diré que es como cuando tratamos de comprender ciertos versículos bíblicos de los libros Sapienciales: Eclesiástico, Eclesiastés, Sabiduria, Proverbios, etc, no comprendemos muchas veces pero nos familiarizamos con las admoniciones y tenemos conceptos totalmente claros si actuamos sin prejuicios y con absoluta honestidad.

Las mejores ediciones del I Ching son las provenientes de Richard Willhem (un pastor de origen misionero y sinólogo alemán) y el yi jing Libro de los cambios traducido directamente del chino al castellano y con anotaciones de Wang Bi.

Yo, de manera personal lo veo como un libro de sabiduría, de acuerdo a lo cosmogonía China estos 64 hexagramas son las posibilidades en que se pueden relacionar el microcosmos (yo) y el macrocosmos (universo), por ende serán esas las alternativas de uno ante ese universo ignoto. Aquí me encontré mi Weltanschauung: «forma de concebir el mundo y la vida».

Hoy más que nunca, el mundo tiene un yin y un yang que rigen la vida de todos los seres vivos, aunque no nos guste. Lo femenino y lo masculino como imagen de la creación universal, no obstante no hay ninguna opinión personal dentro del libro acerca de ese asunto, por ende todo sigue siendo mutuo: arriba-abajo, masculino-femenino, luz-oscuridad, fortaleza/debilidad. Tampoco es un libro que se incline por ninguna divinidad: ni ataca ni defiende el concepto, más aún sencillamente no lo menciona.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es Médico

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