viernes 17, mayo 2024
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Víctimas bolivianas de curas pederastas buscarán justicia en tribunales internacionales

Santa Cruz (Bolivia), 2 may (Sputnik).- Víctimas bolivianas de curas pederastas buscarán justicia en tribunales internacionales como la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) y la Corte Penal Internacional (CPI), con sede en La Haya, pues temen que la justicia de su país no sentencie a los responsables y sus encubridores.

A un año de que se hiciera público el diario personal del fallecido cura español Alfonso «Pica» Pedrajas, en el que se revelara sus más de 85 abusos sexuales a menores en el Colegio Juan XXIII de la ciudad boliviana de Cochabamba (centro) entre 1960 y 2000, solo avanzó una denuncia en la que se procesa por encubrimiento a dos otrora altas autoridades de la orden Compañía de Jesús, denunció a la Agencia Sputnik el exjesuita Pedro Lima, representante de las víctimas.

«Hay varios procesos judiciales abiertos contra miembros de la Compañía de Jesús en Bolivia. Son nueve investigados en total. En este caso, mi persona está como víctima, denunciante y testigo; es el primer caso que llega a la etapa de imputación formal, donde se han impuesto medidas cautelares sobre los dos acusados por encubrimiento: Marcos Recolons (de 81 años) y Juan Ramón Alaix (83), que tienen arraigo migratorio y detención domiciliaria. También tienen prohibido el contacto con las víctimas, que somos 15 en este proceso», relató.

Lima se considera víctima porque cuando denunció estos abusos fue expulsado de la orden religiosa.

Él estima que los dos sacerdotes sindicados no pisarán la cárcel debido a su avanzada edad, por lo que plantea avanzar en la calificación del delito hasta agotar las instancias judiciales en Bolivia y acudir a un tribunal internacional.

Las víctimas, reunidas en la Comunidad de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesial (CBS), sostiene que los abusos, por su dimensión, constituyen un crimen de lesa humanidad de la Compañía de Jesús contra toda la niñez boliviana.

«El artículo 410 de nuestra Constitución Política del Estado establece que los crímenes de lesa humanidad no tienen prescripción, por eso estamos dando un paso más buscando la responsabilidad institucional», afirmó Lima, y añadió que, una vez agotadas las vías legales en la justicia local, acudirán a instancias en el exterior, como la CPI.

Vías posibles

Para el doctor en derecho constitucional y profesor en leyes de la Universidad Autónoma «Gabriel René Moreno», William Herrera, las víctimas de pederastia primero deben tramitar su caso en la justicia boliviana para luego acudir a una instancia extranjera.

«No se puede ir directamente a la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos) o la CPI, salvo que en Bolivia no prosperen las investigaciones y que finalmente sean liberados los presuntos autores. Vale decir, primero hay que agotar la vía nacional», explicó a la Agencia Sputnik.

Herrera aclaró que los delitos de abuso sexual son imprescriptibles por jurisprudencia del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. «Se puede invocar la jurisprudencia internacional del Sistema Interamericano de Derechos Humanos; son imprescriptibles, no admiten indultos ni amnistía», puntualizó.

El diario mecanografiado en un ordenador de Pedrajas es la principal prueba de los abusos de religiosos contra menores en Bolivia, y fue hallado entre sus pertenencias guardadas en Madrid por su sobrino Fernando Pedrajas en 2012.

El sobrino de Pedrajas, estupefacto, pensó en las más de 85 víctimas señaladas en esos apuntes y decidió denunciar los casos ante la Compañía de Jesús en Bolivia y ante la Fiscalía española, pero la investigación no prosperó. Finalmente, acudió al periódico El País en Madrid, que posteriormente publicó un reportaje titulado: «Diario de un cura pederasta», el 30 de abril de 2023.

El diario «significa evidencia sólida para la denuncia que mantuvimos por años. El diario es terriblemente escandaloso y aberrante. Hay casos muy dolorosos que seguimos encontrando de víctimas que dejó Pica Pedrajas, con problemas psicológicos, en la mendicidad y con vidas destrozadas. ¡Buscamos justicia, no venganza!», expresó Lima.

Pederastas y encubridores

Lima cumplía su formación para ser sacerdote e impartía clases en 1999 en el Colegio Juan XXIII de Cochabamba, donde Pedrajas primero fue subdirector y luego director.

Durante su labor como profesor escuchó rumores de que los jóvenes eran víctimas de toques impúdicos, felaciones y hasta masturbación en los dormitorios. Pero no solo era Pedrajas «la manzana podrida» entre los Jesuitas, relató a la Agencia Sputnik, sino que había otros ocho sacerdotes que incluso tenían denuncias en España y que llegaron a Bolivia en una especie de huida de la justicia.

«Hay procesos de investigación abiertos en la ciudad de El Alto, en el Departamento de La Paz (este), contra el abusador de niñas aymaras Luis Tó Gonzáles (fallecido a sus 82 años en 2017). Él huyó de la justicia española, porque había otros procesos que estaban también por denunciarse, y fue acogido durante 25 años en Bolivia. Era un abusador compulsivo e irrefrenable y tiene muchas más denuncias en España, ahora que estalló el caso de Bolivia», dijo Lima.

Aunque la mayoría de los religiosos señalados por abusos ya fallecieron, otros aún viven.

Colaboración

La Compañía de Jesús en Bolivia decidió colaborar con la justicia para esclarecer estos hechos y determinar responsabilidades, aseguró el portavoz de la orden en el país sudamericano, Sergio Montes, en entrevista con la Agencia Sputnik.

«Fue el propio provincial (superior religioso en una provincia) Bernardo Mercado, quien el 2 de mayo de 2023 formalizó una denuncia ante el Ministerio Público y determinó el apartamiento de sus responsabilidades de todos los exprovinciales del período en que pudieron haber sucedido o podrían haberse conocido los abusos de Alfonso Pedrajas», aseguró.

La orden religiosa también dio un nuevo impulso a su Canal de Escucha y Atención a víctimas con denuncias por abusos para brindar asistencia legal y canalizarlas a la Fiscalía boliviana.

«Desde mayo de 2023, el Canal de Escucha y Atención ha recibido un total de 12 denuncias referidas a este tipo de delitos, habiendo logrado acompañar la presentación de las siguientes denuncias ante el Ministerio Público: tres contra jesuitas (Alfonso Pedrajas, Jorge Vila y Víctor Trías, ya fallecidos); una contra un religioso de otra congregación; y dos sobre un sacerdote diocesano», indicó.

Consultado sobre la determinación de las víctimas de buscar justicia en tribunales internacionales, respondió: «Hemos conocido que esta sería la intención de una asociación recientemente constituida, cuyo grado de representatividad habría que determinar, pero que estaría conformada por víctimas de abusos. Por los casos que ha podido atender y acompañar, no es esta la principal preocupación de las víctimas, sino poder sanar sus heridas psicológicas y espirituales».

El vocero de los jesuitas en Bolivia también dejó claro que, si se estableciera la responsabilidad de algún religioso de la orden como perpetrador o encubridor de abusos sexuales, deberá cumplir con la pena que la Justicia boliviana establezca.

«Afrontar esta situación nos ha producido profundo dolor y vergüenza, y nos ha llevado a examinar autocríticamente el pasado, para evitar que estos abusos puedan repetirse», expresó.

Pedro Lima, a consecuencia de los traumas que le dejó su paso por la vida religiosa, decidió alejarse y dedicarse a la herrería como una terapia ocupacional, en un pequeño taller en la ciudad de Oruro, en el suroeste de Bolivia. (Sputnik)

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