lunes 29, abril 2024
spot_img

El valor del miedo

No pretendo decir que esta pandemia es nada, tampoco que sea obra de nadie contra nadie, no creo en las “teorías conspirativas”, no, porque son las armas del ignorante para entender lo que no entiende, una epidemia similar comenzó sin saberse hace 102 años, evolucionó y se convirtió en pandemia.
Ha habido enormes y mortíferas pandemias a lo largo de la historia humana, en cada una han muerto millones de seres humanos, como especie saldremos de esta y mucho más fortalecidos y hacia un mundo mejor, al menos los primeros años después de ese Día D.
Jamás habíamos visto tanto esfuerzo simultáneo para conseguir juntos (sic) pero no revueltos, una solución o muchas soluciones y eso es encomiable. Lo que hemos podido ver durante las crisis en el pasado, plagas y guerras, es que ellas sacan lo mejor y lo peor del ser humano, el miedo crea una especie de solidaridad que aunque en algunos casos heroica, en muchos otros casos es el verdadero “río revuelto, ganancia de pescadores”.
Lo estamos viendo con los gigantescos ingresos de los medios de comunicación colectiva, encargados de atizar la neurosis, porque con un informe de números al día y una rueda de prenda semanal bastaría, pero no causaría tanto miedo ni daría tanta plata a los medios.
Terapia del miedo, esa es la palabra, porque no hubiéramos podido detener el desastre que causábamos, y al planeta lo estábamos matando a puñaladas y nadie quería torcer el brazo.
Pues bien, lo que no consiguió el movimiento ecologista mundial, lo logra un virus de manera casi inmediata. Lo que trataré a continuación no es en modo alguno, mucho menos es esa mi intención, una negación de la realidad de la Pandemia del Covid 19, no, es de cómo está caería como anillo al dedo a los intereses de todo mundo, aunque sea doloroso.
Estábamos en un total atascamiento de la economía mundial, no habíamos podido salir de la crisis del año 2008-9, ningún gobierno podía actuar unilateralmente, nadie quería o sabía cómo ponerse de acuerdo. Los últimos tres años habían comenzado a mostrar un deterioro de la economía mundial, pero antes de eso ya había un deterioro de la economía individualmente. No se veía una fórmula mágica, no, porque sencillamente no la había. No creo que todo esto tenga importancia para la aparición del virus del Covid 19, ni creo que fuese creado ex profeso, muchos investigadores han concluido que por su difícil estructura, no podía crearse en un laboratorio: no éramos capaces de crearlo; resulta que la naturaleza sí puede hacerlo, aunque desconozco cómo lo lograría. Esto debe quedar claro, porque de otro modo creeríamos que somos tan listos como ella y no lo somos. No, la naturaleza nos trasciende y por muchas cabezas nos gana con facilidad la carrera. Nosotros tratamos de manipularla, por desgracia con resultados deplorables.
La cosa es que ahí está ese Virus haciendo de las suyas y nosotros tratando de vencerlo, claro que lo lograremos pero aún no ha llegado la hora. Ahí anda, disfrazado de desconocido cuando no provoca síntomas, mostrando un rostro timorato cuando parece una gripe, y sacando todas sus malas mañas cuando lleva a la muerte. Pero ahí está, oculto tras cualquier gutícula y esperando hacerse con la próxima víctima, eso sí que no reconoce estatus: a él no le importa si eres príncipe o mendigo, de sangre azul o plebeya, millonario o pobre, no le interesan esas mezquindades humanas pues las sobrepasa.
Muy bien decía mi querido amigo Pachico que no estamos en el mismo barco, pero si estamos en la misma tempestad: no es igual estar en cuarentena en una mansión de Long Island, que en un dos por dos de latas y cartones. Esa comparación me recuerda una frase de una tía mía que en paz descanse, una vez que le decía yo que el dinero no daba la felicidad, me soltó: “ no es lo mismo llorar colgada del tubo de una cazadora que en el asiento de un Mercedes Benz”; por supuesto que pude constatar cuán equivocado estaba yo.
Hemos de regresar al asunto del virus. Leyendo todo lo que he podido acerca de este virus, su comportamiento es muy similar al H1N1 causante de la gripe española (que de española solo tenia el nombre)y aún más, mientras que de este supimos bastante a los dos meses de su debut, el de la gripe española engañó a la medicina de hace un siglo por casi dos años. Este lapso, sumado a los medios pobres de la medicina en ese entonces, fue un cóctel nefasto.
Hoy tenemos menos de 250.000 muertos a los cinco meses, a pesar de los aviones y otro montón de vectores malignos, llega de Italia a nuestro vecino en doce horas, antes demoraba dos semanas en barco y con suerte quedaba en un funeral en altamar, de los contagiados se han recuperado una tercera parte: es decir el virus ha desaparecido en un tercio de los infectados. La lucha del personal de salud es encomiable y en Costa Rica han sacado la cara por todos.
Ahora los grandes bancos están buscando cómo paliar la debacle que ya llevaba diez años, puesta en evidencia por el Covid19, mediante fórmulas multilaterales y parece que esa será la receta perfecta para el Día D, yo lo publiqué hace mes y medio, por lo que parece que la terapia del miedo ha dado resultados positivos no solo para lograr la cuarentena, también lo ha sido para conseguir fórmulas económicas que echen a andar la economía mundial hacia adelante.
El medio de conseguirlo ha sido el miedo, a todos nos da miedo morirnos y a los ricos les da miedo la ruina, entonces si funciona este método.

(*) Dr. Rogelio Arce Barrantes es médicoc

Noticias de Interés

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Últimas Noticias