jueves 25, abril 2024
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De Ratones y libros (Of mice and books) 45

Viajes por mi biblioteca, 45 

Por imperativos académicos he vuelto en los últimos días a la lectura de Aristóteles, un señor que vivió entre los años 384 y 322 antes de nuestra Era, y profesó de filósofo en Atenas. Lectura nada fácil, en razón del estilo frío y enjuto de las obras del Estagirita que han llegado hasta nosotros, lastrado con el peso adicional de una traducción espesa que a trechos resulta incoherente (OBRAS; Editorial Aguilar, Madrid, 1964), pero redimida por la precisión y la lucidez incomparables del gran pensador, que superan todo obstáculo.

Tratemos de imaginar un Aristóteles adolescente, de familia acomodada pero proveniente de la Corte semi-bárbara de Macedonia, que llega a Atenas en 367 a.C para estudiar Filosofía en la Academia de Platón. Es un momento en el que Atenas volvía a ser, por algunos años más, el faro luminoso de la Cultura Occidental. Allí permanecerá Aristóteles durante 20 años, hasta la muerte de su Maestro en 347 a.C.

Aristóteles y Alejandro Magno. TW

Luego de un intervalo de 12 años, en el que ha regresado a Macedonia (en parte para ser el preceptor del joven Alejandro, hijo del Rey Filipo II y futuro fundador del Impero que lleva su nombre), finalmente lo vemos de vuelta en Atenas en el año 355 para abrir las puertas del Liceo, su propia Escuela; a partir de lo cual, y hasta su muerte en 322, escribirá la obra aberrante y genial que lo inmortalizó.

Será fácil para Ustedes, cazadores de ratones, leer mi versión irremediablemente infiel de la Lógica del Estagirita, si se atienen en serio al sentido de las palabras. En todo caso, ahí va:

Para Aristóteles el Universo está repleto de seres individuales y concretos en sus respectivos contextos, perceptibles a través de los sentidos (sensaciones) y a través de la mente (ideas). Las sensaciones vienen primero; las ideas después: percibo a Golo y a Susa como dos mascotas singulares; pero su común esencia universal (canina) sólo la capto mediante una operación mental de abstracción.

Aristóteles fundó la Lógica Clásica que, creo, en muchos aspectos sigue vigente en el Mundo, veinticinco siglos después. Para él la Lógica era un método de argumentación que podía aplicarse a cualquier objeto para alcanzar conocimientos ciertos y rigurosos. La Lógica moderna lo ha refutado, pero es innegable que su influencia fue decisiva en muchos terrenos, particularmente en la Jurisprudentia, siendo esto último la razón por la que he desempolvado sus viejos, entrañables libracos.

Basado, en parte, en filósofos anteriores, Aristóteles enunció tres grandes principios que rigen el pensamiento humano: Identidad: X no puede ser y no ser al mismo tiempo y en la misma relación; No contradicción: Un atributo no puede pertenecer y no pertenecer a X; Tercero Excluído: Dos proposiciones contradictorias no pueden ser ambas verdaderas ni admitir una tercera (tertium non datur).

Según lo explica en el ÓRGANON (‘instrumento’), ampliamente difundido en el ámbito cultural Helénico (desde la Trebisonda hasta Alejandría), la Lógica se expresa en la Gramática, y entonces la categoría o concepto (lógico) corresponde al término (gramatical); el juicio a la proposición; y el raciocinio a la argumentación. De modo que los raciocinios lógicos contienen juicios, y éstos, conceptos; mientras que las argumentaciones gramaticales contienen proposiciones, y éstas contienen términos.

Si en el plano metafísico hablamos del Ser, que es la Sustancia, y de sus Accidentes (cantidad, calidad, relación, lugar, tiempo, posición, condición, acción y pasión); en el terreno gramatical hablamos de la proposición compuesta de sujeto, predicado y sus complementos circunstanciales.  La proposición:  mujer alta y elegante en Misa expresa un juicio que contiene el sujeto, mentado con el término mujer (sustancia) del que se ‘predica’ los términos altura, elegancia y ubicación (categorías accidentales cuantitativa, cualitativa y de lugar, por su orden). Mediando entre Metafísica y  Gramática, la Lógica impone la racionalidad del discurso.

Dentro del concepto o categoría de Sustancia distinguimos:

La Sustancia Primera, que son los seres concretos: Cristóbal Colón y mi vecino Juan Pérez; mi gato Bigotes y el Coliseo de Roma; y ii) La Sustancia Segunda: esencia más o menos específica o genérica que se atribuye idealmente a cualquier sujeto individual: desde la esencia específica (infima species): Ser humano; hasta la máxima generalización (genera summa): el Ser.  De modo que: i) El mentado Juan Pérez pertenece por su esencia a la especie ‘Homo Sapiens’: es, primero que todo, ‘sapiens’; aunque también, más genéricamente: homínido, mamífero, vertebrado, etc.; ii) el gato Bigotes pertenece por su esencia a la especie ‘Felis Catus’: es un ‘minino’; aunque también, más genéricamente: es felino, mamífero, etc.

Cuadro de Oposición de los Juicios.

El discurso aristotélico aborda el análisis gramatical (sustantivos, verbos, oración) para llegar a las ‘Proposiciones’, que postulan sendos juicios lógicos (formados, a su vez, de conceptos). A partir de la distinción entre los términos ‘sujeto’ y ‘predicado’ de la proposición, parte del juicio existencial (un hombre existe) para descubrir todas las oposiciones posibles; también válidas en las proposiciones tipo “sustantivo-verbo” (un hombre camina)  y en proposiciones tripartitas (un hombre-es-justo: sujeto-cópula-predicado).  Para ilustrar la clasificación de los juicios en ‘afirmativos y negativos, universales y particulares’,  se formula el llamado ‘Cuadro de Oposición de los Juicios’, compuesto por los cuatro tipos de proposiciones que deben emplearse en todo raciocinio, y que se formalizan usando las 4 vocales:

a.- Universal afirmativo: todos los hombres son blancos

e.- Particular afirmativo: Algunos hombres son blancos

i.- Universal negativo: Ningún hombre es blanco.

o.- Particular negativo: No todos los hombres (o algunos no) son blancos.

El Cuadro permite visualizar las relaciones de contradictoriedad, subalternidad, contrariedad y  sub-contrariedad entre los juicios.

Para dar una explicación somera del proceso de razonamiento o inferencia lógica, que sería la base general del conocimiento científico, Aristóteles define el  raciocinio como la postulación de varios juicios hecha en tal forma que de ella se siga la afirmación de otros. Por ejemplo: si todos los felinos tienen pelo y ningún cóndor es felino, entonces ningún cóndor tiene pelo.  El raciocinio puede ser inductivo o deductivo.

Aristóteles desarrolla el concepto de Silogismo, que define como “…un conjunto de palabras o locuciones en el que, puestas ciertas premisas, de su verificación se sigue necesariamente una cosa distinta, sin necesidad de ningún otro término externo …”

(Analíticos Primeros, citado por William David ROSS: ARISTÓTELES; Editorial Sudamericana; Buenos Aires, 1957; págs.. 37 y sigtes.).

El Silogismo es un raciocinio deductivo compuesto de tres juicios que reciben los nombres de:  1) Premisa mayor;   2) Premisa menor;  y  3) Conclusión. Y Aristóteles inicia una formalización de dicha materia, que muchos otros pensadores contribuirán después a perfeccionar, a través de los siguientes pasos:

1)   Las 3 proposiciones que sirven de premisas mayor y menor y de conclusión serán: juicios  universales positivos (letra a), particulares positivos (letra e), universales negativos (letra i) o particulares negativos (letra o);

2)   De los 4 conceptos: 2 sujetos y 2 predicados expresados en las 2 premisas del silogismo, hay uno (sujeto o predicado) que es común a ambas premisas, y se llama concepto medio (M).

3)   Ejemplos: 1.- Todos los perros son cuadrúpedos; Golo es un perro.   2.- Los charlatanes mienten; Pinocho miente.    3.- Los estudiantes son vagos; los estudiantes son descuidados. 4.- Los guardas son dormilones; los dormilones son irresponsables.

4)   Si a los 2 restantes conceptos los  llamamos Primero (P) y Segundo (S), tendremos ya, junto con (M), las 3 consonantes (P, S y M) con las que se formalizan las diferentes premisas y conclusiones del silogismo.

5)   De acuerdo con la disposición de sus elementos, los Silogismos forman 4 distintas Figuras, y las figuras adoptan diferentes Modos. Con las 4 figuras básicas del silogismo (las 3 primeras creadas por Aristóteles y la cuarta por el médico Galeno), y que son las siguientes:

1.- MP+SM—SP

2.- PM+SM—SP

3.- MP+MS—SP

4.- PM+MS—SP.

Intercalando entre las dos consonantes de cada proposición la vocal indicativa de universalidad positiva (a), particularidad positiva (e), universalidad negativa (i) o particularidad negativa (o), según el contenido del silogismo (por ejemplo: PeM+SaM—SeP), y descartando los resultados absurdos o incorrectos, Aristóteles y sus alumnos llegaron a establecer 19 Modos correctos de silogismo, y como recurso mnemotécnico los dotaron de sendos nombres:

1ª BARBARA, CELARENT, DARII,  FERIO

2ª CESARE, CAMESTRES, FESTINO, BAROCO

3ª DARAPTI, FELAPTON, DISAMIS, DATISI, BOCARDO,  FERISON

4ª BAMALIP, CAMENES, DIMATIS, FESAPO, FRESISON.

¿Cómo se formó el nombre de cada uno de esos 19 Modos?  (Parece ser que el mismo Aristóteles fue responsable de algunas de estas travesuras).

Como letra inicial del nombre de cada una de las 4 figuras, él tomó las 4 primeras consonantes del Alfabeto (B,C,D,F) y combinó con las vocales correspondientes las demás consonantes de la nueva palabra, escogidas al azar, buscando intercalarlas entre las vocales de la manera más simple y eufónica.

Pongamos como ejemplo el Silogismo ‘modo 1º’ de la figura 2ª:

PeM+SaM—SeP; le ponemos la C inicial y sustituimos las demás consonantes, para producir el nombre  CESARE;  y así.

Les hago, para terminar, una brevísima exposición de los cuatro Modos de la Primera Figura, que son los más conocidos:

El modo BARBARA es la fórmula MaP+SaM—SaP, y en palabras: Todos los animales son vivientes; Fifí es animal; ergo: Fifí es viviente.

El modo CELARENT es la fórmula MeP+SaM—SeP, y en palabras: Ningún engaño constituye información; toda mentira es engaño; ergo: ninguna mentira constituye información.

El modo DARII es la fórmula MaP+SiM—SiP, y en palabras: Todo estudiante es ingenuo; Cayo es estudiante; ergo: Cayo es ingenuo.

El modo FERIO es la fórmula MeP+SiM—SoP; y en palabras: Ningún metal es corruptible; mi anillo de boda es de metal; ergo: mi anillo de boda no es corruptible.

Avanzando al trote de sus 19 modos silogísticos, Aristóteles escudriñó el cielo y la tierra, los individuos y la sociedad, los cuerpos y las almas, el bien y el mal, el presente y el pasado; y entonces escribió sobre Poética, Retórica, Lógica, Física, Química, Psicología, Metafísica, Ética y Política, produciendo una de las obras de pensamiento más portentosas y vastas de la Historia de la Humanidad.

Averroes.

Y encaramados sobre sus espaldas, los filósofos y los científicos modernos han quitado y agregado, corregido o refutado uno por uno, todos aquellos inventos geniales o disparatados que durante tantos siglos fueron inspiración, acicate y desafío para Avicena y Averroes en el Oriente, tanto como para Santo Tomás, Descartes o Kant en Occidente.

Gracias, Maestro sumo, por infundirnos una confianza inquebrantable en el poder de la Razón, para que derrotemos cada día la sinrazón del arbitrio, la ignorancia y el fanatismo.

Y sigue.

(*) Walter Antillon Montealegre es Abogado y Catedrático Emérito de la Universidad de Costa Rica.

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